Gumagumas
Es la historia más vieja del mundo: hombres que no dan la talla cuando la situación lo requiere; hombres que en lugar de crecerse y hacer lo correcto, retroceden un par de eslabones dejando libre a la rata que llevan dentro en cuanto hay una guerra, una catástrofe natural y otra situación que hace que la ley y el orden brillen por su ausencia. Hablo de cascos azules violando a mujeres en Bosnia o África, encargados de ONGs sobeteando y violando a adolescentes por un puñado de arroz, soldados secuestrando a mujeres para que les hagan de criadas y esclavas sexuales, presos que montan un motín y toman como rehenes a las esposas de sus compañeros, policías robando y violando a mujeres en New Orleans, encargados de inmigración que piden felaciones para aligerar los papeles… pasa a diario en todo el mundo.
Los últimos en apuntarse son los “gumagumas” en la frontera de Zimbabue con Sudáfrica. Las mujeres que están abandonando el pais y recurren a estos (en teoría) guías expertos que conocen el terreno acaban dándose cuenta de que el precio a pagar no es sólo dinero sino también carne. Les cobran el dinero acordado, les roban todo lo que llevan, las maltratan, a menudo matan a sus hijos o hermanos delante de ellas y después las violan. La que tiene suerte llega a una aldea o ciudad tras la frontera. La que no, no sale viva de la zona fronteriza.
Los últimos en apuntarse son los “gumagumas” en la frontera de Zimbabue con Sudáfrica. Las mujeres que están abandonando el pais y recurren a estos (en teoría) guías expertos que conocen el terreno acaban dándose cuenta de que el precio a pagar no es sólo dinero sino también carne. Les cobran el dinero acordado, les roban todo lo que llevan, las maltratan, a menudo matan a sus hijos o hermanos delante de ellas y después las violan. La que tiene suerte llega a una aldea o ciudad tras la frontera. La que no, no sale viva de la zona fronteriza.
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