La impunidad de pedófilos y violadores en Haití
* * copiado tal
cual del informe "¡Ni una más! El derecho a vivir una vida libre de
violencia en América Latina y el Caribe", editado por Sonia Montaño y
Diane Alméras, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) con fondos de UNICEF, ONUSIDA y UNIFEM.
La Ministra de la
Condición Femenina y de los Derechos de la Mujer de Haití indicó que la violación
era un fenómeno frecuente, no solo en Puerto Príncipe sino también en las
provincias. En un caso reciente de violación de menores en la región del
Plateau Central, no se castigó a los autores hasta que la propia Ministra
sometió la cuestión a la atención del Ministro de Justicia. El fenómeno de los
“zenglendos” o matones, que en cualquier momento penetran en las viviendas para
violar y golpear a las mujeres, se inició durante el régimen de Cedras como una
forma de presión política, sin embargo, en la actualidad, se ha convertido en
una práctica corriente de las bandas de delincuentes que aterrorizan a toda la
población. Aunque la violación es un delito en virtud del Código Penal de Haití
(artículo 229), no se considera un delito grave y no requiere un juicio con
jurado. Además, la violación se clasifica entre los delitos contra la moral
(atteintes aux bonnes moeurs). Por consiguiente, los casos de violación se
resuelven en su mayoría financieramente fuera de los tribunales o incluso, por
ejemplo, si una niña es violada por su maestro, se espera que el violador se
case con la víctima y no se inicia ninguna causa penal contra el autor del
delito.
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