Volverá a repetirse

La semana pasada un hombre con una orden de alejamiento mato a su ex pareja en Córdoba. La madre de la victima pedía a la salida del funeral que no volviera a repetirse. ¿Qué no? dos días después hay una mujer ingresada en el Reina Sofía porque su ex pareja le ha pegado una paliza monumental antes de robarle.

Las cosas no van a cambiar mientras las mujeres no tengamos acceso a puestos de trabajo bien pagados que nos permitan “el lujo” de no tener que aguantarle una mala tos a nadie. Las cosas como son: maltrato hay en todos los estratos sociales y las mismas posibilidades tienes de acabar con un loco tengas o no tengas dinero. Pero cuando una trabaja y tiene su propio dinero es mas difícil que la enreden y acabe metida en una relación rara porque a las primeras o segundas de cambio puedes acabar esa relación e intentar hacer tu vida mientras una mujer sin trabajo se vería obligada a aguantar carretas y carretones para no acabar en la calle con una mano delante y otra detrás.

Sin nociones de autodefensa o permiso de armas, poca protección vamos a tener. Las ordenes de alejamiento desde luego no sirven de mucho y la policía todavía de menos si se limita a echarle la culpa a la víctima. Sobre una de las últimas muertes leí que, poco más o menos, la culpa era de la victima por abrirle la puerta al agresor en lugar de llamar a la policía. Primero, a lo mejor prefirió abrirle la puerta a que se la echara abajo todavía más cabreado y la paliza fuera peor (uno de los muchos efectos psicológicos del maltrato es que la víctima se resigna). Segundo, no sabemos qué le diría el tío: porque si a mí me dicen que si no abro la puerta van a ir a matar a mi madre yo la abro.

Y me da igual que alguien se lleve las manos a la cabeza por la sugerencia de tener permiso de armas. Si me van a violar: primero disparo y después hago preguntas. Y con un maltratador, sintiéndolo mucho, sería lo mismo. Ya está bien de tantos derechos y tantas contemplaciones. Cuando un animal esta rabioso, se le pone una inyección y se corta por lo sano. ¿Por qué tiene que ser diferente con los maltratadores o con los violadores? ¿por qué se piensa antes en los derechos de un criminal que en los de sus víctimas? ¿porque el criminal tiene un colgajo entre las piernas y la victima no?

Sin cambiar el chip y empezar a ver a los hombres como lo que son (vibradores con patas por citar a Valerie Solanas) no hay posibilidad de avance. ¿Por qué miramos para otro lado? ¿por qué no nos molestamos en protestar por una serie de cosas que para nosotras son privilegios pero para ellos es simplemente algo natural? ¿por qué estar con un buen hombre es un lujo? ¿por qué se supone que debemos aguantar carretas y carretones? ¿por qué la soltera de más de treinta años debe tener algo malo, ser gorda, fea o una histérica y es una “solterona”? ¿por qué el soltero sigue siendo soltero de oro y nunca “solterón” por muy barrigón y calvo que este? que esa es otra, año 2005 y las mujeres seguimos siendo floreros a los que no les puede salir una mala arruga mientras los hombres pueden estropearse a conciencia porque en ellos todo lo malo es bueno (lo que en una mujer seria un barrigón tremendo de correr al cirujano en un hombre es conocido como la curva de la felicidad sin ir más lejos). En definitiva, ¿por qué nos hemos dormido? ¿por qué nos hemos dejado abrazar por esta falso bienestar donde el único que está bien es el hombre?

Sin educar al hombre desde pequeño para que crezca no solo respetando sino sometiéndose a la mujer, no hay posibilidad de cambio. Mientras las suegras sigan llamando “mala puta” a las nueras y defendiendo a sus hijos cuando las nueras están en urgencias con la cabeza abierta, poco vamos a cambiar. Porque, encima, manda huevos, el maltratador sigue siendo un bendito. La mala es la que va a urgencias a avergonzar a la familia y a quejarse “de puro vicio”.

Sin cambiar nosotras el chip tampoco avanzaremos mucho. Mientras sigamos definiéndonos unas a otras en base a conceptos heteropatriarcales como belleza (fea, guapa, gorda, anoréxica) o conducta moral (estrecha, putón, machorra, maruja) no hay posibilidad de cambio. Noto que voy a empezar a irme por las ramas.

Volviendo al tema, siento escribir que la muerte de Rosa y la hospitalización de María Helena han sido en vano. Mañana y pasado mañana y ahora mismo mientras escribo estas palabras una mujer estará siendo humillada psicológica o físicamente mientras una nueva generación de machos crece pensando que es normal.

Mientras necesitemos al hombre para reproducirnos, seguirá ocurriendo. Lo único que vamos a conseguir con tanta publicidad es que los maltratadores se vuelvan cada vez mas cabrones, que empiecen a organizarse en plan americano, que aprendan a cometer el crimen perfecto y que los asesinatos se conviertan en suicidios por rito de asfixia y otras cosas raras, que los nuevos machos se vayan de rositas y pasen de maltratadores a psicópatas. Por descontado, no se investigara ni un solo caso hasta que no mueran hombres. Quizá entonces tampoco se haga mucho – todo sea por ahorrarle a una familia el mal trago de saber que su hijo no fue lo suficientemente hombre como para defenderse.

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