Marie Treece

No es pintora, ni escritora, ni cantante, ni ha descubierto una vacuna contra el Sida, ni tiene un restaurante que prepare algo que me vuelva loca, ni es una feminista loca a la que haya conocido en alguna manifestación o protesta... Marie Treece es una limpiadora cincuentona que evito que otra mujer fuera violada y por ese pequeño detalle se ha convertido en mi nueva heroína.

La madrugada del 29 de mayo de este año una mujer de 24 años estaba en una estación de metro de Long Island City esperando su metro tan tranquila, sentada al lado de un hombre que tenía pinta de normalito. Ella le pidió un bolígrafo, se lo devolvió, el hombre se levantó y a los cinco o diez minutos se le plantó enfrente colgajo en mano. La mujer intentó alejarse, pero el tío se puso en plan chulo, la amenazó con un cúter, la tiró a las vías, hubo un forcejeo, ella perdió el conocimiento y no se enteró de nada más.

Marie Treece volvía de su descanso para la comida, oyó ruidos y le pareció escuchar a alguien pidiendo auxilio. Miró en la dirección de las vías del tren y vio a la mujer de 24 años inconsciente y al violador que ya le había desabrochado y bajado los pantalones. Marie Treece no se lo pensó dos veces y salió corriendo en dirección a las vías del tren gritando como una loca hasta que a huyendo al violador. Tampoco se lo pensó para ayudar a la victima a salir de las vías, que están electrificadas, a pesar de ver un tren viniendo de camino.

Moraleja: llevar dos bolígrafos en el bolso por si se le acaba la tinta al primero.

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