Juicios de opinión

En España despedimos el 2008 con la noticia de los 2 años de inhabilitación para el juez Ferrín Calamita por retrasar la adopción a dos lesbianas. Me parece injusto que lo inhabiliten por 2 años en lugar de retirarlo permanentemente de la judicatura.

Al ser juzgado por retrasar deliberadamente los trámites de adopción, Calamita intento defenderse diciendo que él sólo quería lo mejor para la niña y que él era un buen católico {¿no te jode? también dice ser “buen musulmán” el que condena a una mujer adúltera a ser lapidada}. Al juez Calamita se le olvidó que España es un estado laico y que, como juez, a él no se le pagaba para que diera su opinión sino para que aplicara la ley.

Una persona que actúa como juez o jueza no debe ver ni color, ni raza, ni sexo, ni orientación sexual. Tampoco debe dejarse influenciar por sus creencias religiosas. Si Calamita no puede ser objetivo, no puede ocupar el cargo de juez. Ni ahora ni dentro de 2 años. Punto.

La justicia debe ser objetiva y tenemos que recordar que este caso era una cuestión de papeleo. La madre de una niña solicitó que a su pareja se le dejase adoptar legalmente a su hija en caso de que a ella le pasara algo. Si su pareja hubiera sido un hombre, los trámites no habrían durado tantísimo.

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