Aborto en Bolivia
El aborto en Bolivia está permitido en casos de violación de menores y cuando la salud de la madre corre riesgo. Nótese que el fruto de una violación tiene más derechos que las mujeres mayores de edad: no pueden abortarlo. En la práctica las niñas, adolescentes y mujeres que necesitan abortar se las ven y se las desean para hacerse un aborto seguro porque deben entrar en un proceso legal que a menudo retrasa el aborto hasta hacerlo imposible porque cuando los jueces autorizan el aborto ya se ha pasado el plazo para hacerlo. Aunque se demuestre que han sido violadas, se exponen a pasar entre uno y tres años en la cárcel por abortar y el equipo médico que las atienda puede llegar a pasar hasta seis años en la cárcel por realizar el aborto.
Con ese panorama no es de extrañar que en Bolivia se realicen 115 abortos clandestinos al día. Se estima que unas 650 mujeres mueren cada año por complicaciones durante estos abortos. Normal. Si las pobres acaban en manos de carniceros que les hacen los abortos lo mismo en la cocina que en un garaje, en condiciones infrahumanas, entre mugre y suciedad, sin ningún tipo de medidas higiénico-sanitarias, sin un seguimiento profesional, sin anestésicos, sin medicación, sin saber si las pérdidas de sangre son normales o hemorragias causadas por lo que les hayan metido por la vagina para provocar el aborto (desde perchas a destornilladores)… lo raro es que no mueran más mujeres.
En Bolivia además mueren dos mujeres al día por problemas durante el embarazo, el parto y después del parto. Con esto quiero decir que no tienen una atención a la mujer muy eficiente que digamos y que todos los grupos que están en contra de la legalización del aborto deberían dirigir su energía a mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Empezando por su educación, pasando por una serie de cosas de las que estamos hartas de hablar (creación de puestos de trabajo, independencia económica de la mujer, derecho a decidir sobre su propio cuerpo, maternidad responsable, educación en materia sexual y de prevención de embarazos, etc) y pasando por supuesto por la obligatoriedad y gratuidad de servicios de planificación familiar, cuidados médicos prenatales y asistencia durante/después del parto.
Con ese panorama no es de extrañar que en Bolivia se realicen 115 abortos clandestinos al día. Se estima que unas 650 mujeres mueren cada año por complicaciones durante estos abortos. Normal. Si las pobres acaban en manos de carniceros que les hacen los abortos lo mismo en la cocina que en un garaje, en condiciones infrahumanas, entre mugre y suciedad, sin ningún tipo de medidas higiénico-sanitarias, sin un seguimiento profesional, sin anestésicos, sin medicación, sin saber si las pérdidas de sangre son normales o hemorragias causadas por lo que les hayan metido por la vagina para provocar el aborto (desde perchas a destornilladores)… lo raro es que no mueran más mujeres.
En Bolivia además mueren dos mujeres al día por problemas durante el embarazo, el parto y después del parto. Con esto quiero decir que no tienen una atención a la mujer muy eficiente que digamos y que todos los grupos que están en contra de la legalización del aborto deberían dirigir su energía a mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Empezando por su educación, pasando por una serie de cosas de las que estamos hartas de hablar (creación de puestos de trabajo, independencia económica de la mujer, derecho a decidir sobre su propio cuerpo, maternidad responsable, educación en materia sexual y de prevención de embarazos, etc) y pasando por supuesto por la obligatoriedad y gratuidad de servicios de planificación familiar, cuidados médicos prenatales y asistencia durante/después del parto.
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