Manual de instrucciones

No me molesta en absoluto que mis lector@s me escriban interesándose por tal o cual libro, preguntándome alguna cosa especifica o hablando de mi famoso ensayo sobre polyamory/poliamor – ese que abandoné hace siglos por no encontrar candidatas para entrevistar porque yo buscaba a mujeres liadas con más de un hombre y sólo me salían hombres con varias “esposas” que pa’colmo de males no se molestaban en contestar mis preguntas sino que directamente me invitaban a unirme a la familia como una nueva esposa. Tampoco me molesta si alguien copia uno de mis poemas o incluso post de este blog sin permiso para subirlos a su blog – siempre y cuando me citen como la autora, por supuesto.

Lo que no me parece normal ni de recibo es que haya gente que me escriba porque haya leído tal o cual poema en una página web o en algún grupo privado y sienta la imperiosa necesidad de ponerme en mi sitio. Y al decir “la gente” quiero decir “el prepotente de turno que se pasa la vida sentado delante de un ordenador, pero es más listo que nadie”. Primero, no voy a apuntando a la gente con una pistola pa’que compren mis libros. Segundo, si un/a de mis lector@s decide colgar uno o los poemas que sean en una lista de correo electrónico ¿qué control puedo yo tener sobre eso? Lo lógico es que la persona indignada o bien borre el mensaje nada más recibirlo o bien se ponga en contacto con la persona que haya compartido el mensaje con toda la lista de correo. En lugar de eso, me manda a mí un email super alterado para informarme de que escribo porquerías. ¡Anda y qué te den tío! No compres mis libros, no te metas en mi página web, no te dediques a buscarme en internet y no pierdas el tiempo leyendo mi blog. A no ser, claro está, que además de prepotente seas masoca.

No me había enterado yo de que millones de niñas españolas comprasen mis libros. Mi cuenta bancaria no refleja ese dato. Es que hay otro enterao que dice que estoy corrompiendo a la juventud de mala manera. Yo escribo y la interpretación que cada cual haga de mis libros es cosa de ellos. A este señor los cuatro poemas que ha encontrado colgados por internet que son lo único que se ha leído de “Suada” le bastan para decir que el libro es una mierda. Otras personas sin embargo ven el libro por lo que es: un manifiesto contra el patriarcado. A ver si ahora voy a tener que publica los libros con manual de instrucciones.

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