Interseccionalidad de mi lesbianismo y bordería con el concepto TERF

Estoy un poquito harta de que unas y otras me digan que el término TERF sólo se usa como insulto contra feministas radicales trans-exclusionarias hetero y que no debería usarlo en este blog ya que hago un uso incorrecto cuando escribo sobre el tema.

Primero y principal, ya lo he dicho muchas veces, no le pongo una pistola a nadie para que lea este blog. Segundo, a tomar por culo.

En la prensa tradicional se mencionan casos de escritoras/periodistas vetadas en universidades contagiadas de la moda de lo políticamente correcto (las escritoras/periodistas son vistas como anti-trans y las uniones estudiantiles montan pollos para que les retiren la invitación a dar una charla aunque el tema de la charla no tenga nada que ver con derechos LGBT), mujeres agredidas por desactivistas trans por el simple hecho de estar en la calle y mujeres sin poder entrar en reuniones feministas por tener un piquete trans en la puerta. También se le da difusión a casos como la dimisión en masa de mujeres de un partido político en Inglaterra al incluir a mujeres trans en las listas de candidatas. Hay muchísimas otras agresiones trans hacia mujeres que no salen en la prensa. Y no lo discuto ni lo niego. No creo que el hecho de usar yo TERF en este blog invisibilice o minimice esos ataques trans contra las feministas.

Mireuste: es que a mí no me llaman TERF por feminista. A mí me llaman TERF por no querer acostarme con tíos trans. Me lo dicen a la cara, me lo dicen vía email y me lo dicen online. Hace siglos salí de marcha con un chico trans y sus amigos, él le dijo a sus amigos delante mía que iba a llevárseme a la cama en alemán pensando que no le entendía y sorprendiéndose después cuando acabó la noche solo en su casa matándose a pajas. Que a esas alturas de la vida yo tuviese que explicarle a un hombre hecho y derecho que salir de copas, a cenar, al cine o a dar una vuelta no es una cita tuvo guasa. Me quedé muerta cuando me dijo que al ser él trans y yo una lesbiana femme se sobreentendía que por ir juntos a la vuelta de la esquina estábamos en una cita. Acabáramos. 

Desde entonces me paseo por Manhattan como las locas: aclarando a gente nueva que sólo salimos como amig@s no vaya a volver a verme en la misma situación. Lo intento arreglar con un "te lo digo de entrada para no hacerte perder tu tiempo y para no perder mi tiempo". ¿Tú dime a mí por qué tengo yo que dar explicaciones? ¿por qué tengo que ir por la vida diciéndole a un tío trans que no quiero acostarme con él? ¿por qué él asume o da por hecho que vamos a acostarnos? Y lo peor es la sensación de deja vú, porque esto ya me ha pasado (me pasa) con tíos heteros. ¿Por qué tengo que aguantar la misma mierda dentro de la comunidad LGBT?

Lo que yo veo a mi alrededor es una campaña de acoso y derribo trans para meterse en nuestra cama; escribo "nuestra" porque es algo que también le pasa a mis amigas o conocidas boller con chicos trans. Luego te vas a internet y te enteras de casos de perfectas desconocidas acosadas por el mismo tema pero con un matiz diferente: el acoso viene por parte de mujeres trans. Hablo de agresiones en forma de insultos, memes, fotos ofensivas e invitaciones a pegarnos o violarnos por no querer acostarnos con una mujer trans o con cualquier persona que se identifique como lesbiana. ¿Maaaaande lo qué? Hace 15 años era políticamente correcto hablar de una mujer trans como una mujer que habiendo nacido como hombre se había operado, se había hormonado, se vestía, hablaba y se maquillaba como una mujer. A todos los efectos era una mujer. Hoy no. Hoy explicas lo que es una mujer trans en esos términos y te crucifican porque excluyes a las mujeres trans no operadas. Hoy es políticamente correcto defender que cualquier hombre puede levantarse un día diciendo que se siente mujer y (sin operarse, hormonarse ni nada) exigir que cualquier lesbiana se le abra de piernas. Al no abrirnos de piernas, se nos acosa, se nos insulta llamándonos zorras, putas o TERFs; se nos persigue online, se bloquean nuestras páginas de fans o perfiles en twitter y facebook, y se invita a otras personas a pegarnos y/o violarnos… todo desde el anonimato porque en el 99.9% de los casos todas estas mujeres trans se ocultan bajo seudónimos.

A mis casi 40 años que me digan TERF me la suda. Pueden (podéis) llamarme lo que quieran porque voy a seguir sin acostarme con tíos trans y defendiendo el derecho de las lesbianas a no acostarnos con quien no queramos.

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