Youmn Mohamed Hafeez El Hamaki: La participación de la mujer en la política egipcia

* * Youmn Mohamed Hafeez El Hamaki es Miembro del Consejo Consultivo de la Sura (Egipto). Esta es su ponencia en el 2º Seminario Internacional “La participación de la mujer en los países de tradición islámica” (Madrid, 26 y 27 de junio 2007)


En primer lugar quisiera dar las gracias al Movimiento por la Paz por esta invitación. Siento una gran alegría por poder estar presente en esta reunión y poder compartir opiniones con las otras compañeras aquí presentes sobre un tema tan importante para nosotras como es la participación de las mujeres en el desarrollo y en el avance a nivel mundial.

En este caso, me gustaría hablar sobre el proceso de las mujeres egipcias. Mi país está experimentando un gran avance político, económico y social en los últimos años. En el ámbito económico, desde hace tres años, Egipto ha logrado un crecimiento que llega al 7%, a la vez que ha visto cómo aumentaban las inversiones hasta alcanzar los 10.000 millones de dólares y se lograba un superávit en la balanza comercial.

En lo político, Egipto ha experimentado un cambio positivo. Por primera vez, hemos podido elegir al presidente de Egipto después de ser enmendada nuestra Constitución a finales del año pasado. En total hubo 34 enmiendas para apoyar el trabajo de Parlamento y dar más relevancia a las mujeres en el proceso político e incrementar su participación en la vida política y que, así, desempeñen el papel que les corresponde en la sociedad actual.

Para facilitar el ejercicio de los derechos de las mujeres, fue enmendada la Ley Electoral. También se ha garantizado la presencia de la mujer mediante programas de discriminación positiva para lograr una presencia más activa en el ámbito nacional e internacional.

Egipto ha firmado un convenio de asociación con la Unión Europea y otros convenios de libre comercio con Estados Unidos y otros países, así como el de Protección al Mediterráneo, que ya no son de patrocinio, sino de buena vecindad, de cooperación económica y social, en los que se presta especial atención a la participación de mujer, que sigue necesitando más apoyo.

La mujer egipcia es paciente y luchadora y cuenta con una historia muy rica al respecto. Ahora tenemos una buena oportunidad para incrementar esa participación de las mujeres árabes que alcanza el 25% para el ámbito económico, una cifra que es bastante baja. De hecho, la actividad de la mujer se centra en el sector privado con lo que no aparece registrada. En las zonas rurales, las mujeres trabajan sin percibir un salario. Durante años, las mujeres egipcias no han podido conseguir escaños en el Consejo del Pueblo por manipulaciones electorales y sobornos. Sin embargo, ha habido un cambio legislativo que ha permitido una mayor participación de la mujer en las instituciones. Yo por ejemplo, tengo el honor de ser miembro del Consejo de la Sura Egipcio.

Hace unos días juré el cargo para renovar mi participación en este Consejo, en el que represento a la oficina económica. En el anterior mandato del Consejo había 18 mujeres, designadas por el Presidente, quien se marcó como propósito incrementar nuestro porcentaje para lograr un equilibrio entre mujeres y hombres. La débil participación de las mujeres en el proceso político se debe a que nosotras tenemos que esforzarnos para encontrar soluciones. Nuestra cultura subraya el papel de la mujer para la procreación, lo que hace más difícil la posibilidad de trabajar. Algunos tergiversan los textos del Islam e insisten en reducir la participación de las mujeres en la vida laboral, en la vida económica y en la vida política: éste sí es un gran reto para las mujeres de Egipto.

Hemos librado un combate bastante feroz para nombrar a señoras juezas porque en Egipto tenemos a unas señoras juristas de primera categoría, que tienen fama, pero eran discriminadas. No así en Túnez. Aquí tenemos 31 juezas. Hombres y autoridades islámicas han recurrido ese nombramiento y ha habido una gran polémica. De todas formas, me gustaría aclarar que las interpretaciones religiosas requieren una lectura profunda de los textos religiosos. Tenemos que volver a los orígenes del Islam para poder sacar conclusiones lógicas y relacionadas con el papel de las mujeres porque la historia en sí nos da muestras de que las mujeres sí pueden desempeñar ese papel en la vida política.

