Si cuando yo digo que la justicia española es un cachondeo...

El año pasado por estas fechas el imán de Fuengirola fue condenado a una multa de 2,160 euros y un año y tres meses de cárcel por haber escrito y distribuido un libro en el que aconsejaba a los hombres maltratar psicológicamente a sus esposas, pegarles si el maltrato psicológico no tenía el efecto deseado y, ya puestos, también les enseñaba a pegarles sin dejar rastro (pegando en zonas concretas del cuerpo {plantas de los pies y palmas de las manos}, con varas no demasiado gruesas para que no queden cicatrices o cardenales). La cárcel en principio no iba a pisarla por no tener antecedentes penales y ser la pena menor a 2 años. Hubo recursos por ambas partes, entró en la cárcel y salió a los 22 días porque le conmutaron la pena por unas clases de derechos humanos proporcionadas por profesores de la Universidad de Málaga y costeadas por él mismo. Manda huevos. 22 días de cárcel o “retiro espiritual” (que es como se refiere él a su estancia en la cárcel) por hacer apología de la violencia doméstica. Es decir, vacaciones pagadas y encima clases de Constitución y Declaración Universal de Derechos Humanos cuando - ojo - el tío es doctor en teología por la Universidad de Las Palmas. Clases que, como se las paga él, se las van a dar catedráticos (hombres, no sea que las mujeres le peguen algo) y se las pasará por el forrillo lo mismo que hasta ahora se ha pasado por el forrillo los derechos de las mujeres.