Eróticas Goya

El 27 de septiembre de 2001 hubo una inspección de trabajo en el club Eróticas Goya en Córdoba donde se descubrió a doce mujeres que ejercían la prostitución sin estar dadas de alta en la Seguridad Social. La cosa fue a juicio y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía obligo al dueño del club a dar de alta a estas mujeres.

La Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne se opuso a la sentencia porque podría favorecer que el empresario “exija a la mujer un rendimiento y que este cometa delito por lucrarse explotando la prostitución de otra persona”. En su día me quede de piedra. ¿Por qué las prostitutas no van a tener derecho a la seguridad social y sus beneficios médicos? ¿es que acaso no las explotaban antes de la sentencia? ¿es que no las contrataban? ¿es que los empresarios no las usaban para captar clientes que dejasen dinero en sus locales con cada consumición?

Ahora resulta que nos preocupamos de las pobres putas. Tiene cojones. Si tan preocupados están, que les paguen la Seguridad Social y les den unas condiciones mínimas de higiene y seguridad para trabajar. Los jueces dejaron muy claro, emitiendo un voto particular, que el dueño del local no puede creerse con el derecho a exigirles la prostitución forzada y que las mujeres son libres de irse cuando quieran.

Que se dejen de cuentos y las reconozcan como lo que son: un grupo de trabajadoras con los mismos derechos que las enfermeras, ejecutivas, escritoras, mujeres policía, profesoras, dependientas de tienda...