Sabotaje reproductivo
A las mujeres siempre se nos ha acusado de cazafortunas. A dia de hoy sigue habiendo mucha gente que piensa que las mujeres nos dedicamos a atrapar a los hombres con malas artes, que cuando vemos un buen partido y queremos agarrarlo lo engatusamos para llevárnoslos a la cama y quedarnos embarazadas pensando que así se van a casar con nosotras, nos van a poner una casa con chacha japonesa y nos van a mantener de por vida. ¿Qué pasa cuando el que quiere dejar embarazada a una mujer en contra de su voluntad es el novio de turno?
La Red Nacional de Salud de la Mujer (NWHN por sus siglas en inglés) ha estudiado a un grupo de chicas con relaciones conflictivas y ha encontrado que el sabotaje es una forma más de control ejercida sobre ellas por sus parejas. El 25% de las entrevistadas dijo que su pareja quería embarazarlas a toda costa. En algunos casos sus parejas lo habían dicho expresamente. En otros, intentaron convencerlas para que no utilizasen preservativo o algún otro método anticonceptivo. En otros casos, los pillaron tirando sus pastillas anticonceptivas a la basura o por el desagüe o los pillaron agujereando los condones. Este estudio ha servido para que los grupos que defienden las libertades reproductivas de la mujer y los grupos que luchan contra la violencia doméstica se den cuenta de que tienen que unir fuerzas contra el sabotaje reproductivo no como consecuencia o síntoma de que en la pareja pueden existir malos tratos sino como violencia doméstica en sí mismo.
¿Qué razones puede haber detrás de algo así? No es que estos hombres estén como locos por ser padres. No. Simplemente no quieren que sus parejas los abandonen, piensan que embarazadas o con hijos pequeños no se atreverán a dejarlos o van a darse cuenta de que los necesitan o van a sentir que no tienen a dónde ir y van a tener que seguir aguantándoles malos tratos.
La Red Nacional de Salud de la Mujer (NWHN por sus siglas en inglés) ha estudiado a un grupo de chicas con relaciones conflictivas y ha encontrado que el sabotaje es una forma más de control ejercida sobre ellas por sus parejas. El 25% de las entrevistadas dijo que su pareja quería embarazarlas a toda costa. En algunos casos sus parejas lo habían dicho expresamente. En otros, intentaron convencerlas para que no utilizasen preservativo o algún otro método anticonceptivo. En otros casos, los pillaron tirando sus pastillas anticonceptivas a la basura o por el desagüe o los pillaron agujereando los condones. Este estudio ha servido para que los grupos que defienden las libertades reproductivas de la mujer y los grupos que luchan contra la violencia doméstica se den cuenta de que tienen que unir fuerzas contra el sabotaje reproductivo no como consecuencia o síntoma de que en la pareja pueden existir malos tratos sino como violencia doméstica en sí mismo.
¿Qué razones puede haber detrás de algo así? No es que estos hombres estén como locos por ser padres. No. Simplemente no quieren que sus parejas los abandonen, piensan que embarazadas o con hijos pequeños no se atreverán a dejarlos o van a darse cuenta de que los necesitan o van a sentir que no tienen a dónde ir y van a tener que seguir aguantándoles malos tratos.
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