Amnistía para asesinos

El mes pasado el parlamento afgano aprobó una ley que concede la amnistía a los talibanes que participaron en la guerra de Afganistán. Criminales que ordenaron o directamente cometieron todo tipo de aberraciones desde violar a mujeres a organizar lapidaciones públicas donde la gente iba de forma masiva a quemarlas con ácido a cortar dedos y torturar a gente en salas de interrogación a hacer desaparecer a miles de personas… todos en la calle, tan ricamente, conservando su puesto de trabajo.

Arrimando el ascua a mi sardina, esto significa que a los líderes religiosos y militares que también eran o ahora son diputados y que miraron para otro lado cuando las mujeres afganas estaban siendo vejadas, torturadas y violadas no les va a pasar absolutamente nada. A todos estos cromañones que crearon, apoyaron y aprobaron leyes que iban contra los derechos de la mujer ni se les va a despedir ni se les va a reducir el sueldo ni se les va a impedir seguir sacándose leyes absurdas de la manga para someter a la mujer y/o impedir que avance, acceda a una educación y puestos de trabajo y tenga una serie de derechos que en otras partes del mundo creemos tener garantizados.

Yo cada día estoy más sorprendida por las cosas que pasan en el mundo. No me explico que la comunidad internacional no haya aprendido nada de los casos de Chile o Argentina o incluso España. En Afganistán resulta que el resto del mundo se lava las manos con la excusa de que los afganos necesitan sus propias leyes y ellos sólo están allí para ayudar al pueblo afgano. La alegría de la huerta vaya. Claro que también tenemos que tener en cuenta de dónde venimos. Al menos en España, ¿qué vamos a decir nosotros si hace 30 años nos estábamos bajando las bragas? ¿cuántos asesinos franquistas no estarán todavía en el congreso, en ayuntamientos y demás organismos españoles chupando del bote sin apenas gente que se lleve las manos a la cabeza?