Karla Michel Salas Ramírez: "El Estado mexicano ha mandado el mensaje de que no pasa nada por matar y violar mujeres"

© Pablo González, Karla Michel Salas Ramírez, La Nueva España

- "Es un hito para la cultura jurídica que el Constitucional avale el matrimonio gay"
- "El problema de los crímenes en Juárez es que el Estado mexicano ha mandado el mensaje de que no pasa nada por matar y violar mujeres"

Karla Michel Salas Ramírez (México DF, 1980) lleva una década trabajando en defensa de los derechos humanos. Es conocida por su trabajo como abogada de las víctimas de Ciudad Juárez. Está en Oviedo para participar en el I Congreso científico de la abogacía, que hoy arranca en el Auditorio.

¿Qué ocurre en Juárez?

Me impacta que todo el mundo conozca Ciudad Juárez por lo que allí les pasa a las mujeres. Lo que ocurre es que desde 1993 distintas asociaciones civiles simplemente comenzaron a contar víctimas. Y se dieron cuenta de que había un fenómeno que consistía en que desaparecían jóvenes que luego eran encontradas asesinadas y con síntomas de tortura sexual.

¿Y quiénes son los asesinos?

No hay respuesta. Hay muchas teorías, que las secuestran para hacer películas «snuff» (grabaciones de asesinatos reales), que son víctimas de la trata de blancas, que son asesinadas por narco-satánicos... Al final pueden ser todas. Lo que está claro es que el Estado mexicano no ha prevenido, investigado, ni castigado a los culpables.

¿Entonces?

El Estado ha mandado un mensaje claro a lo largo de casi dos décadas: no hay ningún problema, aquí pueden venir a violar y asesinar mujeres porque no va a pasarles nada. Hay impunidad. El culpable principal de los feminicidios es el Estado mexicano.

Pero habrá un perfil de asesino.

Pueden ser los esposos, bandas del crimen organizado, policías o particulares que ven la oportunidad de cometer este tipo de crímenes.

¿Y no hay detenidos?

Sí, algunos maridos por matar a sus parejas. No se requiere mayor investigación. Pero los crímenes que se mantienen en la impunidad son los que están relacionados con los grupos de poder. Y es aquí donde encaja el caso de Campo Algodonero.

¿Por qué?

Fue un caso analizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y que marcó una serie de directrices a los Estados en materia de prevención e investigación en los casos de violencia contra las mujeres. Es una sentencia que podría ser también utilizada por los países europeos como ejemplo para diseñar políticas públicas para acabar con la violencia contra las mujeres.

¿Y México está cumpliendo con la sentencia?

Las cosas no han cambiado, se han agravado. Ahora la violencia se ha extendido de las niñas, a las madres de Ciudad Juárez, a sus abogados y a los periodistas que han publicado lo que ocurre. Para el Estado fue muy sencillo indemnizar a las víctimas, pero no ha hecho nada en el campo de la investigación o de castigar a los responsables públicos que han permitido todo esto.

¿Y por qué esta dejadez?

Un caso que puede servir de respuesta es el de un policía del ministerio de Justicia que asesinó a seis chicas. Hay muchos servidores públicos vinculados con los asesinatos.

¿Hay efecto llamada de criminales sexuales?

No existe este llamado. Lo que pasa es que en Ciudad Juárez se puede matar a mujeres sin castigo.

¿Cifras?

No están claras. Desde 1993 hasta hoy se calculan que han desaparecido 1.300 mujeres en una ciudad de millón y medio de habitantes.

¿Pasa miedo?

Pues las fundadoras de la asociación con la que trabajo, «Nuestras hijas de regreso a casa», ha recibido todo tipo de amenazas. Lo peor ha llegado en el último año y medio. Una de las fundadoras vive exiliada en Estados Unidos y otra recibió cinco disparos a la puerta de su casa el año pasado. Por eso estamos pensando en disolver las organización.

¿Han mejorado los derechos humanos en Iberoamérica?

En lo que va de año sólo en México han muerto 70.000 personas como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico. Poco más se puede decir.

¿Teme que con la crisis la situación siga empeorando?

Desde que nací siempre ha habido crisis (risas). A mi generación nos conocen como la generación de la crisis. Igual es que los europeos están acostumbrados a comer tres veces al día.

¿Y defender los derechos humanos como abogado es....?

Una profesión de riesgo.

También lleva casos contra la homofobia.

Ahora mismo el de una empresaria a la que un club muy exclusivo de Chihuahua no acepta como socia a su mujer, aunque en México DF el matrimonio entre parejas del mismo sexo es legal.

¿Qué le parece que el Tribunal Constitucional haya avalado el matrimonio homosexual?

Es una avance fundamental. Por suerte los altos tribunales están tomando decisiones muy importantes en este tema. Es un hito para ir construyendo una cultura jurídica sólida contra la discriminación.

¿Cómo se ve desde México a la justicia española?


Es un referente, sobre todo lo que se ha hecho en cuestiones contra la violencia de género. La ley española es muy buena. Me sorprende muy positivamente la respuesta de la sociedad española cuando matan a una mujer.

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