Leyendo a Shakespeare en la lavandería

Leer a Shakespeare en la lavandería no tiene el glamour o el peligro que tiene leer Lolita en Teherán. Llegué a Shakespeare. The invention of the human por casualidad. De vez en cuando me gusta tirar de las antologías Norton, releer a Shakespeare o buscar nuevos ensayos relacionados con literaturas escritas en inglés, teoría de la literatura, literatura comparada, etc por mantener vivo lo que aprendí a mi paso por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (filología inglesa - que alivio me ha dado ver que de momento no quitan las filologías de los planes de estudio).

A Harold Bloom lo conocía de haber leído algún ensayo suyo hace años y del cabreo que me agarré el año pasado cuando lo vi en una entrevista en la que se lavaba las manos en el asunto Naomi Wolf. Los americanos cuando no hablan de la guerra de Irak tienen que meter el dedo en la llaga de los abusos de poder, escándalos sexuales y desapariciones o asesinatos variados - se ve que los telediarios con contenido donde se hace un repaso de la actualidad nacional e internacional no venden. El año pasado montaron un escándalo en torno a un artículo de Naomi Wolf donde acusaba a Bloom de ponerle la mano en la rodilla en una tutoría, no evaluarla en base a sus conocimientos, etc y a Yale como institución de mirar hacia otro lado hace veinte años y ahora. Bloom salió en varios programas de televisión "dando su versión de los hechos". Es decir, que se negó a hablar del asunto e intentó levantar sospechas sobre la intención de Naomi Wolf: “¿por qué ha esperado veinte años para denunciarlo? ¿no querrá vender más libros a mi costa? ¿no es un ejemplo más de que las feministas están locas y lo que hay que hacer es promover una ley que las devuelva a la cocina?”. Bloom es el típico ejemplo de hombre acomplejado que no se ha leído un libro feminista en la vida pero para el que todas las feministas somos feminazis devora hombres. Me parece cuando menos curioso que se pase todo el libro diciendo que no está de acuerdo con las teorías feministas existentes pero no cite a una de ellas hasta llegar a la página 496.

Sabía de la existencia de Shakespeare. The invention of the human y hasta creo recordar que lo tenía en mi lista de Amazon, pero no me lo había comprado primero por solidaridad con la Wolf y segundo porque no me gasto yo treinta dólares que costaba entonces en un libro pudiéndomelos gastar en treinta o cuarenta libros de segunda o tercera mano (creo que ahora el libro cuesta unos trece dólares).

Shakespeare me ha acompañado desde que era pequeña, con cada lectura descubro algo nuevo y me enamoro más de sus personajes. Empecé a leerlo en ingles a los diez años (¡menuda repelenta niña Vicenta tuve que ser!), me traía sus libros de Inglaterra o Irlanda y leía y releía cada verano preparando charlas de cinco a diez minutos mis exámenes del Trinity College que eran orales. Hamlet y su locura fueron compañeros de viajes interiores a los doce o trece años; ahora llevo unos meses que me identifico mas con Gertrude y su supuesta ninfomanía, su supuesto carácter manipulador, su supuesta frialdad (si alguien tiene una interpretación feminista de las mujeres en Shakespeare que me mande una copia!). Descubrir a Rosalind fue importante en la época en la que me dio por vestirme con trajes de chaqueta, pichis y corbatas, etc; independiente, decidida, arriesgada... Rosalind se pone el mundo por montera y es un excelente ejemplo a seguir: no deja que la dominen, ella domina. De Macbeth aprendí que se puede ser malo, tener remordimientos y seguir siendo malo cuando crees que es lo correcto - me ha venido bien para entender cosas como lo de Bosnia o guerras que de otro modo no entendería. De Othello aprendí que es peligroso ser amado y creer que la otra persona no te corresponde o no te respeta; la obra vuelve a mi memoria cuando tengo una relación de pareja intensa, de las de película, porque siempre tengo un momento moro donde los celos me ciegan y la razón sale por la puerta. Yo soy totalmente mora de Venecia en este sentido - hay que mantener los cuchillos lejos cuando entro en una fase de estas porque además de ser muy mora, tengo una gran imaginación y veo cosas donde no las hay. Como me conozco, temo que soy de las que primero clavan el cuchillo y después hacen preguntas.

Volviendo al libro, voy por la página 584. Me lo ha dado una amiga que se hizo socia de un club del libro gay y lésbico y recibió un lote de libros gratis al darse de alta - todo lo que no era literatura erótica acabó en mi casa. Ahora mismo estoy en la lavandería esperando que termine el aclarado. En cuanto acabe, meto la ropa en la secadora, echo seis o siete monedas y me pongo a leer media horita o cuarenta y cinco minutos a ver si me lo acabo de una maaaaaldita vez.

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