Berta Cao: "Podemos: todo por las mujeres pero sin las mujeres"

© Berta Cao, Cuarto Poder
* Berta Cao es consultora de género y Máster en Género y Políticas de Igualdad.

La irrupción de Podemos en el mapa político es un fenómeno que requiere diariamente la atención de todas las personas que queremos una sociedad donde primen los valores de la igualdad, la libertad, la democracia, la ética… una nueva forma de participación desde lo público; una nueva forma de hacer política. En definitiva, la construcción de un país donde no nos avergüence vivir.

Podemos genera una serie de expectativas que no dejan indiferente ni a diestra ni a siniestra. Desde la virulencia de los ataques de unos hasta la entrega sin concesiones de otros. ¡Tanto es lo que nos jugamos!

A escasos días de la proclamación de los resultados de la Asamblea Ciudadana, resulta revelador saber en qué punto se encuentra Podemos respecto a los criterios de igualdad para poder comprobar la asunción e incorporación de la perspectiva de género en el ideario del partido que lidera Pablo Iglesias.

Podemos cae en un error: considerar los temas de las mujeres al margen de los problemas sociales, y no tenerlas en cuenta de manera transversal como sujetos activos en las demandas políticas (inmigración, vivienda, economía…). Un todo para las mujeres, pero sin las mujeres. Un apartado concreto dentro de un programa, con su epígrafe en negrita, que “aparta” en lugar de ‘transversalizar’ las medidas que hagan realidad la igualdad entre mujeres y hombres. Lo mismo, por cierto, a lo que ya nos habían acostumbrado los programas de los partidos “tradicionales”.

El programa

Son tres las referencias a las mujeres que se hacen en el documento programático que presentó Podemos a las elecciones europeas: la violencia de género (en adelante, VG), la discriminación laboral y los derechos sexuales y reproductivos. Omito la mención a la democracia paritaria una vez que no amplía nada de lo recogido en la legislación vigente.

– En el aparado 2, Conquistar la libertad, construir la democracia, encontramos la referencia a la VG bajo el título: “Garantizar el derecho a la seguridad y una vida libre de violencia para las mujeres y las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales a través de un sistema jurídico de garantías que intervenga tanto en el ámbito público como en el privado”.

Cierto es que dedican un párrafo concreto a la VG, que se resume en la promoción de una norma europea integral y vinculante contra la VG. Las demás medidas son de puesta en marcha y dotación presupuestaria de la LEY ORGÁNICA 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

– En el apartado 3, Conquistar la igualdad, construir la democracia, se ubican las dos propuestas restantes: 3.3. “Plan de choque para la eliminación de la desigualdad entre las mujeres y los hombres en el ámbito laboral para hacer efectivo el derecho humano al trabajo en condiciones equitativas y la independencia económica de las mujeres”, en referencia a la discriminación salarial, la regulación de los trabajos domésticos y de cuidado, la conciliación de la vida laboral y familiar (permisos parentales iguales e intransferibles junto con el derecho a la reducción de jornada ya consolidada en la legislación española actual). Las menciones a la conciliación de la vida laboral y familiar se reiteran en el programa, aunque sin desarrollar más allá de lo mencionado.

El punto 3.8. se centra en la “Garantía de los derechos sexuales y reproductivos y del derecho a decidir sobre el propio cuerpo para todas las personas”. Y como la reivindicación se circunscribe a la atención sanitaria, debería estar incluida en el punto 3.4 “Garantía del derecho a la salud y de un modelo de asistencia sanitaria público, de cobertura universal, equitativa y gratuita…”. Lo referido a la educación sexual tiene cabida en el punto 3.5. “Garantía del derecho al conocimiento, la formación académica y una educación pública, gratuita, laica y universal…”.

La Asamblea Ciudadana

También en las resoluciones presentadas a Asamblea Ciudadana se trataron los temas de las demandas/necesidades de las mujeres, no tanto la igualdad de género, aunque lamentablemente en ninguna de las cinco aprobadas se mencionen, ni en la que defiende la educación pública, ni en la que presentan su propuesta en el ámbito de la salud.

La primera resolución que contenía las propuestas de los tres temas mencionados en el programa electoral se quedó en el puesto 16, con un 7,55% de los votos. El título invertía los criterios desde la óptica feminista (Defender la democracia es defender la igualdad) porque es la igualdad la que da contenido a la democracia, no a la inversa.

Las dos restantes resoluciones presentadas, de entre 97, tenían como temas centrales la defensa de la interrupción voluntaria del embarazo (2,58%) y contra la violencia machista (1,78%). Seguramente fueron demasiado concretas para una asamblea en la que sólo cinco pasaban, aunque es de esperar que los contenidos se incluyan en las resoluciones que tratan los respectivos temas, corrigiendo el error de planteamiento del programa europeo. Si no, habrá que recordar al núcleo dirigente de Podemos que las mujeres son parte de todos los ámbitos de la sociedad, y no un punto y aparte. Y también que no sólo la presencia de mujeres impregna de políticas de género y acciones a favor de la igualdad a las fuerzas políticas. Porque a estas alturas del partido, cuando la cantidad está asegurada, tenemos que demostrar que se incluye la calidad (de género). No hay más que ver la cantidad de mujeres que tiene el Partido Popular y ¡así nos va!

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