Afganistán 2014

Hablando con una amiga el otro día sobre la retirada de las tropas estadounidense de Afganistán y el impacto que esto va  tener en la vida de las mujeres me decía que le daba cosa que el tema de los derechos de las mujeres vayan a retroceder años en sólo unos meses. Yo me quedé con cara de Scooby Doo cuando levanta la ceja y hace ese ruidito de “¿mande lo que? ¿he oído bien?”.

Alma de cántaro: (a) ¿de qué derechos estamos hablando si las violaciones, crímenes de honor, falta de acceso a educación y hospitales siguen a la orden del día en Afganistán? ¿si un alto porcentaje de niñas menores de 15 años son obligadas a casarse? ¿si las casas de acogida para maltratadas y violadas las manda de vuelta con sus violadores o sus maridos maltratadores? ¿si las mujeres casadas son tratadas como esclavas y hasta prostituidas por sus maridos y las familias políticas? (b) al no ir la guerra de Afganistán (perdón, la ocupación pacífica) acompañada de una inversión real en educación e infraestructuras, de un intento real de educar a la ciudadanía, de un intento real de extender derechos para todas las mujeres, de hacer cosas que aquí vemos básicas (educación, sanidad, derechos reproductivos, etc) allí las entiendan y las vean normales… cuando EEUU salga de Afganistán las mujeres van a estar igual de jodidas que antes de empezar la guerra o – si me apuras – peor porque los que nunca se han ido, sin presencia extranjera, libres de lo que ellos consideran el acoso de prensa y ONGs internacionales, van a recuperar el tiempo perdido. Sí: los talibanes nunca se han ido de Afganistán. El problema precisamente que tienen es que – a pesar de las protestas internacionales, campañas de recogida de firmas y demás intentos – los talibanes, los fundamentalistas, los violadores, mutiladores y asesinos de mujeres están sentados tranquila y ricamente en el parlamento.

Espero equivocarme pero me temo que a partir del año que viene las afganas van a volver a donde estaban hace 10 años. A saber:

-          sin poder trabajar fuera de casa salvo que fuesen médicos o enfermeras y en casos muy, muy contados

-          sin poder ir al médico salvo que el médico fuese mujer

-          sin poder salir de casa a no ser que fuesen con mahram (una especie de guardián de la moral que tenía que ser pariente directo como su padre, su hermano o su marido)

-          sin poder hablar o saludar a cualquier hombre que no sea mahram

-          sin poder negociar o cerrar cualquier tipo de trato con un comerciante

-          sin poder estudiar en colegios, universidades o si me apuras en sus casas (que los colegios para niñas eran ilegales)

-          sin poder llevar ropa de colores vistosos por ser “colores sexualmente atractivos” (lo que explica por qué todos los burkas que se ven son o negros o azules)

-          obligadas a llevar un burka para poner un sólo pie en la calle – requisito impuesto por imanes y por sus familias, vigiladas por la sociedad ya que la que osase salir a la calle no ya vestida a la occidental sino sin su burka se arriesgaba a recibir “correctivos sociales” verbales (ordenándoles que se cambiasen de ropa, insultándolas) o físicos (empujones, pellizcos,  azotes, palizas…)

-          castigos físicos en público por no llevar un burka lo suficientemente largo (ay de la que osase enseñar los tobillos!)

-          sin poder ponerse pantalones aunque sea debajo del burka

-          sin poder maquillarse o pintarse las uñas (te recuerdo que ha habido casos de mujeres a las que les han cortado los dedos por osar pintarse las uñas)

-          lapidaciones públicas de mujeres por cualquier excusa

-          sin poder hablar o reír en voz alta (ningún hombre no mahram puede oír la voz de una mujer)

-          sin poder llevar tacones o zapatos que hagan ruido cuando caminen (un hombre no puede oír los pasos de una mujer)

-          sin poder montar en bicicleta o moto con o sin su mahram (¿te suena de algo? al gilipollas del mes me remito: un poquito más arriba en el mapa pero la misma mierda)

Y un largo etcétera de normas y prohibiciones absurdas para que la mujer esté completamente sometida al hombre, para invisibilizarla, para que la violación, el maltrato, la tortura o el asesinato de una mujer tengan las mismas consecuencias legales que las de un perro. Es decir: ningunas.