Gilipollas del mes
Primer gilipollas
del año: el juez Vincent Del Giudice por no ponerle la condena máxima a un tocón
salido y encima decir en la sentencia que simpatiza con él y siente que el
estado de nueva york no ofrezca terapia para sufridores de “froteurismo”. El
acusado tiene una condena en firme de 3 años y medio de cárcel por haberse
frotado contra alguien en el 2010; la fiscalía pedía que se ampliase la condena
a 10 años en base a los antecedentes (había abusado además de otras 7 niñas y
mujeres). Según este bendito señor, el froteurismo, el que se les ponga
morcillona y lleguen a correrse restregándose SIN permiso contra mujeres y niñas
en el metro o dónde les pille no es un micro-machismo sino un desorden o enfermedad
mental.
¿Enfermedad
o desorden mental? ¿desde cuándo? ¿estamos locos? Si ese hombre de verdad no
pudiera controlar sus impulsos se estaría frotando contra niñas, mujeres, niños,
hombres, muebles, paredes y hasta perros si me apuras.
¿Qué el
acusado tiene un problema? No lo dudo. Un problema compartido por muchos:
pensar con la polla y actuar con la polla porque puede y se lo consienten. Pero
ese problema lo tiene él y lo tiene el juez que antepone los derechos de un tocón
a los derechos de sus víctimas pasadas, presentes y futuras.
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