Inga Muscio

Esta mujer verdaderamente está cambiando mi vida. No sé mucho de la suya. Que tiene que rondar los cuarenta, que vivió en Seattle en la época en la que violaron y mataron a una cantante feminista, que su madre fue violada a los 9 años e Inga y su hermana crecieron bajo una vigilancia privilegiada (porque muchos padres pasan de los hijos como de la mierda) y poco mas porque todavía no he acabado su libro.

Una amiga portuguesa me regalo Cunt. A Declaration of Independence (que en español sería algo así como Coño. Una declaración de independencia) ante la incredulidad de mi novio quien (1) no cree que las mujeres podamos ser amigas desinteresadamente (2) no cree que la literatura feminista me sirva de mucho. Lo de mi novio (el que crea que todo el que se me acerca, sea hombre o mujer, quiere follarme) es preocupante, pero ya hablaremos de eso otro día.

El libro es una joyita del pensamiento escrito por y para mujeres que nos enseña a respetar y amar nuestro coño sobre todas las cosas. No vagina, sino coño. Co-ño. Está escrito en clave de humor (¿por qué hay productos de higiene femenina como desodorantes y jabones vaginales en los supermercados pero no hay nada para el hombre? ¿es que a ellos no les huele la polla?) aunque habla de cosas muy serias como la sistemática violación de mujeres para desmoralizar a las tropas enemigas en las guerras. Hace un buen repaso de todo el mito que hay creado en torno a la regla, del negocio que hacen las compañías farmacéuticas con las compresas y tampaxs...

Habla de algo super curioso que yo no he vivido porque era demasiado joven. Siempre se consideraron los dolores menstruales como algo típico de histéricas, pero cuando las empresas farmacéuticas se dieron cuenta de que podían vender pastillas para ese dolor “que solo estaba en la cabeza de la mujer” (¿por qué las lesiones de los deportistas no son nunca psicosomáticas?) se empezó a estudiar el síndrome premenstrual y empezaron a venderse todo tipo de pastillas para aliviar los síntomas. Yo crecí con acceso a Buscapina y otras pastillas para los dolores menstruales y me atiborraba todos los meses. Tuve una fase en la que no tome nada, después volví a tomar y ahora no tomo nada. Lo único que tomo es la píldora para no quedarme embarazada pero desde hace seis meses me está dando problemas así que estoy voy que vengo al ginecólogo a que me cambie de pastilla a ver si me dan con la tecla.

Hasta cierto punto, estoy de acuerdo con la Muscio i.e. también creo que esta todo en tu cabeza. Cuando empiezas a quererte a ti misma, cuando te respetas, cuando decides que puedes sentirte vulnerable, que puedes sentirte irritable, que no hay nada de malo en sangrar unos cuantos días al mes y que tienes el derecho de gritarle y pegarle a quien se te ponga por delante... los dolores de cabeza y ovarios desaparecen y descubres ante ti un mundo de posibilidades. Personalmente, los días en los que estoy reglaos me siento más creativa, estoy mucho más caliente luego mi novio y yo estamos sexualmente más activos, como lo que me viene en gana, me pongo hasta el culo de chocolate y siento que soy la reina del mundo.

En cuanto acabe todos los libros que tengo encima de la mesilla de noche y los libros de arte que compre en el MOMA Queens y el Metropolitan, empiezo a leer literatura solo de mujeres. ¿Por qué…? de mis veinticinco años he leído digamos que durante veinte años. Vamos a poner que cada mes lea tres libros lo que multiplicado por doce meses me da 36 libros al año lo que multiplicado por 20 serian 720 libros sin contar los que nos hacían leer en el colegio y la universidad. Bueno, pues de esos 720 libros que serán muchos más porque en mi habitación en Córdoba tenía 535 antes de venirme y además había leído buena parte de todos los libros que tenía mi madre desperdigados por la casa más los que sacaba de la biblioteca municipal… De esos 720 libros, ni un 10 % fueron libros escritos por mujeres.

No voy a entrar en polémicas de literatura de mujeres, literatura escrita para mujeres, mujer autor o autora y chorradas así porque no soy académica o catedrática, mi nivel de conocimientos en ese campo es reducido y mi modesta opinión es que las mujeres tenemos un lenguaje propio al que no voy a renunciar porque algún hombre haya decidido que la “literatura de mujeres” o las “autoras” no merecen la pena. Del mismo modo, no voy a renunciar a leer a autores del sexo opuesto solo porque en lugar de un coño como Dios manda tengan una polla entre las piernas. Simplemente creo que es justo que dedique un año de lectura a leer lo que escriben otras mujeres para recuperar el tiempo perdido y enriquecerme con sus experiencias y/o forma de contar las cosas.

Como decía, no se mucho de la vida de Inga Muscio. Tiene una página web: www.ingalagringa.com, donde habla de sus últimos proyectos, recomienda libros y se puede leer una serie de manifiestos feministas. También da su dirección de email, uno de estos días me atreveré a escribirle diciéndole como cambio mi vida. No solo estoy planteándome usar esponjas marinas en lugar de tampax sino que estoy super contenta al haberme metido en su página web porque me he dado cuenta de que hace años escribí mi primer manifiesto feminista en forma de poema:

No.
No más madres histéricas llorándome por sus hijas.
No a las hijas llorándome histéricas por sus madres.
No a las pedorras que llaman porque se sienten amenazadas.
No a las amenazadoras que llaman porque se sienten pedorras.
No a entrar en su juego, no es bueno estar en su circo.
No a dejar de ser, no es bueno no entrar en el juego.
No más tías gilipollas rajando de mi a mi espalda.
No más rajar de esas tías gilipollas ¡fuera stress!
No a los que llaman a mi puerta para vender alfombras.
No a llamar a las puertas de los demás para vender alfombras.
No a esa llamada falsa para felicitarme en mayo.
No a llamar como una hipócrita a gente que deseo ver muerta.
No a los jardineros de pueblo, viejos, babosos.
No a convertirme en la mujer babosa y sebosa de alguno de ellos.
No a los cuatro hipócritas de turno que se me cuelgan en casa.
No colgarme en casas en las que no sea bien recibida.
No a estar siempre como una Barbie Super Star.
No a estar siempre como una marujona norteamericana.
No mas tías manipuladoras haciendo de mi lo que les venga en gana.
No a ser manipuladora y hacer de los demás lo que me apetezca.
No a los chantajes emocionales de la gente que cada día esta más loca.
No a volverme más loca y acabar utilizando el chantaje emocional
No a todo. No a nada.
¡No!
Porque hago lo que quiero y acepto las consecuencias.

(no me cuadran las fechas, el ordenador dice que lo escribí el 18 de febrero de este año pero creo que esto es de finales del 2003, el poema del ‘96-97)

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