Eva Giberti: “Los violadores no son enfermos sino gozadores del abuso de poder”
© Eva Giberti, El
Territorio
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La especialista en violencia de género Eva Giberti pidió que los
jueces no tengan prejuicios machistas y que las mujeres se animen a denunciar
las violaciones
La doctora Eva
Giberti lleva muchos años estudiando el fenómeno de la violencia familiar. Sus
libros son una referencia obligada al momento de analizar la situación de este
drama social en nuestro país. Actualmente dirige el programa Las Víctimas
contra las Violencias, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación, y es la titular de la cátedra abierta Violencias de Género, que se
dicta en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones
El Territorio
entrevistó a Eva Giberti a propósito de los crímenes aberrantes que se
sucedieron en los últimos dos meses en diversos lugares de la provincia de
Misiones. “Estas atrocidades pasan en Misiones y pasan en todo el mundo, porque
lamentablemente muchos hombres sienten placer al lastimar, violar y matar a una
mujer”, explicó la especialista en materia de violencia de género.
Según Giberti,
“los violadores no son enfermos. Salvo situaciones excepcionales de hombres
compulsivos que clínicamente son diagnosticados con una severa alteración
hormonal, la gran mayoría de los violadores son gozadores del abuso de poder.
Disfrutan antes y después de la violación porque sienten placer al aprovecharse
de quien no puede defenderse o de quien le teme”.
Desde ese punto de
vista, “no se puede hablar de cura o de rehabilitación para un violador, porque
no se trata de una
enfermedad, sino de una personalidad que siente placer por el abuso del más
débil”. En esa
perspectiva, Giberti señaló que “la mayoría de los estudios internacionales
demuestra que es muy escaso el índice de violadores que no vuelven a reincidir.
La gran mayoría de los violadores vuelven una y otra vez a cometer estos abusos
y por eso el único modo de protección que tiene la sociedad es el encierro de
estas personas”.
Consultada sobre
la influencia del consumo de sustancias al momento de cometer crímenes tan
perversos, Giberti dijo que “el alcohol o las drogas no empujan a ningún hombre
a golpear o matar a una mujer, sino que forman parte del placer del abuso del
poder. Todo golpeador es un sujeto que se excita golpeando. Se excita
libidinalmente y, además, acrecienta su Yo. Se siente poderoso. Todos estos
delitos como las violaciones, los maltratos a mujeres o los abusos sexuales son
el resultado de un abuso de poder”.
Visibilidad
Con respecto a la
aparición, cada vez más seguida, de casos de violencia en contra de mujeres en
los medios de comunicación, Giberti cree que “lo que creció en estos últimos
años es la velocidad de la respuesta de las mujeres, que paulatinamente están
atreviéndose a denunciar los malos tratos y las violencias contra ellas”.
Según la
especialista, “la violencia de género existió desde el inicio de los siglos,
pero ahora se ve más porque las mujeres se están animando a denunciarla”.
Luego dijo que
“las mujeres están demostrando todos los días que son capaces de ganar dinero
suficiente para mantener su hogar, de llegar a ocupar puestos laborales que
antes eran exclusivos de los hombres, de escribir libros o manejar colectivos.
Este fenómeno de exposición social está demostrando que las mujeres no
solamente son tan capaces como sus compañeros, sino que además son inteligentes
y tienen fuerza. Y esta realidad para algunos hombres es insoportable, porque
los corre del lugar de liderazgo social. Por eso hay tantos hombres furiosos y
repletos de odio que ponen en práctica sus deseos más crueles, maltratando y
matando a las mujeres”.
El peor ejemplo
Durante el diálogo
con este diario, la doctora Eva Giberti destacó que “esta ola de asesinatos tan
crueles a mujeres que ocurre en Misiones
también sucede en el resto del país, porque lamentablemente matar mujeres se ha
transformado en una venganza cuando algunos hombres advierten que están
perdiendo poder y autoridad”.
En ese sentido, la
entrevistada destacó “lo que está pasando en Ciudad Juárez, en México, donde se
estima que cerca de 700 mujeres fueron torturadas y asesinadas desde 1993 hasta
la fecha. En general, las víctimas son mujeres jóvenes y adolescentes, de entre
15 y 25 años de edad, de escasos recursos económicos y que han debido abandonar
sus estudios para comenzar a trabajar”.
Frente a este
panorama, Giberti dice que “no hay una receta única para parar esta violencia
contra las mujeres, pero el solo hecho de poner estas cuestiones en los medios
de comunicación para que la población sepa que existe la problemática y que hay
instituciones que están trabajando para revertirla, ya es un paso importante”.
Seguidamente
remarcó que “es fundamental hablar de estos temas en todos los ámbitos, en las
casas, en las escuelas, en los trabajos y en la calle, para formar nuevas
generaciones más respetuosas del otro, como ser pleno de derecho, mas allá de
su género”.
“No tener prejuicios machistas”
Los últimos
crímenes que conmovieron a la sociedad misionera tienen al menos tres
características comunes: todas las víctimas fueron mujeres, sus autores fueron
extremadamente perversos y los hechos están siendo investigados por la Justicia
local.
Durante la
entrevista, Eva Giberti dijo que “lamentablemente la mayoría de los jueces no
ha estudiado lo que significa el patriarcado como hecho político y por eso
padecen los peores prejuicios machistas que les impiden investigar y sentenciar
como correspondería”.
Seguidamente,
Giberti destacó: “No me refiero solamente a los jueces hombres porque también
hay juezas mujeres con cabeza machista, que en general tienen la misma
confusión mental que sus colegas varones”.
En ese sentido, la
funcionaria nacional dijo que “la Justicia, como poder independiente, no
debería tener ningún prejuicio machista al momento de investigar cualquier
delito cometido contra las mujeres”.
Seguidamente
Giberti explicó que alguno de esos
prejuicios machistas señalan que “si una mujer protesta es porque es una
histérica o está loca. Si la violaron siempre cabe la sospecha de que era
porque usaba una minifalda muy corta o porque fue la provocadora del abuso. Y
si el marido la mata, saldrá en las noticias como crimen pasional, porque ella
era infiel y no limpiaba la casa como corresponde”.
Según Giberti, “el
sistema judicial debería entender que el número de violaciones, femicidios y la
Trata de Personas para prostitución aumenta porque es creciente la escalada de
violencia hacia las mujeres. Esto tiene trasfondo político y económico estructural
basado en el sistema patriarcal, que abarca la opresión en el trabajo, la
prostitución, las agresiones, la violación que explota y mata a las mujeres
como mecanismo de dominación”.
El perfil
Eva Giberti (73)
Psicóloga,
psicoanalista y asistente social egresada de la Universidad de Buenos Aires
(UBA).
En 1957 creó la
primera Escuela para Padres de la Argentina. Integró el Consejo de los Derechos
del Niño, Niña y Adolescencia de la Ciudad de Buenos Aires hasta el año 2006.
Trabajó fuertemente para incorporar el delito Trata de Personas como política
de Estado en la Argentina. En 2008 creó la Oficina de Rescate de Personas
Damnificadas por el Delito de Trata. Fue docente de la Universidad de Buenos
Aires (UBA) en la Especialización de Postgrados en Violencia Familiar y en la
Universidad de Ciencias Sociales y Empresariales (Uces) en Psicología Forense.
Actualmente es la
coordinadora del programa las Víctimas contra las Violencias, que funciona en
la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
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