Cerdas machistas

Por fin ha caído en mis manos el libro "Female Chauvinist Pigs: Women and the Rise of Raunch Culture" de Ariel Levy cuyo título puede traducirse libremente como "Cerdas machistas: las mujeres y el auge de la cultura del aputonamiento" y trata de la moda del aputonamiento y como las mujeres contribuimos a ella.

Aputonamiento es que niñas, adolescentes y mujeres de todas las edades salgan a la calle vestidas como putas, depiladas como actrices porno, con uñas sintéticas y pelo alisado después de tratamientos con keratina, presumiendo de habilidades propias de las susodichas, comportándose como tales dentro o fuera de la cama y metiéndose con mujeres que no son como ellas. Ropa y zapatos, maquillaje, clases de striptease y barra... cosas que hace años era dificilísimo encontrar ahora las ves en todas partes. No hace falta internet ni un sex shop para comprar zapatos de plataforma transparentes o de leopardo, los venden en cualquier zapatería y hasta en grandes almacenes. Las tangas que hace 10 o 15 años era imposible encontrar en una mercería respetable ahora las tienes hasta en el mercaillo y te las meten por los ojos en todas partes. En teoría las facilidades para diseñar, producir, distribuir y vender bragas, zapatos de plataforma transparentes, faldas de látex y otros productos las tienen los empresarios a la hora de crear libros. ¿Por qué a día de hoy sigue siendo misión imposible encontrar libros de algunas feministas traducidos al español? ¿por qué no se publican más libros de escritoras feministas españolas? ¿por qué son sólo ediciones minoritarias, a menudo caras, que pasan sin pena ni gloria por las librerías españolas? Publica Nacho Vidal un libro sobre sus experiencias en el mundo porno y es un superventas, aquí publicó Pamela Anderson una pseudo-novela y estuvo en la lista de más vendidos del New York Times, pero si publican libros sobre la mujer en las cárceles españolas o mujer, sexo, política y economía te las tienes que ver y desear para encontrarlos y te tienes que dejar un riñón y parte del otro en comprarlos (o buscarte una amiga rumbosa que te los mande – jailoivyu veeeecina!).

Aputonamiento es también que las mujeres veamos normal salir a la calle como putas y que participemos con gusto en numeritos tipo besos con una amiga, bailes subidos de tono con otra amiga, concurso de tangas o camisetas mojadas, ir a bares de striptease con nuestras amigas o con tíos... no porque nos guste sino para ser parte de la manada o interesarle a un tío. Dice Levy que las mujeres queremos ser "uno más", que estamos hartas de ser consideradas ciudadanas de segunda o una categoría aparte, que sin querer ser hombres queremos que se nos perciba como iguales y parte de ser iguales es que nos quiten el sambenito de estrechas, aburridas, no tener sentido del humor, etc. Cosas que hace 20 años habrían sido inaceptables y/o habrían arruinado la reputación de cualquiera (insultar a una mujer delante de otra, decir que le comerías las tetas a otra mujer “por probar” (dejando claro que tú eres modeLna pero nunca, jamás de los jamases, lesbiana), ir a bares de topless juntos, ir vestidas como putas, beber más que un hombre...) hoy las vemos como normales y/o aceptamos sin rechistar para demostrar que no somos unas estrechas aunque a la hora de la verdad no se haya eliminado la cultura del doble rasero y a las mujeres se nos siga señalando como ligeritas de cascos por hacer cualquiera de las cosas que he escrito arriba.

Aputonamiento es también que una mujer de la edad que sea haga todo lo anterior y ejerza presión sobre la niña, adolescente o mujer que no quiera un piercing, ni pintarse los ojos como Amy Winehouse ni ponerse las tetas de Pamela Anderson ni matarse de hambre ni pasarse media vida en el gimnasio. Las llama estrechas, relamidas, empollonas, aburridas, mal folladas, amargadas, frígidas, lo mismo les dice que van a quedarse para vestir santos que las acusa de querer quitarle el novio o el marido a pesar de su frigidez… Es decir, todos los insultos, todas las formas de presión que ella ha podido recibir directamente de un hombre o indirectamente de la sociedad, todo el machismo que ha ido internalizando desde la cuna lo dirige no contra ella (que es una mujer moderna, rumbosa y libre como bien saben su novio o marido, amigos y compañeros de trabajo) sino contra las mujeres que tiene alrededor que no se prestan al mismo juego. Bien porque de verdad sean estrechas bien porque sean lesbianas y no necesiten reafirmación en forma de halagos o palmaditas en la espalda de ningún hombre.

