Crímenes de honor en Occidente

Honor. Bonito palabro. Tontería es que busque la definición en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Ninguna definición refleja que el honor o la reputación no es más que una excusa para vejar, maltratar, violar, torturar, quemar y asesinar impunemente a mujeres en todo el mundo. En España, como no hay violaciones ni torturas, nos creemos que tenemos el tema de los crímenes de honor superados pero más de una mujer asesinada a mano de su ex pareja y más de dos lo serán porque el ex no podía soportar la humillación de que ella hubiera rehecho su vida con otra persona.

Los crímenes de honor son comunes en países como la India, Afganistán, Pakistán, Irán, Jordania, Arabia Saudita, Turquía, Egipto y Bangladesh donde normalmente no están penalizados o, cuando lo están, se registran como “suicidios” de forma que los y las culpables (que las hay!) no pisen la cárcel. En la India sin ir más lejos, hay suegras que se cargan a las nueras porque no limpian lo suficiente o no les dan todos los nietos que quieren (mano de obra barata, no nos engañemos) o porque la familia necesita la dote de una nueva esposa.

A pesar de la moda de lo políticamente correcto (es decir, en estos casos, no querer remover la mierda para que no haya protestas de uno u otro grupo étnico a las puertas de un periódico o una cadena de televisión), cada vez salen a la luz más casos de asesinatos cometidos en nombre del honor y la honra familiar en países como Canadá, EEUU o el Reino Unido. Los inmigrantes dejan sus países llevándose su cultura y costumbres con ellos (no entro en religiones porque ninguna religión te dice que mates a una mujer – eso es la lectura misógina que se hace de la religión que sea) y en el nuevo país no se apuntan nada más que a lo que les conviene. ¿Libertad de movimientos? Si. ¿Ropa moderna y de marca? Si. ¿Alcohol, tabaco y folletero? Si. ¿Coche? Si. Pero para los hombres. En cuanto las mujeres sacan los pies del tiesto en lo más mínimo, empiezan los malos tratos físicos o psicológicos, las presiones, las charlas moralistas sobre el que dirán… y en algunos casos se llega al asesinato.

No hablo de todos los inmigrantes pero por lo que se escucha en las noticias y lo que vivo yo día a día en el trabajo, hay un alto porcentaje de machistas acostumbrados a hacer lo que le sale de las narices, a vivir rodeados de mujeres que les aguantan de todo y los tiene en palmitas y que no dejan que las mujeres asuman las costumbres y tradiciones no ya del país donde se han mudado sino del país donde han nacido. Y también hay un alto porcentaje de mujeres que perpetuán este machismo – tengo amigas que en pleno siglo XXI, con casi 30 años, tienen que andar escondiéndose por ser ellas indias y el novio afro-americano y no ver las madres el noviazgo con buenos ojos.

En Londres, si mal no recuerdo en el 2007, una chica kurda fue violada y estrangulada por miembros de y amigos de la familia. Escondieron el cuerpo de Banaz Mahmod en una maleta y enterraron la maleta bajo un congelador en no sé donde (estuvieron conduciendo toda la noche). Lo único que había hecho Banaz (que no llegaba a los 20 años cuando fue asesinada) era cansarse del matrimonio abusivo en el que la habían metido a los 16 años, enamorarse de otro hombre y decir que ya no aguantaba más al marido y que se iba con el otro.

En EEUU hay casos como el de las hermanas Sarah y Amina Said que el año pasado fueron asesinadas en Texas por el padre, un cincuentón amargado porque se vestían de forma occidental, salían con chicos y una de ellas se había negado a que la casaran con un hombre en Egipto. También el año pasado, en Chicago, un hombre de la India mató a su hija embarazada, a su yerno y a su nieto de 3 años porque no aprobaba el matrimonio con un hombre de una casta más baja. En Georgia, Sandeela Kanwal, una mujer estadounidense de padres paquistaníes fue estrangulada por su padre cuando le dijo que pensaba divorciarse de su marido con el que la habían casado a la fuerza y al que llevaba sin ver cuatro meses.

Volviendo a la moda de lo políticamente correcto y de que todas las costumbres ajenas son respetables, no podemos dejar que los crímenes de honor se metan en el mismo saco que la gastronomía, forma de vestir, fiestas y demás costumbres. Las vejaciones y asesinatos de mujeres son totalmente incompatibles con una cultura y civilización occidental basadas en el racionalismo y en la democracia – y este punto se debería dejar muy claro a los inmigrantes que soliciten la residencia o ciudadanía en el país que sea.

No me he vuelto loca. En los Países Bajos ya hace años que ponen vídeos de homosexuales en sus examenes de ciudanía y en las entrevistas y el proceso inmigratorio que tengan. La ministra de Inmigración dijo en su momento que al que no le gustase, que se quedase en su país y punto. Yo digo lo mismo – el que quiera seguir viviendo en la Edad Media que se quede en su país.

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