Tráfico de mujeres y niñ@s en Latinoamérica 2
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MESECVI
Fuente:
http://www.oas.org
El
tráfico es un delito y una violación de los derechos humanos que afecta
individualmente a cada país de la región ampliada de Centroamérica en su
conjunto. Las mujeres y los niños son
traficados con fines de explotación sexual dentro de los países, dentro de la
región y a nivel internacional. Las
redes de contrabando y tráfico explotan las necesidades económicas y las
ambiciones de una vida mejor de los ciudadanos más vulnerables de la
región. El comportamiento de estas redes
delictivas –que existen a todos los niveles de organización y
perfeccionamiento- siguen prácticamente incontroladas, lo que estimula aún más
el tráfico. Los niños, muchos de los
cuales han sufrido abuso sexual en el pasado, se tornan especialmente
desprotegidos contra las bandas de
explotación nacional e internacional, estimuladas por un creciente mercado de
prostitución infantil.
Los
traficantes actúan primordialmente mediante engaño, con falsas promesas de un
empleo decente en maquilas, restoranes, bares, hoteles y hogares, entre
otros. Luego de estas promesas de
prosperidad, las mujeres y los niños son forzados a la servidumbre sexual para
solventar los gastos de transporte y otras deudas. El control se mantiene mediante violencia y
amenazas, deudas y multas, restricción al acceso a sus ingresos, restricciones
físicas y uso de guardias armados, y demostraciones de impunidad mediante una
colaboración abierta con las autoridades.
La inversión inicial en migración y la falta de alternativas visibles
una vez transportados, dejan a las mujeres y los niños sin opciones. El riesgo de deportación, de devolución o
institucionalización (en el caso de los menores) mantiene a muchas víctimas en
silencio acerca de su situación.
En el
curso del tráfico, los traficantes
violan los siguientes derechos humanos de sus víctimas:
- El
derecho a no ser esclavizado, a no ser sometido a una servidumbre involuntaria
o a condiciones prácticamente de esclavitud;
- El
derecho a estar libres de explotación;
- El
derecho a estar libres de un trato cruel e inhumano;
- El
derecho a estar libres de la violencia;
- El
derecho a estar libres de la discriminación basada en el género;
- El
derecho a la salud; y
- La
garantía de libertad de movimiento
La
tolerancia de la sociedad de la explotación sexual comercial de mujeres y
niños, los tabús en relación con la sexualidad y una cultura que desalienta la denuncia de sospecha de
tráfico y explotación sexual contribuyen a dar invisibilidad al fenómeno.
Hasta
ahora, los mecanismos de respuesta del gobierno son inexistentes o
inadecuados. El desinterés, la
corrupción y la limitación de recursos
reinan en las comunidades policiales y judiciales y de inmigración, lo
que ha limitado gravemente su eficacia.
Los procesamientos penales por tráfico sexual y delitos conexos son
mínimos y las condenas son muy raras.
Los organismos de bienestar del niño y la mujer ofrecen pocos servicios
o servicios insuficientes para satisfacer las necesidades especiales de los
sobrevivientes del tráfico.
En
términos generales, la región sufre una absoluta escasez de estrategias de prevención, protección, eliminación e
integración. El tráfico de niños ha
despertado una atención incipiente pero la falta de financiamiento y otros
obstáculos han impedido la implementación de programas focalizados.
La
información disponible pinta un panorama perturbador de delincuentes que actúan
con casi absoluta impunidad y la inexistencia de identificación, tratamiento y
protección de las víctimas. Existen numerosos
foros para la acción, la defensa y la atención del problema pero no se utilizan
actualmente, en parte, porque el tráfico de personas no ocupa un lugar
preponderante en el temario de la mayoría de los países de la región. Estas instancias, de ser movilizadas, pueden
crear conciencia, ayudar a armonizar la recolección de datos de diferentes
instituciones y países, contribuir a la
investigación, a la redacción de documentos de política y a la reforma
legislativa, así como a articular estrategias para protección e integración de
las víctimas, la prevención y la sanción.
RECOMENDACIONES
Para
que sean efectivos, los esfuerzos encaminados a abordar el problema del
tráfico, exigen que los Estados adopten tácticas que respondan a la dinámica
específica del problema. El tráfico
involucra actividades intra estatales e internacionales que abarcan a
poblaciones vulnerables en gran medida incapaces de aprovechar ellos mismos los
mecanismos de protección existentes.
Ello exige una estrategia del Estado que ataque el problema a nivel
regional, internacional y local.