No nos engañemos - la cultura del aputonamiento no nos libera sino que nos esclaviza; nos hace todavía más víctimas de la doble moral. Los mismos hombres que compran miles de DVDs de Girls Gone Wild no se casarían con ninguna de las chicas que enseñan las tetas y el culo a cambio de una camiseta o una gorra. No sé poner un ejemplo español. En EEUU es noticia que una abogada trabaje en un bar de topless para pagar sus préstamos de estudiante, pero no se dice nada del estudiante que a lo mejor trabaja en Chippendales para pagarse la carrera de medicina ni del que tiene que prostituirse con lo mejorcito de la sociedad neoyorkina por lo mismo.

Para más inri, tenemos zapatos, ropa de látex, esposas, kits de juegos sexuales, botellas de vino u alcohol especial para "ladies nights"... no para nuestro propio uso y disfrute sino para cazar y mantener contento a un hombre que, si nos pone los cuernos, no es porque sea un gilipollas sino porque no somos lo suficientemente guapas, no somos lo suficientemente delgadas, no nos depilamos el coño a gusto del señorito, no estamos lo suficientemente siliconadas, no somos lo suficientemente expertas en la cama, etcétera, etcétera, etcétera. A las niñas se las bombardea para que se aputonen directa (bebé lactante, muñeca con barra de striptease, maquillaje de juguete…) o indirectamente (l@s niñ@s son mon@s de repetición que copian todo lo que ven en sus casas y en la calle), pero a ninguna se le enseña a querer y respetar su cuerpo por encima de un hombre. Hoy niñas norteamericanas de entre 10 y 14 años corren como locas a chuparle la polla a un compañero de clase pero no se ha oído hablar todavía de un niño de esas edades que se preste voluntario a hacerle un cunnilingus a ninguna. Lo que venden es una sexualidad pasiva, un modelo de comportamiento en el que la mujer sólo puede ser activa por y para el hombre, al servicio del hombre. El único órgano sexual de una niña, adolescente y mujer de cualquier edad parece ser la boca (fijaos en el chorro maquillaje que nos meten por los ojos desde pequeñas {barbies, nancies, maquillaje para que sean como mamá}). ¿El clítoris? la mayoría no sabe que tienen uno ni para qué sirve ni cómo darse placer a sí mismas hasta bien entrada la treintena si tienen suerte. Algunas no descubren que tienen clítoris o no se atreven a tocárselo hasta que no han entrado en la cincuentena y se han divorciado dos veces – no porque sean unas antiguas, ojo, ellas participan en la cultura del aputonamiento, sino porque desde pequeñas lo que han entendido es que el clítoris es una extensión de la sexualidad masculina (no de la suya propia!) y tocarse el clítoris ellas solas, pensar en tu propia gratificación sexual, es de putas o feministas o lesbianas y “de eso” ellas no son.

En esto, como en todo, yo tengo la opinión de que si haces algo por ti misma, por para y por ti misma, olé tus ovarios. Si tienes control completo y total sobre tu cuerpo, si te masturbas, si eres clarísima a la hora de decirle a tu pareja lo que te gusta en la cama, si no le dejas salir de la cama no hasta que él se haya corrido sino hasta que tú te hayas corrido varias veces, si tu aputonamiento es parte de tu sexualidad y contribuye a tu placer independiente del suyo y, como yo tienes una colección de zapatos que sería la envidia de cualquier pilingui ¡olé tus ovarios!

Ahora que si te aputonas porque piensas que no tienes otra opción, porque estas desesperada, porque tu autoestima está por los suelos y necesitas un hombre al lado, si pones la sexualidad de tu pareja por encima de la tuya, si nunca has tenido un orgasmo porque te da vergüenza pedirle cosas a tu pareja en la cama o crees que si te tocas el clítoris se te va a caer al suelo, si nunca has tenido un orgasmo sea de la forma que sea y lo ves normal... necesitas una magic wand y terapia. Mucha terapia.

Comments

Popular Posts