Cristina Garaizabal: Una confirmación de las ideas abolicionistas

© Cristina Garaizabal, Pensamiento Crítico
Fuente: http://www.pensamientocritico.org/crigar0407.html


A carreras, entre un viaje y otro, entre una visita a la radio o a la tele y una charla, recién levantada y de camino a su despacho, pillamos a Cristina, nuestra amiga y colaboradora. De ese ajetreo y de la perspectiva de convertirse en una “celebridad”, gracias, sobre todo, a la televisión, nos reímos un poco, y ¡hala!, enseguida a la entrevista.

COMO HEMOS HABLADO TANTO SOBRE PROSTITUCIÓN, PREFERIMOS CENTRARNOS EN LA NOTICIA: LA DIFUSIÓN DE UN BORRADOR, AL PARECER, DE LOS TRABAJOS DE LA PONENCIA CONGRESO-SENADO SOBRE LA SITUACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN EN ESPAÑA. TRATA DE RECORDAR CRISTINA CÓMO SURGE ESA COMISIÓN.

– Fue, creo, una propuesta de Iniciativa per Catalunya-Verds llevada al Congreso; en concreto, de Carme García, que lo plantea con el objetivo de que se legalice la prostitución. Entonces se abre una comisión de estudio, que es vendida como una iniciativa especial y novedosa; cosa que es falsa, porque era la tercera comisión que se organizaba en el Congreso-Senado.

Tiene, no obstante, una característica particular. En lugar de depender, como ha sido el caso de anteriores comisiones del Congreso o del Senado, bien de los estudios de inmigración, bien de los relacionados con los derechos humanos, ésta depende de la Comisión de Igualdad de la Mujer. Lo digo porque creo que esto ha marcado bastante el enfoque de salida. Y es que esta comisión ha sido mucho más unilateral a la hora de elegir las comparecencias, que han sido mayoritariamente abolicionistas. Y, además, ha tenido poquísima transparencia pública. En el caso de otras comisiones, las intervenciones en ellas se cuelgan de Internet, porque se supone que los trabajos de la comisión son trabajos que pueden interesar a cualquiera. Lo que se ha hecho ahora son resúmenes, de los que se ha encargado Lourdes Muñoz, una conocida abolicionista del PSC catalán, en su propio blog. Resúmenes que, por otro lado, han suscitado protestas por cómo se recogían estas intervenciones. Así lo denunció, por ejemplo, Ignasi Pons, un profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona que estudia la prostitución y que es partidario de la regulación de derechos.

OTRO MALESTAR TAMBIÉN HA CREADO EL HECHO DE QUE EL PSOE DECIDIERA PRESENTAR LAS CONCLUSIONES PÚBLICAMENTE ANTES DE QUE LO HICIERA OFICIALMENTE LA COMISIÓN, QUE TIENE PREVISTO HACERLO EL PRÓXIMO 17 DE ABRIL, TRAS DEBATIR LA PONENCIA PRESENTADA Y LAS ENMIENDAS A LA MISMA. ASÍ LO HAN MANIFESTADO, EN PARTICULAR, INICIATIVA, ESQUERRA Y EUSKO ALKARTASUNA, QUE SON LOS QUE NO ESTÁN DE ACUERDO CON ESTAS CONCLUSIONES Y QUE VAN PRESENTAR VOTOS PARTICULARES ANTES DEL 10 DE ABRIL.

Según el texto difundido, el objetivo de la Ponencia es elevar un dictamen informativo que permita concluir con un diagnóstico de la situación de la prostitución...Que es lo que no hacen, porque un dictamen informativo sobre la prostitución se supone que debería contemplar realmente lo que pasa en esta actividad en nuestro país, y no sólo el tema de la trata, que es de lo que casi únicamente habla. De hecho las conclusiones son completamente contradictorias. Desde el primer momento señalan que sería necesario un estudio serio sobre la situación de la prostitución, con lo cual, de entrada, no se sabe qué es lo que han estado haciendo durante todo este año. Y a continuación se pronuncian sobre datos y hechos que no están basados en ningún estudio serio conocido, dándolos por buenos, como cuando hablan de tantos por cientos de obligadas frente al mínimo porcentaje, como ellos dicen, de voluntarias.
Desde mi punto de vista, esta ponencia ha servido para justificar unas conclusiones que estaban tomadas ya de antemano. Y en esto coincidimos quienes hemos asistido como comparecientes y somos favorables al reconocimiento de derechos de las personas que voluntariamente ejercen esta actividad. De hecho, las conclusiones de la Ponencia y las declaraciones que hizo el Partido Popular y el Partido Socialista antes de que empezaran los trabajos de la Comisión son las mismas, y la Ponencia no aporta ningún dato concreto que sirva para decir que realmente han hecho una investigación seria.

