Shangay Lily: "De Podemos no espero nada, han traicionado una y otra vez la causa del colectivo LGTB"
© Shangay
Lily, Público
Fuente:
http://www.publico.es/558934/de-podemos-no-espero-nada-han-traicionado-una-y-otra-vez-la-causa-del-colectivo-lgtb
Veinte
son los años que el actor, activista y colaborador de Público Shangay Lily
lleva luchando y denunciando las injusticias que sufre la comunidad LGT. Veinte
años en los que asegura que ha ido viendo cómo el activismo se iba
conviertiendo "en un producto interesado para promocionarse
políticamente", alejado de su genuino próposito.
Shangay
Lily celebra y corona su veintena con su nuevo espectáculo, Palabra de
Artivista que se estrena este sábado a las 22.30 horas en el Teatro del Barrio
de Madrid.
Tu nuevo espectáculo resume 20 años de artivismo, en
los que has intentado reivindicar los derechos de la comunidad LGTB y denunciar
injusticias políticas. ¿Con cuál de todas tus iniciativas te quedarías? ¿Cuál
crees que ha tenido una mayor repercusión?
En un
primer momento me planteé explicar lo que es el artivismo, un término que
proviene del movimiento feminista que utilizó el arte para hacer activismo
burlando el rígido sistema patriarcal y lo que en este se considera
"serio" y "político"; una estrategia que yo adopté para
poder aunar mi vertiente artística y activista, ambas negadas o presentadas
como excluyentes en cada periodo: el primero de fama en televisión y el segundo
de activismo exclusivamente politico.
Una
estrategia que niega a Gramsci y su revelación de que la hegemonía política se
combate en lo cultural. Involuntariamente, mi espectáculo se ha convertido en
un fascinante análisis de cómo ha ido cambiando el activismo en España en los
últimos 20 años.
Desde
los inocentes 90 hasta el sofisticadamente represivo principio de milenio.
Aunque la protesta ante Rajoy denunciando la homofobia del PP o romper la foto
de Espe Aguirre en Telemadrid, incluso el montaje criminalizador en las JMJ por
ondear una bandera gay durante la Marcha Atea, son muy celebradas, no daría más
importancia a una acción que a otra porque creo que cada acción cumplió su
cometido histórico: en los 90 era vital la visibilidad y eso es lo que conseguí
con la televisión y la fama, poner un modelo positivo, un referente que muchos
y muchas jóvenes de entonces me han agradecido.
La
creación de mi revista Shangay Express entonces fue vital, aunque degeneró tras
su robo por mis socios junto a Zerolo en un panfleto capitalista homófobo.
Cuando
me di cuenta de que la televisión me/nos estaba utilizando para reforzar los
mismos mensajes que combatíamos y la visibilidad se había convertido en marca,
en producto comercial, la abandoné y me centré en lo político, en internet, en
mi blog de Público que me ha dado a conocer a toda una nueva generación o grupo
de izquierdas.
¿Crees que en estos 20 años España ha avanzado lo
suficiente en el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTB? Y en
cuanto al apoyo de la ciudadanía, ¿crees que hay una normalización social
suficiente?
Creo
que ha avanzado muchísimo desde que a finales de los 80 me insultaban y
agredían por declararme orgullosamente homosexual y plumífero en las calles y
las primeras marchas del Orgullo. Pero también creo que hacer parecer que ya no
hay nada que conseguir, incluso que los gays somos privilegiados por el
sistema, y negar la creciente homofobia, es una trampa mortal que el régimen ha
impuesto con sus modelos endohomófobos (gays que sufren homofobia
internalizada) como Jorge Javier Vázquez, Fernando Tejero o Sandra Barneda,
personajes que atacan al activismo y proclaman que no hay que hablar de la
sexualidad de uno porque ofende a los "pobres heterosexuales".
Creo
que la homofobia ahora es más sofisticada y perversa, es lo que llamo homofobia
sigilosa, que se esconde o niega pero es más virulenta. El clásico: "yo no
soy homófobo, pero..." o el ridículo "yo no soy homófobo porque tengo
amigos gays". Ahora la lucha es otra, más perversa, pero más necesaria que
nunca.
Acuñaste el concepto de "cristofascismo".
¿Puedes explicar brevemente en qué consiste y dónde se puede encontrar en la
sociedad de hoy?
El
cristofascismo es utilizar un mito o leyenda de un ser imaginario como Cristo,
supuestamente perfecto y revolucionario, para imponer el modelo fascista o lo
que yo llamo la industria del odio. No es más que otra forma del
nacional-catolicismo franquista. La Iglesia siempre ha declarado no hacer
política cuando es el peor agente político del planeta.
