EEUU: Presión para aceptar la deportación y otras conductas inapropiadas

* * copiado tal cual del informe "En la ‘hielera’. Condiciones abusivas para las mujeres y los niños en las celdas de detención migratoria en Estados Unidos" de Human Rights Watch

- “Si estás huyendo, ese no es mi problema. Donald Trump no me paga para dejarte entrar en Estados Unidos” - Liliana Q., de Honduras, describe lo que le dijo un funcionario de la CBP en la frontera de Laredo cuando pidió asilo; junio de 2017

Varias mujeres dijeron a Human Rights Watch que los funcionarios de inmigración las presionaron para que aceptaran regresar a sus países de origen. Por ejemplo, Dalia C. dijo que durante las tres noches que pasó en una celda de detención cerca de El Paso, en febrero de 2017, los agentes la instaron a aceptar regresar a Honduras sin acudir a un juez de inmigración para solicitar asilo y evaluar su reclamo. “Querían que firmara mi deportación. Yo dije que no. No firmé nada”, dijo.

Human Rights Watch escuchó relatos similares de mujeres que estuvieron en celdas de detención migratoria en 2015 y 2014. María A., de Guatemala, nos dijo que cuando estaba en una celda de detención en el Valle del Río Grande, en noviembre de 2015, “ellos dijeron que tenía que firmar para que me pudieran devolver a mi país. No quería firmar. Dije que no podía regresar. Me presionaron. Aun así, dije que no”.

En otros casos, los funcionarios de la CBP parecían querer confundir a las mujeres sobre lo que les sucedería una vez salieran de las celdas de detención, lo que generó una ansiedad considerable. Dalia C., de Honduras, dijo que cuando pasó tres noches en una celda de detención cerca de El Paso, “no me dieron ninguna información. Simplemente me dijeron que sería deportada. Cuando me trasladaron [a un centro de detención familiar], no sabía hacia dónde iba”.

Algunas ocasiones en las que los funcionarios de la CBP cuestionaron la credibilidad de las mujeres, las dejaron conmocionadas. Mirna Y., una mujer hondureña de 23 años, dijo a Human Rights Watch que cuando habló con un funcionario en el puesto fronterizo de El Paso para solicitar asilo, en noviembre de 2017, “él dijo: ‘No te creo. No creo lo que me estás diciendo, porque muchas mujeres han venido aquí diciendo lo mismo’”. Dijo que acabó la entrevista llorando.

Catalina J., una mujer mexicana de 24 años, describió una respuesta similar de un funcionario de la CBP cuando se dirigió al puesto fronterizo de San Ysidro, cerca de San Diego, para solicitar asilo después de que miembros de un cartel de drogas la amenazara de muerte porque su esposo era un agente de policía. “Se enojó conmigo. ‘No creo lo que dices’, me dijo. Pasé dos horas con el funcionario, de 2:00 am a 4:00 am”.

En algunos casos, mujeres dijeron a Human Rights Watch que los funcionarios de la CBP se burlaron de ellas o les dijeron que no merecían protección en Estados Unidos. Lorna T. y su hija de seis años habían sido secuestradas en México durante dos meses, y sufrieron palizas regularmente mientras viajaban a EE.UU. desde Honduras. “Cuando crucé la frontera, todavía tenía moretones en la cara y mi hija también tenía lesiones. Se burlaron de mí”, dijo, refiriéndose a los funcionarios en la celda de detención donde ella y su hija pasaron tres noches.

Muchas mujeres también reportaron que les hicieron firmar documentos en inglés, un idioma que no entendían, en circunstancias en las que no creían que pudieran negarse. “Todas firmamos algo que no entendíamos, en inglés”, dijo Mirna Y. a Human Rights Watch.

Bajo los términos de un mandato judicial emitido originalmente en 1988 y modificado por última vez en 2007, las autoridades de inmigración de EE.UU. tienen prohibido tergiversar los estándares para pedir asilo o inducir a los migrantes a renunciar a su derecho a una audiencia de remoción o deportación. Los migrantes deberían recibir notificación de sus derechos en español. Debido a que el mandato judicial fue emitido en un caso presentado en nombre de salvadoreños bajo detención migratoria, se aplica sólo a los salvadoreños detenidos que son elegibles para solicitar asilo.

Los funcionarios de CBP le dijeron a Human Rights Watch que la agencia cumple con todas las órdenes judiciales. Citando un litigio pendiente, no respondieron nuestras preguntas específicas sobre cómo la agencia garantiza el cumplimiento de esta medida cautelar.

POSIBILIDADES DE RECLAMACIÓN

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) cuenta con al menos cinco mecanismos de reclamación diferentes que pueden potencialmente recibir e investigar o remitir quejas sobre las condiciones en las celdas de detención. “El DHS principalmente anuncia los mecanismos de reclamación disponibles a través de los sitios web de distintas organizaciones”, pero “esta información no se comunica de manera consistente en las instalaciones de detención”, según el estudio de GAO. En respuesta, el DHS acordó colgar folletos con información sobre los procesos de reclamación para los migrantes en las celdas de detención.

Aunque algunas de las mujeres entrevistadas presentaron quejas directamente a los funcionarios, ninguna había escuchado durante el tiempo que habían pasado en las celdas de detención que hubiera otros mecanismos formales para hacerlo. Las pocas que sí presentaron reclamaciones no sabían qué medidas se tomaron para investigar y resolver sus quejas, si es que se tomaron algunas.

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