EN ALGUNOS APARTADOS DEL INFORME SE PRESENTAN DATOS DEL VOLUMEN DE NEGOCIO DE LA PROSTITUCIÓN EN EL MUNDO, DEL MERCADO EN ESPAÑA...

Todos esos datos son estimativos y no se sabe de dónde salen. No se especifica en las conclusiones. Como las ponencias y las comparecencias no son públicas, no se sabe si es que hay algún estudio concreto en el que ellos se hayan basado, pero, desde luego, son datos, insisto, que chocan con la propia conclusión de que es necesario hacer un estudio serio.

Choca también que en todo momento se habla de prostitución en general sin entrar en su diversidad. ¿No te parece?

No me choca, porque las posiciones mayoritarias de los diputados y diputadas que componían la ponencia son abolicionistas. Y creo que a estas personas los datos concretos es lo que menos les importa y la diversidad no les interesa recogerla, porque eso rompe y no casa bien con su idea previa de que todas las mujeres en el fondo están obligadas y coaccionadas a ejercer la prostitución. Bien por las mafias o por las condiciones económicas. Desde ese punto de arranque plantean que es irrelevante que la prostitución sea voluntaria o sea forzada. Cosa inexplicable si se parte de que estamos hablando de una Comisión del Congreso y Senado, es decir, para llegar a unas conclusiones que tienen que plasmarse en iniciativas legislativas, sociales, etc., concretas. No es un debate de café con diversas opiniones sobre el concepto de libertad. Y por lo tanto, no puede, para el trabajo legislativo, ser irrelevante la diferencia entre prostitución coaccionada y prostitución voluntaria.

LA ARGUMENTACIÓN EN CASI TODA LA PONENCIA ESTÁ PLANTEADA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE QUE QUIENES DIFERENCIAN ENTRE LA PROSTITUCIÓN LIBRE Y FORZADA, ASÍ LO DICEN, OLVIDAN QUE EL EJERCICIO DE LA PROSTITUCIÓN ATENTA CONTRA LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS QUE LO EJERCEN.

Ellas y ellos pueden pensar que ciertamente el ejercicio de la prostitución es una indignidad. No deja de ser una posición moral sobre lo que implica la venta o el alquiler o el ofrecimiento de servicios sexuales. Y eso no deja de ser una posición particular de un sector de la sociedad ni mucho menos mayoritario, como luego se ha podido ver por las encuestas que han ido saliendo a raíz de hacerse públicas estas conclusiones. En esos sondeos, en medios tan diversos como la SER, El País, La Vanguardia y 20 Minutos, entre un 70% y un 80% de la gente que ha contestado declaraban estar a favor de legalizarla.

Es decir, no parece aceptable que una moralidad particular que considera la prostitución una indignidad se convierta en ley y se imponga al conjunto de la sociedad en contra del criterio de justicia basado en la defensa de derechos para toda la ciudadanía por igual.

En todo caso, lo que atenta contra la dignidad e igualdad de las mujeres son ciertamente las condiciones concretas que hoy tienen las trabajadoras del sexo, una situación discriminatoria en comparación con la que tienen otro tipo de trabajadores, debida al no reconocimiento de que es un trabajo, de que existe una relación laboral entre empresarios y trabajadoras del sexo en los clubes de alterne. Eso es discriminatorio, y eso claro que atenta contra la igualdad. Pero la prostitución en sí ¿en qué atenta contra la igualdad?

Yo no he encontrado aún ningún argumento que lo explique claramente, salvo una posición previa que considera que la heterosexualidad misma está bajo sospecha porque es una relación de dominación en la que los hombres buscan siempre imponerse a las mujeres. Desde ese punto de vista, la prostitución sería la máxima expresión de estas relaciones de dominación. Por ello, una de las medidas estrella de estas posiciones es la persecución de los clientes, al considerar que ellos son los malos de la película. Pero esto también es una falsedad. Y, de hecho, las propias trabajadoras del sexo hablan de la diversidad de clientes y de la diversidad de maneras de acudir a la prostitución. Hay gente, evidentemente, que porque paga cree, en un momento determinado, que puede hacer lo que le da la gana. Eso existe en todos los ámbitos de actividad mercantil o laboral, pero no especialmente más en la prostitución porque sean relaciones sexuales lo que hay por medio.

