Los reyes del mambo
He comentado con una amiga que trabaja en una prisión de máxima seguridad el tema del espectáculo porno en la cárcel de Picassent. Dice que aquí no ocurriría algo semejante pero, en el caso de que llegase a suceder, el director de la prisión y todos los guardas y/o funcionarios que hubieran estado presentes y no hubieran hecho nada por impedirlo serían despedidos de inmediato.
La secretaria general de Instituciones Penitenciarias ha dicho que este tipo de espectáculos no está prohibido expresamente en el reglamento interno de las prisiones, que nadie se sintió ofendido, que el hecho no ha trascendido y que van a investigarlo. Me temo que se agarraran a que un espectáculo porno no esté prohibido en el reglamento para no despedir a nadie y que quedará todo en agua de borrajas.
Yo alucino. Me da igual el motivo por el que esos 200 presos estén en la cárcel – no me parece de recibo que con la que está cayendo mis o tus impuestos {que al fin y al cabo yo los míos los pago aquí, en EEUU} se usen para pagar espectáculos porno. Hay familias que no tienen qué llevarse a la boca a final de mes, que podrían comer y vivir con menos ahogos con el dinero que les quitan en cada nomina en concepto de impuestos y que sin embargo están costeando espectáculos porno a criminales.
Para más inri, de esos 200 presos, algunos están en la cárcel al haber sido condenados por abusos sexuales y violencia de género – usease que en Picassent le han costeado un espectáculo erótico a violadores y maltratadores porque ni el director de la prisión ni la persona que lleve los eventos tienen dos dedos de frente ni los funcionarios que estuvieran en la sala tuvieron lo que hay que tener para parar aquello.
Mucha Ley Integral contra la Violencia de Género, muchas fotos, mucho decir que se van a endurecer las penas, muchas charlitas paternalistas sobre la efectividad de los programas de reinserción y la necesidad de rehabilitar a violadores y maltratadores… pero a la vista está que los tienen en palmitas. Poco más o menos como si fueran los reyes del mambo.
La secretaria general de Instituciones Penitenciarias ha dicho que este tipo de espectáculos no está prohibido expresamente en el reglamento interno de las prisiones, que nadie se sintió ofendido, que el hecho no ha trascendido y que van a investigarlo. Me temo que se agarraran a que un espectáculo porno no esté prohibido en el reglamento para no despedir a nadie y que quedará todo en agua de borrajas.
Yo alucino. Me da igual el motivo por el que esos 200 presos estén en la cárcel – no me parece de recibo que con la que está cayendo mis o tus impuestos {que al fin y al cabo yo los míos los pago aquí, en EEUU} se usen para pagar espectáculos porno. Hay familias que no tienen qué llevarse a la boca a final de mes, que podrían comer y vivir con menos ahogos con el dinero que les quitan en cada nomina en concepto de impuestos y que sin embargo están costeando espectáculos porno a criminales.
Para más inri, de esos 200 presos, algunos están en la cárcel al haber sido condenados por abusos sexuales y violencia de género – usease que en Picassent le han costeado un espectáculo erótico a violadores y maltratadores porque ni el director de la prisión ni la persona que lleve los eventos tienen dos dedos de frente ni los funcionarios que estuvieran en la sala tuvieron lo que hay que tener para parar aquello.
Mucha Ley Integral contra la Violencia de Género, muchas fotos, mucho decir que se van a endurecer las penas, muchas charlitas paternalistas sobre la efectividad de los programas de reinserción y la necesidad de rehabilitar a violadores y maltratadores… pero a la vista está que los tienen en palmitas. Poco más o menos como si fueran los reyes del mambo.
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