Feminismo subido

Estoy acabando un trabajo para Marketing Concepts y caigo en la cuenta de que tengo el feminismo subido. No se me ha ocurrido otra cosa que hacer una comparación entre los tampones de Tampax y los tampones de CVS, que es una cadena de farmacias tipo hipermercado español Pryca/ Carrefour. La idea no es muy original porque la saqué de un momento de epifanía que tuvo Inga Muscio en un supermercado y refleja en su libro Cunt. A declaration of independence.

Desde que llegué a América, que es cuando empiezo a trabajar y ver el valor de las cosas (ay si mi madre me leyera…), estoy cabreada sobre el hecho de ser mujer y tener que gastarme un dineral cada vez que estoy con la regla (por no hablar de otras cosas que nos venden más caras: ropa, productos para el cabello, desodorantes y hasta coches porque creen que “mujer” es sinónimo de “gilipollas”). Hay alguna radical que dice que los tampones te matan con el síndrome de shock tóxico y hay que dejar de usarlos a toda costa. Yo digo que se ha demostrado que los casos de shock tóxico son muy reducidos y que el riesgo es menor cuando se usa un tampón de poca absorción. No. No estoy en contra de los tampones, estoy en contra de dejarnos un dineral en un producto (a) que enriquece a un hombre (b) que no necesitamos.

Se mire como se mire, por muchas ejecutivas que tengan en sus filas, hoy por hoy las compañías que venden productos de higiene femenina están en manos de un grupo de hombres a los que les interesa seguir vendiéndonos la idea de que la regla es una enfermedad. Se mire como se mire, lo que hace falta es educarnos. A estas alturas de la vida todavía hay mujeres que piensan que una no puede bañarse, ducharse o lavarse la cabeza cuando está con la regla. Aunque se ha demostrado lo contrario, hay mujeres que creen que el ejercicio físico puede matarlas en estos días del mes. Luego está la actitud de algunos hombres. La regla no es contagiosa pero a veces parece que una tiene la lepra ya que muchos creen que es peligroso mantener relaciones sexuales si su pareja está sangrando. Y no te hablo de la India o países donde la mujer tenga que dormir en el suelo mientras sangra, sino de Córdoba, España.

¿Por qué enriquecer a un hombre comprando tampones cuando podemos comprar otros productos como esponjas marinas, toallas o trapos estériles y lavables o un keeper que es una especia de embudo reutilizable? vale que los tampones son muy convenientes. Estoy de acuerdo contigo si piensas que no es muy práctico volver a los trapos que usaban nuestras abuelas porque así no hay quien siga el ritmo de trabajo, universidad o colegio. La cosa es que se supone que tenemos la regla porque no nos hemos quedado embarazadas y ese ovario no fecundado tiene que salir por alguna parte. Se supone que la regla impide que la sangre se acumule dentro de nuestro cuerpo ¿no? usar un tampón para retener esa sangre dentro del cuerpo por lo tanto es anti-natural y no tiene lógica.

Junto a Inga Muscio, hay un grupo de valientes que se han atrevido a buscar alternativas y soluciones y hablan de sus experiencias en internet. Mujeres que utilizan esponjas marinas (una o dos, dependiendo de la intensidad de su regla), mujeres que usan trapos estériles, mujeres que usan toallas, mujeres que usan keepers… Utilizar estos productos requiere estar bien informada porque no los anuncian en la tele y, aunque los encuentres en las farmacias, tu farmacéutic@ no va a hablarte de ellos. También tienes que sentirte cómoda con tu cuerpo. Tócate. Siéntate en el baño, moja tus dedos en tu propia sangre, coge un coagulo, explora vagina arriba con tus dedos… Reconoce tu ritmo (ciclo) menstrual. Tócate y conoce cada rincón de tu cuerpo. ¡Toca sin miedo que no te vas a pegar nada!

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