Estas ideas presuponen que la sexualidad masculina es una sexualidad depredadora que siempre está deseando encontrar a una mujer para someterla y humillarla. Y creo que esto no se puede hacer extensible al conjunto de los hombres. Es una posición muy fundamentalista, en la cual no se analiza cuáles son las condiciones concretas que dan lugar a los abusos, sino que se sospecha del colectivo masculino, al que se “demoniza”, a él y a su sexualidad, y a partir de ahí es de donde proyecta que la prostitución es siempre discriminación.

Pero, insisto, a mí me parece que hay dos debates: uno el general, del que podemos discutir mucho, sobre sexualidad, sobre moralidad y todo ese tipo de cuestiones que la rodean; y luego, el otro, que a mí también me parece importante, el de que si se trata de legislar en sociedades democráticas y plurales, no se puede imponer la moralidad particular de un sector al conjunto de la sociedad. Sobre todo si ello conlleva la negación de derechos a otra parte de la sociedad.

Cuando eso lo pretende la Iglesia católica todo el mundo se echa las manos a la cabeza. Cuando la Iglesia dice, por ejemplo, no al aborto porque es un crimen, o no al matrimonio homosexual porque atenta contra las esencias del matrimonio, buena parte de ese mundo que así piensa de la prostitución recuerda que no se puede legislar en sociedades democráticas con esa moralidad particular porque impide el ejercicio de derechos fundamentales a otros sectores sociales.

AL HILO DE ESTO RECUERDO QUE EN EL TEXTO SE CRITICA A QUIENES RELACIONAN, SEGÚN DICEN, LA PROSTITUCIÓN CON LA LIBERTAD SEXUAL, PORQUE OLVIDAN QUÉ TIPO DE LA ACTIVIDAD HUMANA ES LA SEXUALIDAD, QUE –EN PALABRAS DE QUIENES HAN REDACTADO ESAS NOTAS– “REQUIERE DE UNA RELACIÓN DE IGUALDAD Y VOLUNTARIEDAD”, QUE ES “UNA EXPRESIÓN DE LIBERTAD COMPARTIDA Y EN LA QUE NO PUEDE CABER LA RELACIÓN COMERCIAL, QUE CONSTITUYE EN SÍ MISMA UNA SITUACIÓN DE ABUSO, DE PODER”.

En este asunto, lo que me gustaría es que se reflexionara sobre qué hace el dinero, qué quita y qué pone el dinero, desde el punto de vista de los valores, de la libertad, por ejemplo, para ofertar y para comprar, y desde el punto de vista de la igualdad. Obviamente no son relaciones iguales, porque uno ofrece lo que tiene y el otro lo paga, pero como en otras muchas relaciones comerciales o laborales que existen en nuestra sociedad. A mí me parece que las desigualdades concretas que se pueden dar tienen que combatirse regulando esas relaciones por ley.

PRECISAMENTE, DESDE ESE PUNTO DE VISTA, ¿QUÉ OPINAS DE LA CONSIDERACIÓN EXPRESADA EN ESTA PONENCIA DE QUE LA REGULARIZACIÓN ES CONTRARIA A LOS ARTÍCULOS 9 Y 14 DE LA CONSTITUCIÓN, REFERIDOS A LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA DEFENSA DE LA IGUALDAD, LA LIBERTAD Y LA NO DISCRIMINACIÓN?

A mí me parece que es una manipulación interesada de esos artículos, porque precisamente son a esos mismos textos constitucionales a los que nosotras siempre hemos recurrido para reclamar justamente lo contrario de lo que la ponencia dice. Es decir, que, en aras del principio de igualdad, el Estado debe regular los derechos de este sector de trabajadoras que en el mercado, tal y como está hoy en día, son negados.

Esa manipulación de estos principios está basada en la idea de que en las relaciones sexuales las mujeres siempre llevamos la peor parte, en ellas no hay igualdad. Es una idea “sobreproteccionista” que considera a las mujeres inferiores. Por otro lado, no sé por qué, si el servicio que ofreces es cuidar ancianos, sí que hay igualdad, o puede haberla, mientras que si el servicio es sexual no puede haber igualdad. Esta idea está basada en un prejuicio sobre la sexualidad muy claro, y en unas ideas, insisto, en las que la sexualidad está bajo sospecha y particularmente la heterosexualidad y la sexualidad masculina.

