320 chaquetas

No sé tú pero yo soy domestically challenged. En español podría decirse “discapacitada doméstica” y en plata viene a ser que no soy más vaga porque no entreno y las labores del hogar se me dan fatal. Si tuviera que coser 320 chaquetas al día creo que a las 3 horas ya me habría levantado pidiéndole al guardia de turno que me pegase un tiro. 320 chaquetas al día es el número mínimo que tiene que coser cada presa del campo de concentración ruso donde está Nadezhda Tolokonnikova, una de las integrantes de Pussy Riot que ahora está ingresada en el hospital por agotamiento físico, mental y espiritual. Nadezhda tiene la “suerte” de que se sepa quién es y su abogada haya conseguido que las autoridades rusas accedan a mandarla a un hospital donde se le están haciendo diferentes pruebas pero ¿cuántas otras presas no estarán al borde de la muerte por inanición, por falta de sueño, por tener que pasarse el día cosiendo, por infecciones en las heridas de las yemas de los dedos que se hacen con las agujas de las máquinas de coser y, en general, por vivir en condiciones infrahumanas?