Isabel Serrano: Las mujeres ganan, pero han perdido mucho
© Isabel
Serrano, Público
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Isabel Serrano es ginecóloga y miembro de la Plataforma Decidir nos hace libres
Hoy,
día de la retirada del anteproyecto de ley que pretendía eliminar de un plumazo
la protección jurídica y sanitaria al aborto, es un día de felicitaciones. Hoy
hemos ganado en democracia porque es más democrático reconocer que las mujeres
son capaces de tomar decisiones responsables que legislar para que otras
personas decidan por ellas. Es más democrático guiarse por el sentir de la
mayoría de la población que plegarse a las imposiciones de grupos y personas
alejadas de la realidad social, enfrascadas en el más absoluto no al aborto. Es
más democrático que las mujeres que necesitan abortar sean atendidas de manera
equitativa a que su atención dependa de que sean ricas o pobres. Es más
democrático cumplir los acuerdos internacionales en materia de derechos
sexuales y reproductivos que estar al lado de los países, generalmente poco o
nada democráticos, que infravaloran y discriminan sistemáticamente a las
mujeres.
Hoy
mucho hemos ganado pero nuestro país, durante los casi tres años que ha durado
este duro debate, mucho ha perdido.
Se ha
perdido confianza en las instituciones. Muchas mujeres, sobre todo las más
vulnerables, han tenido dudas sobre la legalidad de lo que iban a hacer y en
ocasiones han actuado contra su voluntad, con miedo, o incluso poniéndose en
peligro. En ese periplo han sentido el abandono de sus gobernantes que han
favorecido un descarnado debate en el que ellas, las mujeres invisibles que se
enfrentaban a un aborto, han sido criminalizadas. No solo han tenido que
soportar a los fanáticos anti-elección inmiscuirse en sus conciencias sino
también el dedo acusador de todo un consejo de ministros… quien mal te quiere
te hará llorar…
Se ha
perdido tiempo en aplicar las medidas preventivas, educativas y sanitarias, que
la ley aún vigente contemplaba. El Partido Popular ha hablado siempre, intencionadamente,
de la ley del aborto renegando y dejando sin efecto la otra mitad de la ley
aprobada en 2010 por el gobierno socialista. Para este gobierno todo lo
preventivo no existe y el aborto ha sido una tapadera de lo que siempre hemos
sabido, que los conservadores que penalizan el aborto suelen ser contrarios a
las únicas medidas que lo previenen: la educación sexual, los métodos
anticonceptivos seguros, la píldora del día después y la formación en igualdad.
Se ha
perdido en imagen pública. En las últimas décadas la sociedad española había
avanzado en un marco legal más igualitario, de prevención de violencia, de
derechos sexuales, de reproducción asistida, que nos habían hecho acreedores de
respeto internacional. Desde que el gobierno puso en papel el anteproyecto
sobre protección de los derechos del concebido, el más retrógrado de nuestro
entorno europeo, esa imagen de progreso y tolerancia cayó fulminada generando
sorpresa y perplejidad en los países con desarrollo social, cultural y
legislativo similares al nuestro.
Se ha
perdido también la oportunidad de confiar más en nuestros jóvenes. El gobierno
del Partido Popular se obsesionó desde el primer momento con la genética
irresponsabilidad de la gente joven. Unas veces era en sus relaciones
sentimentales y sexuales, otras en el uso desmedido de la píldora del día
después y, otras, cómo no, en el irrefrenable impulso para desear quedarse
embarazadas en vez de usar métodos anticonceptivos. La realidad es tozuda y las
jóvenes no son siempre irresponsables ni abortan cada vez más. El marco legal
hoy vigente garantiza suficientemente el apoyo y acompañamiento que la mayoría
de las jóvenes de 16 y 17 años necesitan para abortar, no habiéndose producido
en sus cuatro años de desarrollo ningún conflicto reseñable.
Hoy
estamos en el día de debate político, donde los distintos líderes, muestran sus
cartas y donde Gallardón ha pagado como cabeza de turco los errores de un
gobierno que metió al país en un conflicto que no tocaba. Hoy la sociedad en
general, y las mujeres en particular, han ganado y el gobierno del Partido
Popular ha perdido. Pero mañana debemos recuperar la cordura en un tema tan
sensible como es el aborto. Debemos trabajar para contribuir a su prevención y
garantizar que los profesionales sanitarios sigan atendiendo a las mujeres de
la mejor forma posible. Mañana, debemos dejar a las mujeres, a cualquiera de
ellas que sin esperarlo pueden verse ante la necesidad de interrumpir su
embarazo, en paz.
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