A. A
nivel regional
1. Creación de un marco regional. Como lo revela esta investigación y la larga
historia del tráfico sexual en la región, todavía no existe una comprensión
común del tráfico y un acuerdo en torno a principios básicos. Sin embargo, la respuesta coordinada necesaria no puede
surgir si no existe ese acuerdo. Dado
que una serie de instrumentos internacionales ofrecen un contexto útil a través
del cual se puede abordar este problema, se recomienda que los gobiernos:
a. Aprueben la Convención de la ONU sobre el
Delito Transnacional Organizado y su Protocolo sobre Tráfico. La Convención de la ONU sobre el Delito
Transnacional Organizado y su Protocolo sobre Tráfico, ya adoptado por la
comunidad internacional y que se prevé entre en vigor en un futuro cercano,
puede ser utilizado para introducir un lenguaje uniforme que facilite la
creación e implementación de estrategias regionales. La ratificación de estos documentos
significará una orientación sustancial para los Estados que empiecen a abordar
el problema del tráfico en la región.
b. Implementen los tratados afines
existentes. Reconociendo que la
Convención sobre el Delito Organizado y su Protocolo sobre Tráfico fueron
diseñados para ayudar a los Estados a combatir el delito internacional, las
disposiciones del Protocolo sobre Tráfico deben entenderse como complementarias
de las protecciones de derechos humanos relacionadas con el tráfico contenidas
en tratados universalmente ratificados por los Estados de la región: La
Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención No. 182 de la OIT, la
Convención para la Eliminación de Todas Formas de Discriminación contra la
Mujer y la Convención Interamericana de Belém do Pará. Con ese fin, los Principios Básicos y las
Directrices sobre Derechos Humanos y Tráfico Humano impartidas por el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ofrecerán una
orientación importante.
c. Aprueben la Convención Interamericana Contra
el Tráfico de Niños y el Protocolo Opcional sobre la Venta de Niños, la Prostitución
Infantil y la Pornografía Infantil.
d. Coordinación a través del Parlamento
Centroamericano (PARLACEN). Dada las
similitudes en la legislación existente sobre tráfico, la armonización de la
legislación vigente entre los distintos países y el mejoramiento de esa
legislación en los casos en que sea necesario, se puede ver facilitado a través
del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y con la formulación de una
legislación modelo contra el tráfico que incluya todas las formas de
explotación.
2. Coordinación regional. El tráfico en los
países que participaron de este estudio parece tener una dinámica regional
importante. Particularmente entre los
Estados de Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice, el tráfico se
produce prácticamente desconociendo las fronteras entre los Estados. Como se ha demostrado, la respuesta
internacional necesaria a nivel policial, judicial, de inmigración y de
organismos de bienestar infantil y de protección de la mujer y otros, se ve
limitada por las fronteras nacionales. A efectos de abordar estos problemas se
recomienda:
a. Acuerdos bilaterales y multilaterales. Los mecanismos regionales y los acuerdos
bilaterales y multilaterales en estas esferas son instrumentos necesarios para
la acción pese a la separación física de los Estados. En base a la actividad de tráfico actual, los
aspectos prioritarios para los acuerdos regionales incluyen:
-
Cooperación policial, judicial y de investigación e intercambio de
inteligencia;
-
Regreso seguro de los ciudadanos traficados;
-
Procedimientos especiales para intervenciones, tratamiento, protección y
devolución de niños traficados dentro de la región;
-
Mecanismos para la participación de testigos materiales no nacionales de las
víctimas en los procesos penales y demás procesos legales, y
-
Sistemas y bases de datos para la recabación de información a nivel regional.
b.
Foros bilaterales y cooperación de las organizaciones. Los mecanismos y foros regionales existentes
-gubernamentales, no gubernamentales y mixtos- pueden desempeñar un papel
importante en el diálogo entre los Estados.
Además, la coordinación entre organizaciones no gubernamentales que
actualmente contribuyen a combatir el tráfico también se puede estimular más;
deben fomentarse la cooperación entre actores estatales y no estatales.
B. A
nivel nacional
El
tráfico de mujeres y niños con fines de explotación sexual comercial en la
región ha demostrado de por sí ser un asunto complejo y delicado que afecta a
la dignidad básica y los derechos humanos fundamentales de sus víctimas. En consecuencia, se requerirán estrategias
para combatir la actividad de tráfico
que aborden la diversidad de problemas que contribuyen a su existencia. Acciones amplias coordinadas entre todos los
actores pertinentes al cumplimiento de la ley, los departamentos de
inmigración, los servicios sociales y de salud, las entidades educativas,
laborales, de relaciones exteriores y de derechos humanos ayudarán a responder
a esta característica del tráfico.
