El de la patadita (gilipollas del mes) 2

¿Os acordáis del gilipollas de la patadita? ¿El capullo que se grabó preparándose para y pegándole una patada a traición a una chica en el 2015 en Barcelona para tirarla al suelo y luego lo difundió en redes sociales? Se llama Mario García Montealegre y la broma le costó a la víctima un esguince, hematomas en la rodilla y muñeca izquierdas, dolor en las cervicales y no poder trabajar en 75 días.

A Mario y a su amigo del alma Álvaro Gragera, que es el que grabó la jugada con el móvil, acaban de condenarles a pagar una compensación de 60.000 euros y a sólo 18 meses de cárcel (es decir, no la pisan) por haber admitido su culpabilidad. Qué barata sale la violencia de género en España. Los mandan también a un curso de sensibilización de género y a otro de prevención de comportamientos violentos. Repito: qué barata sale la violencia de género en España.

La sentencia de 18 meses por aceptar su culpa no me parece de recibo. No estamos hablando de dos críos ni de dos adolescentes todavía sin madurar que no supieran lo que estaban haciendo. Mario tenía 24 años cuando le pegó la patada a la otra. Es decir, tenía los huevos de los pelos negros y sabía perfectamente a quién se la estaba pegando. No se fue detrás de un armario empotrado de su edad para  grabarse pegándole una patada. ¿Por qué? Porque sabía perfectamente que un armario empotrado le podría haber pegado una buena hostia en el acto, que es desde luego lo que se merecía.

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