Espejismos

El día 28 se celebra la novena edición del Women’s Event en Manhattan. El año pasado fui voluntaria. Este año estoy a la espera de que me confirmen un ticket “de gratis” en la mesa del banco para el que trabajo. Si cae, cae y si no, no pasa nada porque me toca trabajar este domingo y mejor que me vaya a la cama prontito el sábado. Bueeeeno, sí que pasa: acabo de leer que viene medio cast de The L Word. ¡No me las pierdo! Sea “de gratis” o de voluntaria como TV producer del CenterMedia, el sábado estoy allí como María que me llamo.

Estar en un edificio como el pier 60 de Chelsea Piers rodeada de mujeres que celebran a otras mujeres (hay una entrega de premios a las mujeres del año), es una de las experiencias más enriquecedoras y más empowering que te puedas imaginar. Sales de la fiesta flipada al ver tanta ejecutiva, abogada, pintora, profesora, estudiante, voluntaria… todas poniendo su granito de arena para recaudar fondos para programas que ayuden a las lesbianas con menos recursos del área tri-estatal (New York, New Jersey y Connecticut). Te sientes poderosa. Sientes que formas parte de una corriente, de un movimiento importante.

El año pasado la gala tuvo su puntito agridulce para mi pensando que el lugar, los trajes de fiesta (smoking algunas, vestidos otras), el maquillaje, el menú de cinco estrellas, la música, las invitadas de lujo, la presentadora… no dejaban de darnos un falso sentimiento de seguridad. Me lo pase de muerte, vi a la mujer que me gusta y tuvimos tres segundos de experiencia religiosa (Y.G.K si estás leyendo esto deja de leer, llámame e invítame a una copa), pero, bipolar que es una, también tuve tiempo de darle vueltas a la olla. No sé por qué mientras esperaba que las invitadas fuesen viendo los objetos que teníamos en la zona de silent auction (¿subasta silenciosa?), pensaba en Hitler y en Bush y en que, no por nada, antes de la subida al poder de Hitler los gays y lesbianas campaban a sus anchas en Alemania y después fueron de los primeros en pasar por los campos de concentración y crematorios. Y Bush el día menos pensado nos da la sorpresa y hace que el paso por psiquiátricos de gays y lesbianas sea obligatorio.

Las fiestas Women’s Event son una ocasión para reírte, flirtear, cenar como una reina, bailar hasta las tantas, hacer un poco de network… pero también para recordarnos que aunque las mujeres (por lo menos las americanas) tengamos cada vez mejores trabajos y mejores sueldos (el año pasado hubo una que pago casi $ 9,000 por un crucero que se subasto y yo me quede a cuadros {eso son 10 meses de alquiler míos!}) queda muchísimo camino por recorrer.

Women’s Event 9
http://www.gaycenter.org/events/we9

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