Violencia contra la infancia

Concusiones de un estudio de la ONU sobre la violencia contra los niños:

1. La violencia contra la infancia no es inevitable. Es posible tomar medidas para prevenirla.

2. Todos los niños y niñas tienen derecho a una vida libre de la violencia. La violencia contra la infancia no puede justificarse nunca.

3. Los niños y niñas pueden realizar una contribución valiosa para ayudar a comprender la violencia que sufren y el daño que les inflige. Necesitamos escucharles y aprender de ellos e incorporarlos a la búsqueda de soluciones.

4. La mejor manera de abordar la violencia contra la infancia es impedirla antes de que ocurra mediante la inversión en programas de prevención. Los Estados deben invertir en políticas y programas basados en pruebas empíricas para analizar los factores que fomentan la violencia contra la infancia, y asegurar la asignación de recursos para abordar sus causas subyacentes.

5. Al tiempo que conceden prioridad a la prevención de la violencia, los Estados y todos los sectores de la sociedad deben también cumplir con sus responsabilidades para proteger a los niños y niñas y garantizar que todos aquellos que los pongan en peligro rindan cuentas de sus actos.

6. La violencia amenaza la supervivencia, el bienestar y las posibilidades futuras de los niños y niñas. Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia tienen graves implicaciones sobre el desarrollo, la salud y la capacidad de aprender de niños y niñas.

7. La violencia contra la infancia no conoce fronteras. Ocurre en todos los países y procedencias étnicas, y en todos los sectores sociales, culturales, religiosos.

8. Gran parte de la violencia contra la infancia está oculta. A menudo los malos tratos de los niños y niñas se producen a puerta cerrada y sus autores son personas en quienes los niños y niñas deberían poder confiar: padres y madres, miembros de la familia y conocidos. Los niños y niñas suelen sufrir en silencio, temerosos de hablar por miedo a sufrir una retribución o a causa de la vergüenza.

9. Todos los niños y niñas corren peligro de sufrir actos de violencia por el mero hecho de ser niños y niñas. Sin embargo, algunos de ellos –debido a su género, raza, origen étnico, discapacidad o posición social– son más vulnerables.

10. La violencia contra la infancia va más allá de los actos puramente físicos. Los malos tratos, el abandono y la explotación son también formas de violencia. Los niños y niñas dicen que la discriminación y la humillación les lastiman profundamente y les dejan secuelas.

11. Infligir actos de violencia sobre un niño o niña, en cualquier forma, es un mensaje que enseña que la violencia es aceptable y por ello perpetúa el ciclo de violencia. Al evitar la violencia hoy, contribuimos a construir un mundo futuro donde no se tolere nunca más ningún tipo de violencia.

12. La violencia perpetúa la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad. Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia impiden a los niños y niñas alcanzar su pleno potencial. Y en un efecto multiplicador a una mayor escala, la violencia roba a la sociedad de su potencial para el desarrollo, perjudicando los avances hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

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