El backlash sapero en España

* * Fuente: Invisibilización y desprotección de las víctimas de la violencia de género en los puntos de encuentro familiar: desmontando el SAP de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Puedes descargártelo aquí: http://www.observatorioviolencia.org/upload_images/File/DOC1267615378_PEF_SAP.pdf

El ideario del SAP está siendo difundido a nivel internacional (EEUU, Australia, Argentina, Canadá etc.) desde hace años por el movimiento del Backlash, o Contramovimiento, liderado ahora por asociaciones de padres varones y por la custodia compartida que dicen defender sus derechos como tales padres (Father Rights Movement), pero que sin embargo enmascaran la defensa de su supremacía frente a la mujer y sus hij@s. El SAP constituye el credo de estas asociaciones de toda una multitud de siglas de signo machista que enmascaran una corriente en contra de la igualdad entre hombres y mujeres, con la complicidad de las fuerzas políticas neoconservadoras y de los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad, y con el apoyo decidido de una parte de la judicatura.

El apogeo de los PEFs llegaría del 2001 al 2004 y en adelante, gracias al impulso de este Contramovimiento encabezado por las asociaciones de padres varones separados. Estas asociaciones han trazado toda una estrategia para conseguir la expansión de los puntos de encuentro familiar (PEFs) y para controlar la formación de su personal como una herramienta más para lograr imponer su ideario. El Contramovimiento está consiguiendo infiltrar en el imaginario colectivo muchos de sus neomitos estrella, está consiguiendo definir de forma distorsionada la realidad de los conflictos judiciales de familia. Como afirma Consuelo Barea: “Los movimientos de “Derechos del Padre” dicen que el hombre tiene desventaja legal en las disputas por la custodia. Hablan de los maltratadores como de víctimas de sus mujeres que los denuncian falsamente, y que según ellos son las verdaderas maltratadoras. Promueven la custodia compartida como primera opción en el divorcio, y afirman que muchas madres alienan a sus hij@s contra ellos y les dificultan el acceso.”

Son estas asociaciones, y sus acólitos, ciertos psicólogos, magistrados y abogados afines a su discurso, los que realmente dirigen el pensamiento de los PEFs. Son ellos quienes gestionan indirecta o directamente muchos de estos recursos, los que imponen su perspectiva en la concepción de lo que es un PEF, los que definen las líneas de las jornadas y cursos para la formación de su personal, que incluyen su idea de mediación familiar, de custodia compartida y, por supuesto, de la teoría del SAP.

Aparentemente tanto en España como en otros países, estos padres trasmiten que luchan por sus derechos paternofiliales proyectando estratégicamente una imagen de estar actuando con neutralidad e incluso defendiendo la igualdad entre hombres y mujeres, cuando en la práctica buscan contrarrestar el avance que se está produciendo en materia de derechos de la mujer, especialmente en aquellos que la protegen a ella y a sus hij@s de la violencia machista.

En palabras del sociólogo Michael Flood: “Estas asociaciones responden a los temas de violencia doméstica y sexual desde el punto de vista del perpetrador de violencia. Más aún, estos grupos responden de la misma forma que los maltratadores actuales: minimizan y niegan las dimensiones de la violencia, culpan a la víctima, y explican la violencia como mutua en la pareja o fruto de un proceso recíproco entre ambos miembros (Eran, 1996, p. 105). En otras palabras, los discursos y actividades de estas asociaciones imitan las micro-prácticas de los maltratadores”.

Las características principales de este Contramovimiento machista en España, siguiendo las líneas del movimiento internacional de los “Derechos del padre” basadas en los principios del SAP, podríamos resumir estas características de la siguiente manera:

- Desprecian la perspectiva de género, en España, por ejemplo, la Ley de Igualdad y más concretamente la Ley Integral, tachándola de inconstitucional, discriminatoria para el hombre, y de potenciar el conflicto de la pareja en lugar del diálogo. Para estos grupos, se “ha ido demasiado lejos” en el intento de proteger a las mujeres llegando a la victimización del hombre. En la práctica luchan por desprestigiar una ley cuyo objetivo es erradicar la violencia partiendo del origen patriarcal que la justifica.

- Distorsionan la realidad de la violencia de género considerando la violencia machista poco frecuente y atribuyéndole a menudo causas ajenas a la responsabilidad del varón que la ejerce. La violencia sexista para estas asociaciones no es tal, sino una violencia bidireccional en la pareja en la mayoría de los casos, y por ello tratan de imponer la denominación de “violencia doméstica” desterrando el concepto de género. Según ellos, la mayoría de los casos de violencia de género no son más que “conflictos de pareja”.

- Desprecian y atacan al feminismo que defiende a las mujeres víctimas de violencia de género, al que tachan de “radical”, “revanchista” y al que culpan de potenciar políticas que acentúan el conflicto en la pareja y el “victimismo” que debilita a las mujeres.

- Dicen hablar siempre en interés superior del menor, no en interés de ellos, los padres varones, aparentando ser neutrales, frente al feminismo que según ellos busca el interés de las mujeres en este tema.

- Llevan a cabo una estrategia de mercado, sobre todo en Internet, que potencia una imagen ficticia de padres víctimas, aparentando su preocupación por sus hij@s, dándole a sus intervenciones un carácter científico, pero desarrollando un discurso cargado de de injurias y calumnias contra las organizaciones de mujeres y expert@s que prestan apoyo a las víctimas de la violencia de género.

- Aparentan defender la “verdadera” igualdad entre hombres y mujeres, son defensores a ultranza de la custodia compartida, que presentan como la solución más “igualitaria” y beneficiosa para el/la menor, pero que en la práctica utilizan como manera de instrumentalizar a los hij@s contra la mujer o de obtener ventajas económicas o de vivienda en la separación.

- Legitiman el SAP como una verdad científica y del que dicen ser víctimas a menudo, por culpa de las madres manipuladoras; no admiten que ha sido su conducta violenta y el ejercicio de la agresividad contra la mujer y los hij@s lo que hace inevitable el rechazo de estos al padre que nunca les mostró afecto y que siempre los trató con indiferencia o agresividad.

- Difunden el mito de las denuncias falsas de malos tratos al que convierten en fenómeno muy frecuente, con la intención de acabar con la credibilidad de las mujeres víctimas de violencia de género que buscan protección en el sistema judicial.

- Dicen buscar el diálogo y la conciliación en litigios de separación o divorcio, frente a la denuncia que potencian las “feministas radicales”, reivindicando e intentando imponer la Mediación Familiar obligatoria en recursos sociales y en el sistema judicial, cuando en realidad lo que persiguen es el contacto con la mujer con el fin de hacerla desistir de su ruptura para poder seguir manteniendo el control, el dominio y el sometimiento de ella y de sus hij@s.

En definitiva se trata de ocultar con disfraces de falsa igualdad y defensa de la infancia una ideología de marcado contenido machista y de valores y principios basados en un trasnochado conservadurismo, que no pretende otra cosa que retrotraer a las mujeres a tiempos pasados donde el varón, dentro de la más estricta legalidad, controlaba, dominaba, decidía y sometía a la mujer.

* * Fuente: Invisibilización y desprotección de las víctimas de la violencia de género en los puntos de encuentro familiar: desmontando el SAP de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Puedes descargártelo aquí: http://www.observatorioviolencia.org/upload_images/File/DOC1267615378_PEF_SAP.pdf

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