La vida social es otro combate que nos espera. También podemos citar otro motivo por el cual esa participación es tan débil. En realidad, los partidos políticos no dan ese peso ni esa importancia a las mujeres, tampoco se esfuerzan en fomentar su participación en los partidos. Yo tengo el orgullo de pertenecer a un partido político que es un partido patriótico democrático, el partido del presidente Hosni Mubarak, que ha dado mucha importancia a la participación de las mujeres, por eso ha subido el porcentaje de las participaciones del 10 al 20%.

A la vez, el partido ha nombrado a una señora para el Consejo de Sura y ha ganado en las elecciones y vamos a apoyar la participación femenina en futuras elecciones.

Pero aún necesitamos reforzar el papel de los partidos políticos para poder reforzar el papel de las mujeres dentro de esos partidos porque vemos que la vida política está poniendo de manifiesto la debilidad de los partidos.

Tenemos un problema en Egipto: las mujeres se han presentado como candidatas, pero sólo ha votado un 40% del censo y, además, la participación de las mujeres en las elecciones sigue siendo muy mínima y muy débil y normalmente va a favor de los intereses masculinos.

En cuanto al otro eje, citaré algunas iniciativas positivas que se han realizado normalmente en Egipto, concretamente por el Consejo Nacional Egipcio, al que pertenezco. Es un Consejo gubernamental, constituido en el año 2000 para capacitar a las mujeres en el aspecto político, económico y social.

Y para hacer un seguimiento a todas las políticas de todas las mujeres, este Consejo Nacional está presidido por la señora Mubarak, quien también preside el Movimiento por la Paz, que trabaja a nivel internacional y ha ganado varios premios gracias a sus esfuerzos.

Por eso creo que el Movimiento por la Paz -MPDL-, aquí, en España, tiene que tender puentes con ese Movimiento por la Paz egipcio. El Consejo Nacional Egipcio ha tomado una iniciativa -tal vez la más importante de esas iniciativas- en la que participé: hice una visita a Alemania para enterarme de cómo va allí el proceso de culturización.

En el Consejo Nacional tenemos varios comités y normalmente hacemos recomendaciones para capacitar a las mujeres y mejorar las legislaciones relacionadas con ellas. Además de la visita a Alemania, también hemos podido sacar provecho de los logros que han realizado las mujeres en otros países del mundo, donde también se nos han hecho recomendaciones para poder aplicarlas en nuestro país.

El Consejo Nacional tomó otra iniciativa: fundar un centro de formación para mujeres. A través de esos cursos, más de 300 mujeres fueron entrenadas para trabajar en los procesos electorales y discutir los temas en el Parlamento. La experiencia fue muy positiva.

Ya hemos podido enseñar y formar a un bueno número de mujeres capaces de presentarse como candidatas al Consejo del Pueblo, al Consejo de Sura o para participar en los consejos locales. Estas mujeres se sienten capaces de realizar un papel importante.

Tampoco olvidemos el papel de la sociedad civil en Egipto. Tenemos muchas ONG que se dedican a la formación de las mujeres. Hacen un trabajo muy positivo: nos esforzamos en cambiar el sistema electoral para que las mujeres puedan entrar con unas cuotas de proporcionalidad y aplicar una política de discriminación positiva.

Es importante renovar las legislaciones y confío en que a lo largo de estos años de esfuerzos se vaya logrando, porque hemos trabajado mucho. En el campo de las mujeres llevamos de 10 a 15 años intentando adecuar a nuestra cultura los programas destinados a mujeres occidentales.

A través de mis propias vivencias he detectado la necesidad de intercambiar experiencias y transmitir esas experiencias. Esto es muy importante para lograr eliminar todo tipo de violencia y discriminación de las mujeres. En el Partido Democrático de Egipto, hemos logrado dar algunos pasos, como por ejemplo, cambiar la ley de nacionalidad egipcia, porque antes las mujeres no tenían derecho a dar la nacionalidad egipcia a sus hijos. Todavía queda mucho por hacer y en eso estamos.

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