Detenciones arbitrarias de solicitantes de asilo en EEUU: el caso de Alejandra

* * copiado tal cual del informe: EEUU: "Tú no tienes ningún derecho aquí". Expulsiones ilegales en la frontera, detención arbitraria y malos tratos infligidos a solicitantes de asilo en Estados Unidos" de Amnistía Internacional
* * * arrimando el ascua a mi sardina: casos como este son por los que se tienen que rasgar las vestiduras los desactivistas trans en lugar de perseguirnos a las lesbianas por no querer irnos a la cama con ellos.

Alejandra, de 43 años, es una activista de los derechos de las personas transgénero, de El Salvador. Tras sufrir durante años palizas y agresiones debido a su identidad de género, huyó de El Salvador y solicitó asilo en la frontera mexicano-estadounidense el 26 de noviembre de 2017. El 8 de diciembre la trasladaron al recinto trans de Cibola, donde ha estado siempre detenida desde entonces.

“Me presenté ante inmigración de Estados Unidos en el puerto de entrada de San Ysidro a las 9 de la mañana del 26 de noviembre de 2017. Y fue entonces cuando comenzó mi martirio”, contó a Amnistía Internacional. “Soy una mujer transgénero de cierta edad que lucha por los derechos de las personas LGBT […] no dejaré de luchar hasta el último día que esté en esta tierra.”

Alejandra estuvo más de 10 años luchando por los derechos de las mujeres transgénero en El Salvador como activista. Atacada debido a su identidad transgénero, afirmaba que había sido agredida sexualmente tanto por la mara como por el ejército salvadoreño. Los miembros de la mara también la golpearon en cinco ocasiones entre 2013 y 2016, dejándole cicatrices en el cuero cabelludo, la cara y una pierna, que mostró al equipo de investigación de Amnistía Internacional. En El Salvador, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no la protegían, así que se vio obligada a huir para salvar la vida.

El 8 de mayo, cuando Amnistía Internacional la entrevistó en el centro de Cibola, Alejandra manifestó su preocupación por la atención médica inadecuada e insensible que ella y otras mujeres transgénero recibían allí, con largos retrasos en la provisión de exámenes médicos y alivio del dolor. Alejandra tiene un problema médico grave, pero para el que hay tratamiento. Tras revisar su historial médico, abogado dijo que parecía que el personal médico de Cibola no le había administrado el tratamiento necesario bajo custodia. “Solicitamos exámenes médicos, y no nos responden o nos conceden el examen en 15 días”, explicó Alejandra a Amnistía Internacional en mayo.

El 8 de junio, la organización publicó una Acción Urgente sobre el caso de Alejandra tras informar ésta a su abogado de que llevaba 11 días sufriendo terribles dolores de cabeza, vómitos y hemorragias nasales. Le dijo que, a pesar de que durante ese tiempo había pedido atención médica seis veces, no le habían hecho ningún examen médico en la enfermería. (La urgencia médica de Alejandra cuestionó lo afirmado por el supervisor del ICE de Cibola, quien el 1 de junio había dicho por escrito que el ICE había abordado ya los motivos de preocupación de Amnistía Internacional sobre la administración de atención de la salud y no había ya problemas.)

El 15 de junio de 2018, un juez de inmigración rechazó la solicitud de asilo de Alejandra y ordenó su expulsión de Estados Unidos. El mismo día, el ICE le denegó la libertad condicional por razones humanitarias, pese a ser evidente que su salud estaba empeorando y necesitaba recibir con urgencia atención adecuada. El 19 de julio, el ICE respondió a una carta de preocupación de Amnistía sobre el caso de Alejandra asegurando que estaba “recibiendo atención médica adecuada y apropiada”.

Sin embargo, según el abogado, aún no se ha diagnosticado correctamente a Alejandra su problema de salud, que no se está tratando de manera coherente ni correcta. Cuando recurrió contra la decisión, el abogado continuó solicitando su libertad condicional urgente a fin de que reciba la atención médica especializa que necesita para tratar su enfermedad.

“Solicité la libertad condicional, con toda la documentación requerida, pero la solicitud se rechazó. [...] No me dijeron el motivo por el que me denegaban la libertad condicional, sólo me la denegaron. No nos la han concedido a nadie.” Alejandra dijo a Amnistía Internacional que, si la dejaban en libertad condicional por razones humanitarias: “Lo primero que quiero es ir corriendo a abrazar a mi sobrina. Nos gustaría vivir juntas.”

El 26 de julio de 2018, la oficina de campo del ICE en El Paso denegó la libertad condicional a Alejandra por tercera vez, a pesar de su precario estado de salud y su necesidad de atención especializada. Amnistía Internacional examinó las cartas del ICE de junio y julio donde se denegaba a Alejandra la libertad condicional, en ambos casos por supuesto “riesgo de fuga”. No parece que en la determinación de su riesgo de fuga se tuviera en cuenta su intención de vivir con su sobrina transgénero, que había solicitado ya asilo en abril de 2018.

En ninguna de las cartas de denegación de la libertad condicional se utiliza más medio que un formulario de casillas de verificación para comunicar los motivos de la denegación, lo que dista claramente ser la evaluación razonada individualmente que exigen las directrices sobre la libertad condicional. Cuando, en junio de 2018, un funcionario del ICE envió por correo electrónico la carta de denegación al abogado de Alejandra, puso en el formulario el nombre de otra persona solicitante de asilo, aparentemente porque había preparado la carta copiándola con la función de cortar pegar de la de la otra persona. (La volvió a enviar rápidamente ya con el nombre de Alejandra.) En la carta de denegación del 26 de julio se utilizó el mismo formulario de casillas de verificación, sin decisión razonada, aparentemente incumpliendo la orden de la corte federal del 2 de julio en la que se pedía a la oficina de campo de ICE en El Paso que reevaluara todas las peticiones de libertad condicional tomando decisiones razonadas individualizadas. El abogado de Alejandra informó a Amnistía Internacional que nunca había recibido una explicación de ese tipo.

En cambio, a otras personas solicitantes de asilo en estado de salud similar les aprobaron las peticiones de libertad condicional por razones humanitarias tras la orden judicial de julio de 2018, reconociendo específicamente la necesitad de atención especializada.

“Estoy preparada para todo. He aprendido a ganar y he aprendido a perder”, dijo Alejandra.

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