Mar Esquembre: Políticas de desigualdad benditas
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Esquembre
Mañana
se cumple el doloroso aniversario de la desaparición de Ruth y José, asesinados
por su padre como venganza hacia su exmujer y madre de las criaturas. Eso es
violencia de género, por más que los cuerpos que se haya cobrado el maltratador
sean los de sus hijos y no el de la mujer, a la que ha causado un sufrimiento
del que jamás se recuperará.
Este martes
pasado tuvimos noticia de una mujer asesinada a martillazos por su expareja en
León. Esa misma mañana, conocíamos las declaraciones del Subdelegado del
Gobierno en Jaén, en las que afirmaba que la violencia de género es un problema
que "afortunadamente no alcanza cotas de máxima gravedad", pero que
"de vez en cuando se producen accidentes". Ahora va a resultar que
los asesinatos de las mujeres son "accidentes". Lo del grado de
gravedad puede tratar de decírselo a la cara a la madre de Ruth y José, o a
Isabel, que recibió la llamada de su expareja una fatídica mañana del pasado
mes de julio para que se asomase a la ventana a contemplar cómo ardía su hijo
pequeño, Daniel, tras estrellar su padre el coche. Por no hablar de las mujeres
que ceden a todos los chantajes posibles de sus exparejas para evitar un mal a
sus hijos. Cuénteselo a ellas y a muchas otras, señor Subdelegado del Gobierno.
Estas indignantes declaraciones constituyen una metáfora que explica las
políticas de igualdad del Gobierno, o más bien deberíamos decir de desigualdad.
Son
políticas de inspiración divina, o más bien deberíamos decir eclesiástica, pues
la jerarquía eclesiástica patria deja sentir todo su peso, bendiciendo, por
acción u omisión, las políticas que contribuyen a impedir la igualdad y la
libertad, en general y, particularmente la de las mujeres. Sirva también como
metáfora de ello la homilía del obispo de Córdoba de este pasado martes, fiesta
de los Santos Ángeles Custodios, en la misa en memoria de Ruth y José. Pidió el
prelado su intercesión ante Dios "para que ningún niño del mundo sufra
como ellos", añadiendo "¿No podrán alcanzarnos estos niños que se
reduzca el número de abortos que diariamente se producen en nuestro entorno?
(É) Ningún crimen tan horrible como el del aborto".
Pronunciamiento
claro sobre el aborto (aunque sea un argumento forzado, metido con calzador) y
silencio absoluto sobre la utilización de los niños como arma de violencia
contra las mujeres. El mismo silencio que estos jerarcas guardan respecto de
las políticas antisociales (y, por tanto, de desigualdad) de este Gobierno, tan
cercano ideológicamente a ellos. Este Gobierno de los recortes que no les
reduce ni un euro en la asignación de un presupuesto que pagamos todos y todas.
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