Awful Normal

Acabo de ver el documental “Awful Normal” sobre los abusos sexuales que sufrieron Celesta Davis y su hermana Karen. El documental las sigue durante año y medio o dos años de sus vidas, mientras planean confrontar al amigo de la familia que abusó de ellas cuando eran pequeñas apoyadas por la madre. Lo he visto con un cuaderno para tomar notas porque a los 10 minutos me di cuenta de que era para mear y no echar gota.

Alan X, su mujer Marilyn X y los padres de Celesta y Karen eran buenos amigos. Los hombres se conocían desde antes de casarse, los matrimonios pasaban fiestas y vacaciones juntos y cuando tuvieron hijos las familias pasaban mucho tiempo juntos. Alan X abusó de la confianza puesta en él y al enterarse los padres de Celesta y su hermana no presentaron cargos sino que se contentaron con que fuese a terapia y, para más inri, siguieron haciendo vida normal – juntándose con la otra familia, sentando a sus hijas a la misma mesa que su abusador, forzando el contacto de las niñas con Alan X. no en plan sexual pero sí sentándose a la mesa (creo que Oprah fue quien dijo hace años que en casos de incesto y violaciones en tu entorno familiar, sentarse a la mesa con tu agresor puede ser peor que una nueva violación). Las hijas protegen a la madre, no le echan nada en cara cuando la buena mujer explica que eran los 70 y no se hablaba tanto de los abusos sexuales a menores ni había toda la información que hay ahora sobre los efectos a largo plazo que tiene el más mínimo contacto sexual no deseado sobre las víctimas.

Aunque llevan 25 años pensando sobre lo que les pasó, hablándolo entre las hermanas, hablándolo con su madre y varios años pensando en confrontar a Alan X, lo que las motiva es que Celesta se lo encontró en una librería y él actuó como si fuese un viejo amigo de la familia, incluso quiso abrazarla y ella no pudo reaccionar hasta que el otro no se había ido. Celesta siente que Alan los traicionó a ella y a su familia, traicionó a su padre y también se siente traicionada por su padre. Celesta, su hermana y su madre tiene un plan de acción (básicamente plantarse en la comunidad de jubilados donde vive Alan y esperar hasta que dé la cara). La noche de antes de la confrontación van a cenar a casa de Marilyn donde estaba también su hija (Rebecah) con la nieta. Rebecah les echa en cara que nadie le contase lo que su padre había hecho con ellas y que dejaran que se enterase sólo cuando detuvieron a su hermano por ser un depredador sexual, que está enfadada y dolida porque ha dejado a su hija dormir en la cama con su padre/abuelo muchas veces y no lo habría permitido si hubiera sabido algo. Además, Rebecah no recuerda nada de su infancia – nada más que con eso ya tiene motivo de ir a terapia a que se lo miren porque la infancia borrada de la memoria es un síntoma de haber sufrido un trauma durante la infancia (puede ser incesto puede ser otra cosa pero en este caso ya me diréis hacia dónde se inclina la balanza). Durante la cena hablan con detalle de lo que Alan les hizo a cada una de ellas. Karen se considera afortunada porque sólo fueron toqueteos y ha sido capaz de hacer vida normal, casarse y tener hijos. En el caso de Celesta la obligó a hacerle una mamada, la amenazó y a día de hoy a pesar de llevar años en terapia ella no puede fiarse de los hombres y tiene problemas para confiar en la gente en general.

