Gafas para animalitos que no pueden controlarse

Por una vez no me molesta el afán segregacionista y discriminatorio de los judíos ortodoxos de Jerusalén. Hace ya años escribía cabreada sobre que no quieran que las mujeres se suban en el autobús o que quieran que se sienten atrás. También me parece muy fuerte que hombres y mujeres no puedan compartir acera… Pero hoy leo encantada que no quieren ver a ninguna mujer que no vaya vestida como lo que ellos entienden por “modestamente” y – en lugar de obligarlas a taparse de pies a cabeza o a no salir de casa - han inventado unas gafas para no verlas. Explico cómo funciona el invento: venden gafas con unas pegatinas especiales en los cristales que emborronan la vista y les dejan ver las cosas que están a unos metros pero no más allá. Además de las gafas también han puesto a la venta antifaces como los que se le ponen a los caballos (¿cómo se llama es en español?) y unas capuchas.

Para algunas estas gafas serán un retroceso y un justificar la fuerza de voluntad “débil” del hombre que tanto se usa en otros sitios como excusa para maltratar, violar y asesinar a mujeres. Como en este caso no se las castiga a ellas sino que son ellos los que reconocen que son como animales que no pueden controlarse y se auto-flagelan con gafas, antifaces y capuchas me parece es-tu-pen-do. Si se quieren destrozar la vista, mejor que se la destrocen ellos y no se la destrocen ellas como se las destrozan todas las mujeres a las que los fundamentalistas islámicos obligan a ponerse un burka. Lo que son las cosas: con lo que se ponen a parir los unos a los otros, a la hora de la verdad judíos ortodoxos y fundamentalistas islámicos son la misma mierda heteropatriarcal machista con encefalograma plano.