Sádicos

Hoy en día el que sea un sádico lo tiene muy fácil a la hora de encontrar víctimas – sólo tiene que hacerse sacerdote y pedir que lo manden a países como la India o África, alistarse en el ejército, meterse a casco azul de la ONU, trabajar para alguna compañía privada que esté reconstruyendo ciudades o proporcionando seguridad adicional en zonas de conflicto, colaborar como voluntario sobre el terreno de alguna ONG, unirse a cualquier iglesia rara de las que abundan en EEUU que tienen misiones en países del tercer mundo…

El sádico moderno tiene transporte, manutención, estancia y demás gastos pagados por la organización que sea y además inmunidad total tanto para engatusar, tocar, besar y violar a niños y niñas menores de edad como para violar y asesinar a adolescentes y mujeres. No hablemos ya de si además le da por torturar o hacer experimentos – entonces sólo tiene o bien que viajar acreditado como médico o bien tener un poquito de dinero, lo justo para alquilar una casa apartada y pagar a cualquier desalmado que pueda dormir tranquilo sabiendo que su comida la paga un asesino por llevarle víctimas. Como mucho lo pueden echar del ejército o de la compañía para la que trabaje, pero una vez de vuelta en su país de origen rara vez es juzgado o encarcelado.