Atrapados por el blues de Memphis 2

Hace años escribí sobre los 3 de Memphis y ni que decir tiene que siguen en la cárcel, sin que les reconozcan el derecho a un nuevo juicio con un juez y jurados imparciales que se atengan a las evidencias y no a histerismos. De los tres acusados, sólo Jessie y Jason van a tener nuevas audiencias en Jonesboro. Las audiencias empezaron la semana pasada y se desarrollaran hasta el día 10 de octubre.

Si quieres colaborar en la defensa, puedes mandar cheques a:

Damien Echols Defense Fund
PO Box 1216
Little Rock, AR 72203

Además tienen una tienda online (http://www.wm3.org/live/store/index.php) y una nueva campaña de visibilidad / recaudación de fondos (http://www.wm3.org/live/photowall/signup.php). En la página web también tienes la dirección de correo por si quieres escribirles a la cárcel (no olvides poner su número de preso!).

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Atrapados por el blues de Memphis (2 de noviembre de 2006)

El cinco de mayo de 1993 tres niños fueron encontrados muertos y mutilados en los alrededores de West Memphis en Arkansas. En menos de un día la policía localizó y detuvo a los culpables: Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin. En esa época tenían alrededor de 15 años y confesaron rápido. La policía no se molestó en inspeccionar la zona, recoger evidencias, barajar otras hipótesis. La policía tiró de la hipótesis del culto satánico para no hacer su trabajo y no encontrar a los verdaderos culpables. El resto del pueblo siguió a pie juntillas esa hipótesis que no había por donde cogerla porque es más fácil pensar que tienes a los culpables que empezar a cerrar las puertas por las noches… año 2006 y los americanos todavía duermen con las puertas de sus casas abiertas. No es coña.

Como si de un Salem moderno se tratase, sin pruebas reales (ni armas, ni huellas dactilares, ni ADN), sin testigos que los pusieran en el lugar del crimen, sin seguir la ley (los menores de edad no pueden ser interrogados a no ser que los padres estén presentes o accedan a que la policía se salte a la torera que ellos estén delante o que sus hijos tengan un abogado en la sala de interrogatorios – ninguno de los tres acusados tuvo un abogado o a sus padres al lado mientras fue interrogado), sin seguir las formas y normas (de 12 horas de interrogatorio que por ley deben grabarse, sólo han salido a la luz 46 minutos ¿de qué se hablo en las otras once horas y quince minutos?) y con una lista interminable de irregularidades, los abogados consiguieron que se declarase culpables a tres adolescentes. Lo tuvieron fácil porque ellos mismos habían confesado ¿o no? el primero en confesar fue Jessie Misskelley que tiene un retraso mental considerable. ¿Alguien más está pensando aquí en la escena famosa del interrogatorio de “En el nombre del padre”? porque yo sí. Cae uno, caen los demás. Entre llevar no sé cuántas horas de interrogatorio y no tener abogados o padres delante, desesperaitos por salir de la sala de interrogatorios estarían los pobres.

Leyendo su historia parece mentira que estemos hablando de 1993, cuando ocurrió el crimen, de 1994, cuando los presuntos culpables fueron llevados a juicio, y del 2005-2006 donde todavía no se han aportado pruebas que justifiquen que esos tres hombres estén en la cárcel y ahí siguen. Uno esperando una inyección letal y los otros dos condenados a cadena perpetua sin posibilidad de que les reduzcan la pena por buen comportamiento. Conste que yo soy la primera que piensa que los asesinos y violadores deberían pudrirse en la cárcel cuando no pasar por la silla eléctrica directamente para ahorrar costes… siempre que haya pruebas, ojo. Si empezamos a meter gente en la cárcel porque se pongan camisetas de Metallica, se tiñan el pelo del color que les dé la gana y no tengan un buen abogado apaga y vámonos.

Si América muchas veces es como nos la pintan en las películas, todo lo que rodeo a este juicio no deja de ser de película de terror barato de sobremesa: juez sin huevos para llevarle la contraria al jurado, jurado que pasa de la falta de evidencias y condena a tres adolescentes por tener pinta rara, abogados de la acusación que poco más o menos basan el caso en llamar Eduardos Manostijeras a los presuntos asesina niños y transforman el juicio en un circo donde se habla de satanismo y culto al demonio, abogados de la defensa que los defienden pero poco… una vergüenza que demuestra que quien mas y quien menos se puede ver por el jodido Sistema del que tanto se enorgullecen los americanos. No es sólo los derechos de los presos en Guantánamo, señoras, también se pasan por el forro los derechos de cualquier hijo de vecino que lea a Stephen King o Anne Rice.

Más sobre los 3 de West Memphis
http://www.wm3.org/splash.php

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