Sufres insultos habitualmente por parte de un sector
de la sociedad española. ¿Por qué crees que levantas tantas pasiones en la
ultraderecha?
Pasiones
en contra. Como dicen algunos seguidores "sólo por la habilidad que tienes
de poner de los nervios a los fachas, eres fundamental". Siempre he dicho
que es como ponerle un espejo delante a la gente. No lo llevan nada bien.
¿Quién es "el verdadero enemigo"?
El
egoísta, el vendido, el traidor... la mayoría de las veces el peor enemigo es
el que está en casa.
¿Cómo calificarías la acción de la izquierda
española en la lucha por los derechos de la comunidad LGTB? ¿Qué esperas en
este sentido de Podemos?
La
izquierda ha sido la única que ha luchado por los derechos LGTB, ahora la
derecha intenta apropiarse de esa lucha y avances y hacerlos pasar por suyos
distorsionándolos para recuperar la homofobia.
En
concreto la apropiación de los Orgullos Gay por parte de varios ayuntamientos
peperos para pagar jugosas sumas a "artistas" homófobos es
lamentable. Pero esa lucha la ha hecho innegable la izquierda a pesar de la
derecha. En concreto Izquierda Unida. El PSOE tardó bastante más de lo que la
gente cree en aceptar la lucha LGTB como suya y cuando lo hizo se apropió de ella
a cambio de jugosos beneficios electoralistas.
De
Podemos no espero nada, porque han traicionado una y otra vez la causa LGTB ya
antes de acceder al poder. Lo último fue ver a Pablo Iglesias aplaudiendo a un
Papa homófobo y misógino por sus mentiras. Creo que la estrategia desesperada
de Podemos de ganar a cualquier precio conlleva repudiar todo lo que no sea
mayoritario o disguste al amo patriarcal. Es asimilarse al sistema y expulsar a
sus minorías molestas, las aristas incómodas; ya lo vivimos en la comunidad gay
con lo que yo llamo el gaypitalismo.
La
comunidad LGTB, la real, no ese producto gay asimilado que tanto vende, siempre
vamos a molestar a los poderosos, los patriarcas.
En ocasiones he recibido críticas de la comunidad
LGTB por intentar representarla. ¿Cómo encajas estas críticas?
Nunca
he recibido críticas de la comunidad LGTB, sino de algún individuo desconocido
que no representa a nadie ni ha hecho nada. Nadie puede negar mi recorrido y
activismo. Le moleste a quien le moleste, sólo hay que tirar de hemeroteca para
saber que uno de los pilares de la construcción de Chueca y la nueva identidad
"gay" fui yo.
Lamentablemente
degeneró en un modelo aberrante en manos de una oligayrquia que boicoteó a las
disidencias del modelo patriarcal y lo convirtió en un modelo clasista,
machista y homófobo. De hecho, los que más intentan cuestionar que yo
represente a la comunidad LGTB son los homófobos cristofascistas haciéndose
pasar por aliados de la comunidad o incluso representantes de esta.
Tú también has arremetido contra un sector de la
comunidad gay por "aburguesarse". ¿Podrías explicarlo?
Los
llamé burgayses en un primer momento, aunque ahora creo que les define mejor el
término absurdigays, tiran piedras contra su propio tejado con tal de complacer
al amo patriarcal homófobo y recibir beneficios económicos por su traición.
He
escrito extensamente sobre el tema en mi blog de Público. Esa traición devino
en lo que he llamado gaypitalismo como explico en mi venidero ensayo Adiós,
Chueca (Memorias del gaypitalismo: creando la marca gay). De ellos hablaré en
mi espectáculo.
¿Echas de menos más artivistas en España? ¿Crees que
debería haber más artistas que se involucraran más a fondo en la vida política,
como has hecho tú recientemente con Alfon?
Echo de
menos a personas que luchen desinteresadamente, no por sacar crédito o una
carrera, personas que, como el gran Willy Toledo por ejemplo, sacrifiquen su
cómoda carrera para denunciar injusticias y apoyar a los desfavorecidos, a las
causas menos populares.
En
estos 20 años he ido viendo cómo el activismo genuino se iba convirtiendo en un
producto interesado para promocionarse en el ámbito político, dentro del
partido; o el académico, abrazando las causas más aparentemente estrambóticas
para quedar como el más vanguardista y moderno. Es lo que yo llamo
des-activismo queer.
El
criterio es muy sencillo: ¿Si tú le quitases ese componente activista o
político a una persona, su carrera mejoraría o seguiría estando ahí... o por el
contrario desaparecería porque es la base de su popularidad? Es como el
político que vive de la política o el que ha sacrificado beneficios más fáciles
para hacer política.
Comments
Post a Comment