A la mañana siguiente van a la comunidad para jubilados donde vive Alan X y lo esperan. Parece que no está en casa así que vuelven a casa de la hermana a que le dé de comer a sus hijos. Celesta lo llama, Alan coge el teléfono, ella le cuelga y las tres salen pitando para pillarlo en casa. Al principio entra Celesta ella sola, habla con Alan, él le dice que hará cualquier cosa que ella le pida o cualquier cosa que él pueda hacer. También le menciona la vez que se vieron en la librería, le dice que quería abrazarla. Ella le interrumpe para decirle que verle ese día le dio asco. Él no sabe qué decirle y se pone a hablar de cómo recuerda como si fuera ayer lo que pasó, a la madre de Celesta hablando con él para saber si era verdad que había abusado de sus hijas, que él lo negó y la madre le dijo que Celesta no es una mentirosa y finalmente él tuvo que admitirlo. Dice no saber qué pasó, que es como si otro hombre hubiera cometido los abusos, que él no se identifica con ese otro hombre. Celesta le dice que no se cree nada de lo que dice, que nunca le ha creído y le pregunta si recuerda cómo era él antes de aquel día porque ella no se acuerda. Alan dice que sí pero no quiere contarlo con la cámara delante. Celesta le asegura que puede estar tranquilo porque su crimen ha prescrito (es decir no puede ser juzgado ni ir a la cárcel). Alan entonces se relaja y le pregunta "oh entonces esto es algún tipo de ejercicio para tus clases o algo?" (!qué asco! qué asco de tío) y que si hubiera sabido cómo afectaría al resto de su vida no le habría hecho nada a Celesta. Echando balones fuera, le pregunta a Celesta por qué se siente traicionada por su padre. Ella explica que su padre continuó siendo su amigo cuando debería haber roto el contacto. Alan vuelve a preguntarle qué puede hacer por ella. Ella le dice que nada, que ha hecho un montón de cosas horribles y le ha jodido la vida y ahora le devuelve ese sentimiento horroroso porque no puede hacer otra cosa. Le dice que le da pena y tristeza porque él era amigo de sus padres y aunque ahora se desentienda o mienta sobre lo que pasó no hay nada que él pueda hacer para que ella se sienta mejor. Le da las gracias x hablar con ella, reconoce que debe haberle tomado valor pero al mismo tiempo tiene cojones que haya tardado 25 años en hacerlo, que se haya paseado x el mundo como si no pasara nada. Alan le dice que no es un pedófilo profesional, que no está intentando quitarle hierro al asunto pero puede recordar a la madre cuando lo llamó para hablar con él en un restaurante… No termina de decir lo que estaba pensando porque Celesta lo interrumpe para decirle que la madre y la hermana han ido con ella para hablar con él. Mientras Celesta va a por ellas, Alan mira a la cámara y bromea: "soy un actor profesional y cobro por horas por hacer esto". Vamos, como si que la otra haya ido a verlo fuese cosa de risa o como si el tema no fuese con él.

Cuando entra Karen Alan le dice que no ha cambiado, que está igual que cuando era una niña. A partir de aquí todo lo que sale por la boca de este tío da un asco que te cagas. Habla de las cosas recordándolas con una mezcla de ternura y placer – aunque se disculpa una y otra vez, no hay nada de sinceridad en sus palabras. La madre también entra, se sienta al lado de Karen y le dice a Alan que están haciendo lo que les habría gustado hacer durante 25 años. Quiere que él diga lo que le hizo a sus hijas. Alan dice que no quiere hablar en cámara, apagan el vídeo pero dejan el canal de audio abierto sin que él lo sepa. Karen y la madre se medio pelean sobre el motivo de la visita (¿les debe una explicación por ellas o por su amistad con su padre?). Alan aprovecha para intentar escurrir el bulto diciéndoles que obviamente ellas han tenido tiempo para prepararse para esta visita y les pregunta si le darían unos días para pensárselo. Karen le dice qué que tiene que pensar; todo lo que tiene que decir es “Celesta te hice esto, Karen te hice esto y después de vosotras he hecho esto” para que ellas se larguen. Alan les cuenta lo que les hizo. En el caso de Celesta admite que le mintió a la madre que le había preguntando si había penetrado vaginalmente a su hija y él le dijo que no. Karen le pregunta por sus otras víctimas y Alan le dice que no tiene que contárselo porque no es asunto suyo. Una de las dos hermanas e cuenta que su hija Rebecah recuerda su infancia - nada, cero - y que él debería ser un hombre y reconocer que abusó de ella para ayudarla. Alan insiste en que él nunca abusó sexualmente de sus hijos. Más adelante les pregunta por qué se sintió tan libre, por qué sintió que lo que les hizo estaba bien. Una de las hermanas no puede creérselo y le recuerda que él le dijo que mataría a sus padres si le contaba a alguien lo que le había hecho – es decir, si quería que ella guardara el secreto era porque sabía que lo que estaba haciendo con ella estaba mal. Él insiste en que él sentía que no estaba haciendo nada malo y luego les sale con que recuerda como una de ellas se estaba comiendo un helado o un polo mientras abusaba de ella.