LA PONENCIA VINCULA LA PROSTITUCIÓN A LA FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA. ES DECIR, QUE EL EJERCICIO DE LA PROSTITUCIÓN ES FORZADO POR LA POBREZA. DE HECHO SE DEDICA UN APARTADO A LA PROSTITUCIÓN COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO. ¿CÓMO VES ESTA IDEA Y QUÉ TIENE QUE VER ESO CON NUESTRO PAÍS?

Claro que hay una relación entre prostitución y pobreza, como en otros muchos sectores laborales. La feminización de la pobreza es un hecho indudable. Y es evidente que eso lleva a que las mujeres busquen estrategias de supervivencia en los sectores que el mercado laboral les permite. Y que eso lleva, además, a que muchas mujeres emigren de sus países para buscar posibilidades diferentes en otro. Que eso obligue a la prostitución es más discutible. A nosotras lo que nos consta es que todas las mujeres que trabajan voluntariamente en la prostitución tienen la opción de trabajar en el servicio doméstico, y no lo hacen. Es decir, que aquí el concepto de “obligada” ya no funciona, por mucho que el abolicionismo se empeñe en verlo así.

Ciertamente, en la prostitución de calle, no en el conjunto de ella, es muy mayoritaria la presencia de mujeres inmigrantes, y además muchas de ellas en situación irregular. Eso es una realidad. Pero de ahí a que estén obligadas a trabajar hay un gran salto. El que a mí me parece que dan las abolicionistas, porque consideran que la prostitución es tan terrible que no les entra en la cabeza que alguien pueda decidir voluntariamente dedicarse a ello frente a otras opciones.

Y ése es el gran handicap que tienen quienes así piensan a la hora de analizar la prostitución. Porque si escuchas a las trabajadoras inmigrantes, acabas conociendo que tenían la posibilidad de trabajar en eso, o en el servicio doméstico, o probablemente en otras actividades. Y que antes han trabajado en el servicio doméstico y lo han dejado porque ganan más en la prostitución y porque se sienten más libres. Elemento éste, el de la libertad, también importante y que echa por tierra esa filosofía de ver siempre a las mujeres coaccionadas y sometidas. En la prostitución podemos observar que estas mujeres pueden encontrar una libertad mucho mayor que cuando las encierran trabajando en el servicio doméstico en un chalet de la Moraleja, del que sólo les dejan salir como mucho una tarde a la semana. En esas condiciones hay mucho más abuso de poder que el que hay en la prostitución, y ellas lo dicen.

¿QUÉ PIENSAS DE LA NOTICIA DE QUE EL GOBIERNO DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA HAYA DEJADO EN SUSPENSO EL PROYECTO DE REGULAR LA PROSTITUCIÓN?

Eso es ahora una patata caliente. Pero el que se haya quedado en suspenso la pretensión de sacar adelante la ley Tura no se tiene que interpretar exclusivamente como un retroceso. Este proyecto de ley de la Generalitat tenía cosas muy positivas, como la pretensión de recortar lo que son hoy las condiciones leoninas que imponen a las trabajadoras la patronal de los locales de alterne y los empresarios, el intento de establecer horarios de 8 horas o de rechazar que tengan que dormir y trabajar en el mismo sitio para evitar así la sobreexplotación que hoy se da en los burdeles. Pero tenía dos elementos negativos: uno era la prohibición de la prostitución de calle, puesto que no planteaba para nada negociar espacios y pretendía meterlas a todas en los burdeles; y el otro, el claro tufillo puritano, basado en la filosofía de que la prostitución es un mal, pero que es un mal menor regularla. Lo digo porque, como ejemplo de ello, elevaba la edad permitida para trabajar en la prostitución de los 18 a los 21 años. Casualmente, en esos dos puntos, Iniciativa/Verds estaba en contra del proyecto. Ellos eran favorables a la negociación de espacios, y ahora resulta que Saura, de Iniciativa, está al frente de la Consellería de Interior, y quizá quiera revisar esa ley.

De todas formas, hay que recordar que la Generalitat tiene unas competencias relativas para poder llevar adelante la línea planteada por la ley Tura. El que se reconozca la prostitución como un trabajo parece precisar de una ley laboral superior.