1. Creación
de un sistema de información completo
Para
formular una política y cuantificar los gastos y el logro de metas identificadas,
es necesario primero crear sistemas de
información adecuados para cuantificar el problema. A estos efectos, se recomienda que los
gobiernos creen un sistema centralizado de gestión de la información para
recabar, ordenar, analizar y distribuir datos confiables sobre tráfico. Este sistema de recolección de datos debe ser
sensible a la manera en que se almacena la información en otros sistemas,
inclusive que:
- La
información puede estar registrada por una serie de instituciones diferentes: la
policía y la justicia, las autoridades de migración, los departamentos de salud
y de trabajo, las oficinas de los defensores de los derechos humanos y el
sector de la justicia en general.
- Los
datos pueden estar ocultos u obscurecidos por sistemas de registros
particulares de una determinada institución.
- La
información disponible puede no recabarse debido a que los formularios son
incompletos o con otras deficiencias.
2. Establecimiento
de un contexto de política integrado.
Una acción amplia y coordinada entre todos los actores relevantes de la
policía y la justicia, inmigración, servicios sociales, salud, educación,
trabajo, relaciones exteriores y derechos humanos ayudará a responder al
carácter multidimensional del tráfico.
Como se hizo en el caso de la explotación sexual comercial de niños y
del trabajo infantil, un plan de acción nacional sobre el tráfico de personas
puede contribuir a crear conciencia, estimular la denuncia, articular objetivos
claros de política y asistir en el intercambio de información entre
instituciones. También es un medio para
fortalecer y hacer valer las
obligaciones jurídicas internacionales a través de la región, como es el caso
de la CRC, la Convención N°182 de la OIT, la COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE LA
DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER y la Convención Interamericana de Belém do
Pará. Los planes también puede reforzar
las disposiciones vigentes sobre el tráfico en los planes nacionales contra la
explotación sexual comercial de niños y otras políticas.
3. Liderazgo
efectivo del Estado. La experiencia en la formulación e implementación de políticas en la región ha
demostrado la importancia de un liderazgo firme e independiente a cargo de un
órgano coordinador y la necesidad de recursos financieros independientes para
financiar el plan. Es importante que
exista un grupo técnico independiente, con personal y financiamiento
suficientes para supervisar y gestionar este proceso. Dada la característica permanentemente
cambiante del tráfico, será crucial el exámen y la actualización periódicas de
las políticas, los planes y las iniciativas.
4. Adaptación
de los programas para atender las necesidades de las personas traficadas. Como se señaló reiteradamente, el flagelo del
tráfico no se puede enfrentar totalmente -sea en términos del procesamiento de
los traficantes o de la corrección de los daños del tráfico- sin prestar
atención cuidadosa a las necesidades de las víctimas del tráfico. Se han documentado claramente que las
necesidades específicas de las personas traficadas son singulares en
comparación con otras víctimas del delito.
En particular, el hecho de que el tráfico involucre el traslado hace que
la víctima no cuente con las fuentes normales de protección. Esto incluye los servicios gubernamentales
que no están al acceso de las víctimas traficadas en el exterior.
a.
Capacitación de funcionarios. El primer desafío es identificar a las víctimas y
orientarlas hacia una atención adecuada.
La existencia de funcionarios sensibles y capacitados en el área de la
protección en todos los puntos de la experiencia del tráfico (desde el
reclutamiento a la recuperación) puede contribuir a garantizar que se reconocen
y se atienden las necesidades. La
capacitación debe estar orientada a los funcionarios que más probablemente entrarán
en contacto con las víctimas, incluidos
- Funcionarios
consulares: los funcionarios consulares han demostrado que actúan en el frente
de este problema. Los que probablemente
interactúen con las víctimas deben recibir la capacitación adecuada.
- Proveedores
de servicios: la capacitación para los trabajadores sociales infantiles en las
áreas de los organismos de bienestar en que los niños vícitimas pueden recibir
evaluación y atención.
b. Programas de transición para la
integración. Deben formularse programas
que ofrezcan esperanzas, tales como:
- Programas
de integración bien financiados y efectivos para atender las necesidades
específicas de las víctimas traficadas.
La participación de los adultos traficados debe ser voluntaria.
- Adaptación
de los servicios de salud para las mujeres y los niños repatriados incluido la
atención física y psicológica.
c. Apoyo a la participación de las víctimas en
los procesamientos. Muchas víctimas no
pueden participar en las tareas de procesamiento por ignorancia o por problemas
vinculados a su condición dentro del país al que han sido traficadas. Deben formularse programas para contrarrestar
esta situación incluyendo:
- Protocolos
sobre el tratamiento consultar. Los
consultados deben establecer un protocolo uniformo para gestionar los casos de
tráfico. Ello incluiría la adopción de
medidas para registrar los casos y facilitar la participación de la víctima en
los procesos legales contra los traficantes, si así lo desean.
- Servicios
para ofrecer orientación y compañía a través de los procesos legales.
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