Gilipollas del mes
El primer gilipollas del mes es Robert Unanue, CEO de Goya Foods, la mayor empresa hispana de alimentos de EEUU. Goya fue fundada en 1936 por una pareja de inmigrantes españoles (Robert es su nieto) y sus productos hasta ahora no podían faltar en la cocina de ninguna familia hispana.
Este bendito señor ha tenido los santos cojones de ir a la Casa Blanca vete a saber cuántas veces – sabiéndose como se sabe lo que piensa Trump de los hispanos (lleva apuntando maneras públicamente desde su campaña electoral en el 2015 o 2016 cuando decía que de México sólo vienen violadores, narcotraficantes y asesinos) y con la que tiene liada con el tema migratorio (desde redadas que rozan la ilegalidad donde van a por fulanito que tenga una orden de deportación y de paso se llevan a tres o cuatro que encuentren en el edificio, hasta la situación de la frontera con México donde tienen a familias separadas con mujeres, niños y hombres hacinados en jaulas).
Pero además de tener la indecencia de reunirse con Trump, ayer tuvo la desfachatez de decir en la Casa Blanca que: “para todos nosotros es una bendición tener un líder como el presidente Donald Trump". Con dos cojones. Clama al cielo. No caigo en ninguna empresa española o latinoamericana para hacer un paralelismo. Es como si el CEO de la empresa judía que más factura se hubiese reunido con Hitler para ensalzar sus logros públicamente en pleno Holocausto.
Desde anoche quien puede permitírselo está donando o directamente tirando a la basura todos los productos Goya que tuviera en casa. Yo soy de la generación que creció escuchando que había que acabarse lo que hubiera en el plato y no se podía desperdiciar la comida porque en África había niños muriéndose de hambre y además soy presidenta honorífica de la Hermandad del Puño Cerrado así que me terminaré el tomate frito, las habichuelas y demás cosas que pueda tener en la despensa y cuando tenga que ir reponiendo compraré marcas como Iberia, Badia, La Preferida o Knorr
Este bendito señor ha tenido los santos cojones de ir a la Casa Blanca vete a saber cuántas veces – sabiéndose como se sabe lo que piensa Trump de los hispanos (lleva apuntando maneras públicamente desde su campaña electoral en el 2015 o 2016 cuando decía que de México sólo vienen violadores, narcotraficantes y asesinos) y con la que tiene liada con el tema migratorio (desde redadas que rozan la ilegalidad donde van a por fulanito que tenga una orden de deportación y de paso se llevan a tres o cuatro que encuentren en el edificio, hasta la situación de la frontera con México donde tienen a familias separadas con mujeres, niños y hombres hacinados en jaulas).
Pero además de tener la indecencia de reunirse con Trump, ayer tuvo la desfachatez de decir en la Casa Blanca que: “para todos nosotros es una bendición tener un líder como el presidente Donald Trump". Con dos cojones. Clama al cielo. No caigo en ninguna empresa española o latinoamericana para hacer un paralelismo. Es como si el CEO de la empresa judía que más factura se hubiese reunido con Hitler para ensalzar sus logros públicamente en pleno Holocausto.
Desde anoche quien puede permitírselo está donando o directamente tirando a la basura todos los productos Goya que tuviera en casa. Yo soy de la generación que creció escuchando que había que acabarse lo que hubiera en el plato y no se podía desperdiciar la comida porque en África había niños muriéndose de hambre y además soy presidenta honorífica de la Hermandad del Puño Cerrado así que me terminaré el tomate frito, las habichuelas y demás cosas que pueda tener en la despensa y cuando tenga que ir reponiendo compraré marcas como Iberia, Badia, La Preferida o Knorr
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