PARA LA REPRESENTANTE DE UGT, ALMUDENA FONTECHA, Y ASÍ SE RECOGE EN LA PONENCIA, CONSIDERAR LA PROSTITUCIÓN COMO UN TRABAJO ENTRA EN COLISIÓN CON NUESTRA NORMATIVA DE DERECHOS LABORALES, O, DICHO DE OTRA MANERA, “NO CABEN DERECHOS LABORALES CUANDO EXISTE VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES”. POR OTRO LADO, EN LA PONENCIA TAMBIÉN SE RECUERDA LA EXISTENCIA DE UNA RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO DEL 2 DE FEBRERO DE 2006 EN LA QUE SE INSTA A LUCHAR CONTRA LA IDEA DE QUE LA PROSTITUCIÓN ES EQUIPARABLE A UN TRABAJO.

Lo que se señala sobre los derechos vulnerados, se supone que se basa en lo que ya hemos hablado, en los artículos famosos de la Constitución relativos a la igualdad. Los derechos fundamentales vulnerados se supone que son la igualdad y la dignidad de la mujeres porque es una actividad sexual comercial.

Pero debe saberse que existe jurisprudencia en Estrasburgo sobre la condición de trabajo de la prostitución. Así se planteaba en el reconocimiento de ciudadanía holandesa a dos mujeres oriundas de un país de la Unión Europea que reclamaban ese derecho para poder ejercer la prostitución en Holanda, donde está regulada como un trabajo. La OIT, además, ha reconocido que la prostitución es un trabajo.

No conozco la resolución de la que se habla, pero en todo caso choca con el hecho de que en Alemania y Holanda la prostitución esté regulada como un trabajo.

EN ALGUNA OCASIÓN HAS SEÑALADO QUE PREFERÍAS DEFENDER NO TANTO LA REGULACIÓN O REGLAMENTACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN COMO EL RECONOCIMIENTO DE DERECHOS DE LAS PROSTITUTAS. ¿QUÉ QUIERES DECIR CON ESTO?

Lo de reconocer derechos implica, indudablemente, una cierta regulación, pero creo que tiene que ser diferente de las políticas reglamentaristas que se llevan a cabo en Europa. Estas políticas parten de la consideración de que la prostitución es algo malo, pero que regularla y que se ejerza en determinadas condiciones es un mal menor. Para ello utilizan básicamente el Código Penal, despenalizando la prostitución si ésta se ejerce de determinadas maneras, pero considerando delito todo lo que se salga de esa reglamentación señalada por el Estado.

Cuatro son los pilares o reglas sobre las que se asienta esa regulación. La prostitución voluntaria ha de ejercerse en lugares cerrados, por lo tanto es delito ejercerla en la calle. En segundo lugar, ha de ser obligatorio el control sanitario. Como el Estado tiene la obligación de velar por la salud pública y nuevamente se considera que las prostitutas son un grupo de riesgo en la transmisión del sida, han de realizarse controles sanitarios periódicos, expidiéndose un carné que ha de especificar que su portadora está libre del virus. Lo que estigmatiza aún más a las trabajadoras del sexo. Eso a pesar de que se ha llegado ya a la conclusión, en la lucha contra el sida, de que no son los grupos de riesgo sino las prácticas de riesgo lo que favorece la pandemia. Por otro lado, dificulta enormemente el uso del preservativo, que es lo que frena la pandemia, porque existe la mentalidad de que son las prostitutas las que infectan a los clientes y no éstos los que infectan a las prostitutas. Con ese carné tan estupendo, es más que probable que no haya cliente que se ponga un preservativo. En resumidas cuentas, los controles sanitarios obligatorios pueden considerarse en la práctica una cosa sin sentido, salvo el de tranquilizar al cliente.

El tercer elemento es el de que han de ser el Ministerio del Interior y la Policía los que controlen el ejercicio de la prostitución a través de los registros o listas obligatorios en los que han de quedar inscritas las trabajadoras del sexo. La idea de la delincuencia y del delito están ahí.

Y el cuarto es el de los impuestos especiales para la prostitución. El Estado grava esta actividad muy por encima de lo que lo hace con otro tipo de actividades parecidas.

Frente a esa política reglamentarista, en los últimos años, y muy ligada a los movimientos de prostitutas, ha salido una nueva variante legal, que es la del reconocimiento de derechos. Es decir, que la prostitución sea tratada a través de las leyes laborales y despenalizada completamente en el Código Penal, salvo en el caso de la prostitución coaccionada o de menores.

Alemania y Holanda empezaron siendo reglamentaristas, con una regulación de la prostitución en unas condiciones muy concretas. Y fue gracias al movimiento de las trabajadoras del sexo como se ha ido pasando de una reglamentación del Código Penal a un reconocimiento de derechos a través de las leyes laborales.

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