Padre del año en San Francisco

Stephen O'Loughlin, de 49 años, ha matado a su hijo de 9 años en San Francisco. La madre del niño y Stephen llevaban años de juicios para quedarse con la custodia. La madre había presentado repetidas pruebas de que el padre estaba cada día más radicalizado con el tema de la atención médica y vacunas que se negaba a ponerle al niño. En el 2016 la madre presentó varios informes médicos recomendando que al niño se le vacunase como a todos los niños de su edad. El padre se negaba en redondo. Nada más que por eso, la madre debería haber conseguido la custodia única. Ahora Stephen O'Loughlin ha matado a su hijo por lo que lo hacen todo estos cobardes: para hacerle todo el daño que pueda a su ex, por mucho que la prensa lo achaque a que no quería que le pusieran la vacuna contra el COVID-19 porque supuestamente ha compartido cosas en redes sociales diciendo que la vacuna es una forma del gobierno de controlar a la población. Yo soy la madre de ese niño y le meto una denuncia al juez que ha dado lugar a esto que se caga. Al juez, a los abogados, a los médicos y expertos en medicinas alternativas que haya llevado el padre a declarar a su favor en algún juicio… Ya está bien de seguir apoyando a maltratadores en los juzgados. Si no quieren ver violencia de género en un padre que persigue a una madre hasta la saciedad para quitarle la custodia del niño, ¿qué hay de los derechos de ese niño? Las vacunas son un deber, no un privilegio ni un capricho de las madres.