Quiero que alguien me de fuego…

No sé por qué cada vez que veo a los bomberos de Nueva York en las noticias me acuerdo de esa cancion de Los Mojinos Escozios: dos semanas llevo sin fumar, ni un cigarro, ni una cala, y ahora que por fin tengo tabaco resulta que no tengo mechero. El invierno pasado salto la noticia de que al menos una docena de bomberos de Nueva York han abandonado a sus esposas porque se han enamorado de las viudas de los compañeros caídos en el ataque del 11 de septiembre. Desde entonces los bomberos están recibiendo todo tipo de criticas porque muchos de ellos se han aprovechado de las relaciones y vínculos especiales creados con las familias de los muertos. Viéndolo con ojos de europea, pienso que esto no pasa nada más que en América donde todo el mundo es bueno y esta tan super orgulloso de serlo. Después de los ataques del 11 de septiembre todo el mundo venga a encender velas, venga a hacer conciertos solidarios, venga a hacer picnics y barbacoas de vecinos, venga a hacer de figura paterna para los huérfanos… y ahora se sorprenden por acabar como han acabado. De acuerdo que entre los bomberos sea una especie de tradición lo de cuidar de las familias de los que mueren en acto de servicio sea en un incendio sea en un ataque terrorista como el del 11 de septiembre, pero esta vez se han pasado. El sistema consiste en asignar un bombero a cada familia en la que había muerto un bombero. El bombero se convierte en un manitas, padrazo y hombre para todo lo que se le necesite. Se ve que las viudas estaban bien necesitadas. Las abandonadas dicen que es asqueroso, repugnante y super triste que las hayan abandonado como a perros, que hayan deshonrado la memoria de los muertos y que los superiores de sus maridos se hayan quedado al margen y lo hayan mantenido en secreto durante tanto tiempo. También dicen que los psicólogos del cuerpo de bomberos y los especialistas en traumas psicológicos que se desplazaron a Nueva York para tratar a los bomberos lo veían venir y no hicieron nada por evitarlo. Creo que no ha habido bodas de momento, pero seguramente las habrá. Los psicólogos dicen que es normal que los bomberos se hayan enamorado de las viudas de sus compañeros muertos porque, como son bomberos, lo que ellos hacen es salvar a gente y han transferido o transformado la impotencia de no salvar a sus compañeros en un enamoramiento que ellos consideran “real”. Al ver a mujeres desvalidas se han reactivado sus fantasías de ser príncipes de blanca armadura (acabáramos, que diría mi amigo Jorge). Entrecomillo “real” porque tiene cojones las explicaciones tan buenas que se le está dando. Que no se que tendrá de “valiente” un hombre que deje a su mujer y cuatro hijos para liarse con una viuda sin ninguna carga familiar y con una pensionaza de por medio. Esto es pa’mearse y no echar gota. Al mismo tiempo, feminista que es una, me digo que si como mujer quiero que un hombre entienda lo que es la revolución femenina ¿por qué voy a quitarle a un hombre el derecho a rebelarse contra el papel que la sociedad le ha impuesto? ¿por qué el hombre tiene que ser el que traiga el pan a casa? ¿por qué no puede quedarse al cuidado de la casa y los hijos y ser la mujer la que trabaje? ¿y qué tienen que ver las churras con las merinas? pues no sé. Yo lo que digo es que si yo no he nacido para fregar, limpiar y cocinar un hombre tampoco tiene por qué haber nacido para ser un provider i.e. que su único fin en la vida no debe ser llevar el pan a su casa y dejar que otra persona haga y deshaga a su antojo.