Diario de cuarentena 9

Sigo de cuarentena si no física, psicológica porque no termino de fiarme. Para como sale la gente a la calle, pocos casos ha habido en Manhattan y es rarísimo que no haya habido un rebrote. Veremos qué pasa en las dos o tres próximas semanas cuando la chiquillada vuelva a las aulas.

Poquito a poco voy recuperando la normalidad entendida por:

- Superar mi miedo al metro. Soy muy de o Juan o Juanillo. La semana pasada estuve de vacaciones y pasé de no haberme metido en el metro en seis meses a meterme en metro, autobús, barco y taxi normal en un solo día. Entiéndase por “taxi normal” el típico taxi amarillo de las series y películas norteamericanas que suele estar mucho más sucio que un Uber.

- Empezar a ir a la oficina. Seguimos sin fecha oficial de reapertura, pero una persona del equipo va cada día para recibir el correo y cualquier paquete. Yo elegí ir los lunes para quitármelo de en medio y poder pasar el resto de la semana en casa con mi churrini.

- Salir más de casa. La semana pasada fue un no parar (zoológico del Bronx, zoológico de Central Park, murales en el Lower East Side, murales en Harlem, mini crucero turístico alrededor de Manhattan…) que me sirvió para darme cuenta de que sí, efectivamente he sido gilipollas por casi no salir de casa y no hacer vida normal en seis meses. No voy a liarme la manta a la cabeza y salir de copas o viajar alegremente, pero saldré más de casa, con cabeza. Seguiré evitando Central Park, museos y lugares públicos donde pueda haber aglomeración de gente y no seré de las primeras en comer dentro de un restaurante cuando se pueda (creo que a partir del día 30 de este mes). Este fin de semana toca museo al aire libre en upstate New York con una amiga a la que llevo sin ver desde mi cumpleaños (ese día fue un hola y adiós desde la distancia porque pasó por casa para dejarme regalos y una tarta). Seguiré yendo a parques a los que no vaya mucha gente. Cuando empiece a hacer frío iré a galerías de arte que suelen estar vacías.

- Cuidarme. No sé cuánto peso cogí durante los primeros cuatro o cinco meses de cuarentena, pero me imagino que una burrada porque me pasé esos meses comiendo como una cerda. Me sentía bastante hinchada y super ameba emocional así que hace 38 días empecé a cocinar en casa tirando de todo lo que tengo en la despensa y el congelador, todo low carb, he perdido siete kilos y me siento mucho mejor de cuerpo, mente, alma y espíritu.

- Mimarme. El fin de semana pasado me hice la primera manicura y pedicura profesional desde marzo. No tuve una experiencia religiosa tipo Enrique Iglesias, pero casi. No me depilé porque me conozco y como me hubiese depilado me habría faltado tiempo para llamar a la no churri (a la que llevo sin ver desde marzo) para que viniese a darme un repaso. Yo to lo cuento mireuste.


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