Mujer y Sida: un problema creciente

(copiado tal cual de la página web de ONUSIDA, ver enlace abajo)

LAS MUJERES Y EL SIDA: UN PROBLEMA CRECIENTE

Muy al comienzo de la epidemia, los varones superaban ampliamente a las mujeres entre las personas infectadas por el VIH. En 1998, las mujeres representaban el 41% de adultos que vivían con el VIH. Hoy día, cerca del 50% de adultos que viven con el virus en el mundo entero son mujeres, y lo son alrededor del 60% en África subsahariana. Las mujeres son físicamente más vulnerables a la infección por el VIH que los varones, y durante una relación sexual es dos veces más probable que ocurra la transmisión de hombre a mujer que a la inversa.

DATOS BÁSICOS

- Desde 2002, el número de mujeres que viven con el VIH ha aumentado en todas las regiones. Asia oriental ha experimentado el incremento más acusado (del 56% en dos años), mientras que Europa oriental y Asia central le siguen con el 48%.

- Todos los días millones de jóvenes pasan a ser sexualmente activos y no tienen acceso a servicios de prevención. En África subsahariana, el 76% de los jóvenes de 15-24 años que viven con el VIH son mujeres; las muchachas son cerca de tres veces más vulnerables a la infección por el VIH que sus homólogos masculinos.

- En la Federación de Rusia, que presenta la mayor epidemia en Europa oriental y Asia central, el Centro Federal de Rusia sobre el SIDA puso de manifiesto que en 2003 el 38% de las personas que vivían con el VIH eran mujeres, en comparación con el 24% en 2001.

- En los Estados Unidos de América, el SIDA afecta desproporcionadamente a las mujeres afroamericanas e hispanas y es una de las tres principales causas de mortalidad para las mujeres afroamericanas de 35-44 años (Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos).

VULNERABILIDAD PROGRESIVA

- En muchas partes del mundo, el matrimonio y las relaciones monógamas de largo plazo no protegen a la mujer del VIH. En un estudio realizado en Zambia, por ejemplo, tan solo el 11% de las mujeres creía que tenía derecho a pedirle a su esposo que utilizara un preservativo, aún cuando éste hubiera evidenciado que era infiel y VIH-positivo.

- Muchas mujeres y muchachas recurren a utilizar el sexo como una mercancía para intercambiar productos básicos, servicios, dinero, alojamiento u otras necesidades básicas, a menudo con varones de mayor edad que ellas. Estas “relaciones sexuales transaccionales” son comunes en muchos países de Asia, el Caribe y África subsahariana.

- Para muchas niñas, la primera experiencia sexual lleva la impronta de la violencia o coerción. De acuerdo con las encuestas, el 24% de las muchachas en las zonas rurales del Perú declaran que su primera relación sexual fue forzada, mientras que una encuesta realizada en 2003 por la Unidad de Investigación sobre Salud Reproductiva y el Consejo de Investigaciones Médicas se puso de relieve que en Sudáfrica el 10% de las mujeres jóvenes sexualmente activas manifiestan haber sido forzadas para tener relaciones sexuales.

- Con frecuencia el miedo a la violencia es un obstáculo para que las mujeres accedan a información sobre el VIH, se hagan la prueba y pidan tratamiento.

- La vulnerabilidad de la mujer al VIH se acentúa aún más por la desigualdad en los derechos de propiedad y sucesión.

- Para muchas mujeres de países en desarrollo, la estrategia preventiva “ABC” (abstinencia, manteniéndose fiel a una sola pareja o reduciendo el número de parejas sexuales y utilización del preservativo) es insuficiente. Se necesitan urgentemente estrategias que aborden las desigualdades por razón del sexo. Tales estrategias deberían centrarse en la prevención de la violencia, los derechos de propiedad y sucesión, el acceso a la educación básica y a las oportunidades de empleo para las mujeres y muchachas, y la investigación de microbicidas.

- La Coalición Mundial sobre las Mujeres y el SIDA, encabezada por el ONUSIDA, tiene como objetivo mejorar la vida diaria de las mujeres y las niñas en los países en desarrollo por medio de la reducción de su vulnerabilidad al VIH.

CARGA ASISTENCIAL CRECIENTE

- Generalmente, las mujeres y muchachas cargan con la mayor parte del peso de la asistencia domiciliaria y tienen más probabilidades de ocuparse de los huérfanos y de las tareas agrícolas y de buscar otras formas de ingresos para sostener a la familia. En Vietnam, por ejemplo, las mujeres representan el 75% de todos los cuidadores de personas que viven con el VIH.

- Habida cuenta de que su tiempo está prácticamente ocupado por sus obligaciones diarias, las posibilidades de la mujer de progresar en su educación, de alcanzar una cierta autonomía financiera por medio de la generación de ingresos o de desarrollar sus conocimientos prácticos se desvanecen. Familias enteras se ven afectadas cuando a las mujeres se las aparta de otras tareas productivas. Una investigación efectuada en Tanzania ha puesto de manifiesto que cuando un varón enferma, su esposa dedica hasta el 50% menos tiempo a las tareas agrícolas.

- Entre las diversas opciones para resolver las cuestiones relacionadas con la economía asistencial figuran las siguientes: cooperativas de atención de día y centros de nutrición que ayuden a las mujeres en su carga de trabajo; asistencia nutricional y educativa para huérfanos; atención domiciliaria para las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus, incluidos los huérfanos; proyectos de trabajo compartido y generación de ingresos; y mejora del acceso de las familias rurales al trabajo, la tierra, el capital y los conocimientos técnicos en material de gestión.

- Para reflejar la distribución mundial del VIH por sexo, que es de aproximadamente 50-50, las mujeres deberían constituir por lo menos la mitad de los millones de personas de los países en desarrollo que previsiblemente podrán acceder a antirretrovíricos en los próximos años. Las comunidades necesitan superar los obstáculos para que las mujeres se hagan la prueba del VIH, incluido el riesgo de violencia que pueden afrontar si resultan VIH-positivas.

ONUSIDA
www.unaids.org

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