Gilipollas del mes

Gary Randall (alias buffmaster) es un entrenador personal de Leicestershire (Inglaterra) con una jarta músculos, pero sin dos dedos de frente, que ahora mismo está en el “candelabro” por decirle a una mujer que está muy gorda para unirse a su bootcamp y sugerirle que pierda treinta kilos antes de volver a molestarlo con querer apuntarse a su clase.

Un entrenador personal diciéndole a una persona obesa que no puede ayudarla, que está muy gorda. Toma moreno. ¿Qué clase de entrenador eres si no puedes ayudar a gente a partir de determinado peso? ¿dónde has estudiado padre? ¿tus clases son para ayudar a la gente a ponerse en forma o ligar? ¿qué clase de persona eres si no quieres ayudar a gente a partir de determinado peso? Y, sobre todo, ¿qué clase de gilipollas eres si no sabes que a estas alturas de la vida todo se comparte, todo se hace viral y te juegas cargarte tu propio negocio? Es que encima el gilipollas termina de rematar la faena escribiendo en su Facebook en abierto que se enorgullece de ser honestamente brutal con sus clientes. Obviamente ha tenido que desactivar Facebook y twitter. Su instagram ahora es privado.

Yo soy clienta de ese tío y me busco otro entrenador personal que este menos interesado en hacer caja (hasta su propia línea de camisetas y sudaderas tiene el notas) y más interesado en ayudar a la gente a perder peso y/o ponerse en forma. Es más, soy dueña de un gimnasio y le quito el privilegio de entrenar a quien sea en mis instalaciones. No sé en Inglaterra o en España, pero en Manhattan hay gimnasios donde l@s entrenador@s dan clases empleados por el gimnasio o los dejan entrar “de gratis” acompañado a clientes que les pagan directamente a ell@s. En ambos escenarios yo no le dejaría poner un pie en mi gimnasio. Que se vaya a discriminar a la puta calle.



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