Crímenes de odio en Bulgaria

* * copiado tal cual del informe “Por ser quien soy. Homofobia, transfobia y crímenes de odio en Europa” de Amnistía Internacional.

En la legislación búlgara no hay ninguna disposición sobre crímenes de odio por motivos de orientación sexual e identidad de género. En el mejor de los casos, los motivos homofóbicos pueden enjuiciarse aplicando la circunstancia agravante general de “vandalismo”. El artículo 325 del Código Penal define el vandalismo como actos ofensivos, que violan de manera flagrante el orden público y expresan una abierta falta de respeto hacia la sociedad.

En 2010, el gobierno inició un debate sobre las enmiendas al Código Penal, y se creó un grupo de trabajo con organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de redactar un nuevo Código Penal. La redacción de mayo de 2013 incluía la orientación sexual –pero no la identidad de género– entre las características personales que pueden motivar un crimen de odio.

Las autoridades no tienen datos sobre crímenes de odio homofóbicos y transfóbicos.

El caso de Mihail Stoyanov

A primeras horas de la noche del 30 de septiembre de 2008, Mihail Stoyanov, estudiante de medicina de 25 años, salió de su domicilio en Sofía, Bulgaria, diciéndole a su madre, Hristina, que volvería pronto. Esa noche lo asesinaron brutalmente en el parque Borisova de Sofía porque supusieron que era gay.

Tras investigar el crimen se detuvo a dos sospechosos en 2010. El motivo homofóbico quedó bien establecido durante la investigación, como confirmó el fiscal encargado del caso a los investigadores de Amnistía Internacional en junio de 2012. De hecho, tres personas que estaban el parque Borisova en ese momento y vieron a los dos sospechosos matar a Mihail dijeron que éstos formaban parte de un grupo que alardeaba de estar limpiando el parque de gays y que agredió aotros hombres sólo por su supuesta orientación sexual.

Los dos sospechosos estuvieron inicialmente bajo custodia y posteriormente bajo arresto domiciliario hasta abril de 2012, fecha en que quedaron en libertad bajo fianza por haber transcurrido el periodo máximo de detención preventiva. La investigación terminó en mayo de 2012. Casi cinco años después del asesinato, el juicio de los dos sospechosos aún no ha comenzado. El 17 de diciembre de 2012, el fiscal presentó acta de acusación formal contra ambos ante el Tribunal Municipal de Sofía. El tribunal la rechazó por incoherencias jurídicas. En agosto de 2013 aún no se había presentado otra acta de acusación.

El hecho de que no se haya hecho comparecer ante la justicia a los asesinos de Mihail ha sido devastador para su madre, Hristina. Aunque ella participa activamente en el proceso de investigación, buscando constantemente información y asesorando a los investigadores, ya no tiene esperanzas y se siente abandonada por las autoridades.

Los sospechosos de matar a Mihail podrían ser juzgados por asesinato perpetrado por “vandalismo” y “de forma especialmente cruel”, dos circunstancias agravantes, pero no por asesinato perpetrado por la supuesta orientación sexual de Mihail. Enjuiciar este crimen sin incluir el motivo de odio supone seguir sin reconocer su carácter discriminatorio.

Impunidad por crímenes de odio

"Lo que me impulsa a conseguir justicia es que no vuelvan a ocurrir casos como éste. Las víctimas que no se atreven a denunciar ya no deben tener miedo. No es sólo mi caso. El mío tuvo mucha publicidad, pero hay otros similares de los que nadie habla" (Hristina Stoyanova, Bulgaria).

La impunidad de graves abusos contra los derechos humanos surge cuando no se hace comparecer a sus autores ante la justicia. La impunidad puede ser consecuencia de falta de leyes penales adecuadas que aborden estos abusos graves, de una investigación inadecuada o parcial de tales abusos o de que las autoridades no ponen a los sospechosos a disposición judicial en casos en que esto estaría justificado por los resultados de la investigación.


La impunidad no es consecuencia automática de cada uno de los casos en que los perpetradores siguen libres. Una investigación imparcial, exhaustiva y sin demora no implica necesariamente que se identifique a los presuntos autores en todos los casos. Pero no tomar las medidas necesarias, como detener a los sospechosos, o retrasar el enjuiciamiento de los crímenes de odio, puede conducir a la impunidad, como en el caso del asesinato de Mihail Stoyanov.

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