Gilipollas del mes


Esto pasó en noviembre y casi me lo dejo en el tintero. A mediados de mes salió la noticia de un entrenador de equipos alevines  que enseña a ser machista en Ceuta. En un partido de la liguilla o cómo lo llamen, donde ya lo habían expulsado por gritarle al árbitro, no tuvo otra que gritarle a su equipo desde las gradas un: “Hay que entrarle con más fuerza y más dureza que es una niña y no se puede llevar el balón". Con dos cojones. Por lo poco que conozco del futbol pachanguero español me imagino que este entrenador es el padre de alguno de los miembros masculinos del equipo o un profesor de educación física que entrena al equipo por amor al arte. ¿Quién ha puesto a semejante cromañón a cargo de un equipo de chiquillos? ¿qué quieren que le enseñe a sus hijos? ¿qué pegar a una niña está bien? ¿qué acosar a una niña está bien? ¿qué las niñas no pueden jugar a futbol? ¿dónde queda el espíritu deportivo de este hombre y de la gente que lo tenga en semejante puesto aunque sea no pagado? Porque, tengo entendido, lo mismo me equivoco, en un equipo de alevines se trata de ir formando a futuros futbolistas profesionales. Y digo “formando” porque el futbol como cualquier otro deporte requiere una disciplina física y mental que cuando la encauzan bien desde el principio puede ser muy positiva para l@s niñ@s (madre mía: qué americano me ha quedao esto). Con cromañones así al cargo de su formación, te explicas cómo cuando llegan a la universidad o a equipos profesionales los jugadores de futbol ven a las mujeres cómo seres inferiores y no tienen reparo para violarlas en grupo sea en el campus, sea en los vestuarios donde se duchen después de entrenar o después de algún partido para celebrar la victoria o derrota del día.

Lo han condenado a una multa de 216 euros y a no poder dirigir a su equipo en 6 meses. Creo que se merece no poder volver a entrenar en la vida porque no es un comportamiento my normal ni dar lugar a que te expulsen por gritarle a un árbitro en un partido de niños (ni que estuviera el tío en un Madrid-Barcelona) ni enseñar a la muchachada a ser agresiva o si me apuras violenta en base al género. Sí: violenta. En mis tiempos de futbol pre-adolescente dominguero sin árbitros o supervisión adulta “entrarle más fuerte a alguien” suponía patadas, codazos y acabar con esa persona en el suelo si hacía falta para que no metiera un gol. Yo entendería que les hubiera dicho a sus jugadores que le entrasen con la misma fuerza o ganas que le entran a los demás jugadores del equipo contrario, pero ese intento de incendiarlos con un “una niña no se puede llevar el balón” no tiene perdón de Dios.

Repito ¿es eso un comportamiento normal en un entrenador? ¿qué van a hacer las madres y padres del Puerto Bar Portuarios cuando pasen los 6 meses? ¿recompensarle la gracia dejando que siga entrenando a sus hijos? 

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