Violaciones en grupo en Camboya
Las camboyanas están apañadas como las violen. No es sólo que no haya centros de atención para las víctimas de violación o que se enfrenten a la misma reticencia a creerlas por parte de jueces y policía. No. Las camboyanas se las ven y se las desean para presentar evidencias físicas. Los conceptos de “hospital” y “urgencias” en Camboya no existen. A menudo los médicos que tienen que examinar a las víctimas de una violación para certificar que han sido violadas cobran por hacerlo y le cobran a la víctima – hay muchísimas mujeres que no pueden permitirse comer a diario así que aun menos pueden per
Resulta que la que tenga la suerte de tener solvencia económica y pruebas suficientes para que le admitan la denuncia y llegue a juicio también tiene que bregar con su propia familia porque está muy extendida la creencia de que las víctimas en realidad sólo quieren dinero así que los violadores negocian con las familias para comprar su silencio. Eso, cuando no las casan a la fuerza con sus violadores para salvar la honra familiar – porque a ti no te han violado porque él sea un cabro sino porque tú eres una guarra que lo ibas buscando así que, como castigo, te casamos con tu violador.
Con este panorama no es de extrañar que el número de violaciones en grupo – en las que los violadores son tres o más hombres – esté aumentando. Según LICADHO, en el 2002 se llevaron a juicio 8 casos de violaciones en grupo y sólo hubo 2 condenas. En el 2003 se juzgaron 11 casos, sólo hubo una condena y todavía hay una sentencia pendiente.
También según LICADHO:
- el 37% de los violadores son agricultores y pescadores
- el 36% de violadores son funcionarios públicos (entre los que se encuentran médicos, policías y jueces)
- el 18% son estudiantes
- el 9% restante son chicos menores de 16 años
Hay estadísticas, hay estudios, hay ayuda internacional y el gobierno camboyano se pasa por el forro todas las recomendaciones y ofertas de ayudas porque la mujer camboyana vale menos que un perro para ellos. Sólo hay que reparar en ese 36% de funcionarios públicos que en teoría debería defender a la mujer y en la práctica se aprovecha de ella para darse cuenta.
Resulta que la que tenga la suerte de tener solvencia económica y pruebas suficientes para que le admitan la denuncia y llegue a juicio también tiene que bregar con su propia familia porque está muy extendida la creencia de que las víctimas en realidad sólo quieren dinero así que los violadores negocian con las familias para comprar su silencio. Eso, cuando no las casan a la fuerza con sus violadores para salvar la honra familiar – porque a ti no te han violado porque él sea un cabro sino porque tú eres una guarra que lo ibas buscando así que, como castigo, te casamos con tu violador.
Con este panorama no es de extrañar que el número de violaciones en grupo – en las que los violadores son tres o más hombres – esté aumentando. Según LICADHO, en el 2002 se llevaron a juicio 8 casos de violaciones en grupo y sólo hubo 2 condenas. En el 2003 se juzgaron 11 casos, sólo hubo una condena y todavía hay una sentencia pendiente.
También según LICADHO:
- el 37% de los violadores son agricultores y pescadores
- el 36% de violadores son funcionarios públicos (entre los que se encuentran médicos, policías y jueces)
- el 18% son estudiantes
- el 9% restante son chicos menores de 16 años
Hay estadísticas, hay estudios, hay ayuda internacional y el gobierno camboyano se pasa por el forro todas las recomendaciones y ofertas de ayudas porque la mujer camboyana vale menos que un perro para ellos. Sólo hay que reparar en ese 36% de funcionarios públicos que en teoría debería defender a la mujer y en la práctica se aprovecha de ella para darse cuenta.
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