Vuelven a encender el vídeo de la cámara para hablar del padre. Las hermanas dicen que su padre siempre fue muy solicito y simpático con otras niñas. Alan dice que a veces se pregunta si él no le daría permiso para abusar de sus hijas - no permiso-permiso sino algo subconsciente. Karen le pregunta si la pornografía jugó algún papel en el abuso para entender cómo pudo ver a las niñas como objetos sexuales. Alan responde que no y dice que no tuvo su primera novia hasta que no estuvo en el instituto, no tuvo muchas experiencias, se casó virgen... Karen le dice que todas esas cosas no explican que sea un pervertido. Él dice que no pero explican que él no estuviese preparado para la "sexualidad de los niños" - la sexualidad que él puso sobre ellos. Explica que los pedófilos toman algo que es muy normal, libre y natural y lo convierten en algo sucio. Karen le pregunta si su padre y él fueron a películas, compraron revistas o compartieron cualquier otra forma de pornografía. Él lo niega. Karen le pregunta si los niños siguen tentándole; él responde que no, pero que eso no significa que no esté interesado (!). No está interesado en pornografía infantil pero es como un alcohólico que sabe que no puede beber una sola gota de alcohol porque si bebe una gota no va a poder parar y esa es la razón por la que se mudo a esa comunidad para personas mayores. Le preguntan si el arresto, juicio y encarcelación de su hijo le abrió los ojos. Él dice que sin lugar a dudas y que además se pregunta si lo que hizo 25 años atrás no habrá afectado a su hijo y no será la razón por la que hizo lo que hizo. Que él sepa su hijo no sabía nada de lo que él hizo, no vio cómo el padre abusaba de Celesta o Karen o por lo menos a él no se lo dijo.

Vuelven a hablar del padre. Karen dice que la única vez que su padre no la protegió en toda su vida fue en ese momento. Su padre estaba totalmente equivocado. No podía creérselo y no la defendió. Y ella lleva 25 años pensando que Alan se fue de rositas después de lo que le hizo. La madre dice que hace 20 años nadie hablaba de abuso sexual a menores. Cuando fue a buscar ayuda le dieron dos opciones: insistir en que Alan fuese a terapia o ir a comisaria. Y no pudo ir a comisaria porque no quería herir a su amiga, estaba protegiendo a su amiga y pensó que la terapia bastaría pero no fue suficiente. La madre y Karen se marchan. Al despedirse la madre lo abraza y le dice que ama las cosas buenas en él. Karen le da la mano pero no le da un abrazo. Karen no cree que Alan haya sido honesto. La madre dice que sí lo ha sido. ¿Os podéis imaginar abrazar al hombre que ha abusado de tus hijas? ¿cerrar los ojos de tal manera que puedes pensar que te dice la verdad cuando ha abusado de tus hijas y te ha mentido sobre el grado de abuso en el pasado? Como poco, es para vomitar.

Celesta se queda con Alan hablando y esperando a que firme una nota de consentimiento para emitir su imagen en el documental. Le da las gracias x haber hablado con ellas, le dice que no quiere volver a verlo nunca más y le desea mucha suerte. Alan le dice que cuando mira atrás desde sus 70 años espera que el abuso no sea todo lo que él sea. Van por un pasillo y Alan le dice que quizá puedan llevar la carga juntos. Celesta le dice que no pueden. Él debe llevar su carga y ella la suya, pero por separado. Ahora que han hablado, ya no es su problema sino el problema de Alan y ella puede seguir con su vida. Se despide sin darle la mano, un beso, un abrazo ni nada.

Celesta sale del edificio y se reúne con su hermana y su madre. Está super contenta, triunfante, con un subidón de adrenalina. Cinco minutos después Celesta se derrumba en el garaje de la hermana. Quiere odiar a Alan pero no puede porque ve que es una persona normal y no un monstruo.

Un año y medio después Celesta cuenta que confrontar a Alan le ayudo en sus problemas con los hombres y su familia, sigue con sus rarezas y manías pero en términos generales está muy bien. Explica que el documental lo ha hecho porque hay muchas personas que viven en silencio, que tienen miedo pero no saben a qué porque no recuerdan sus abusos y no hacen nada. Ella vivió así durante mucho tiempo.

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