El presidente de Gambia está sembraó
África de verdad da cada día más pena. En el tema de Sida, hay muchísima falta de información y muchísimo aprovechado que les saca un dineral a los enfermos y a sus familias vendiéndoles todo tipo de mejunjes. En Kenia, Nigeria, Uganda… puedes contar por miles los herboristas y profetas autoproclamados que viven a cuerpo de reyes viviendo de vender curas milagrosas y las ofrendas que les hacen los enfermos para ser curados.
Por decirlo suavemente, la picaresca te la esperas de cualquiera pero no del presidente de un país. Yahya Jammeh, dictador de Gambia desde mediados de los 90s, convocó el mes pasado a sus funcionarios, embajadores y otros dignatarios internacionales y a la prensa para anunciar a bombo y platillo que puede curar el Sida y el asma. Jammeh está convencidísimo de que rezando siete oraciones con el Corán en alto y dándoles a los enfermos un mejunje a base de hierbas los puede curar en unos 10 días.
Con rezos, con hierbas y apiporrándo a los enfermos con una montaña de bananas para que cojan peso, el tío dice que no le hacen falta análisis ni estudios independientes porque su dios está actuando a través de él. Por lo visto los jueves los dedica a sus pacientes con Sida y los viernes y sábados los dedica a curar a asmáticos. Dice además que está dispuesto a sanar a todo el que se lo pida sin cobrar un duro, eso sí, a cambio de que dejen de tomar su tratamientos antirretrovirales.
Por supuesto, la comunidad internacional se le ha echado encima porque su cura no tiene base científica, no está demostrada, no es recomendada por ningún médico y no es normal que le pida a la gente con Sida que deje de tomar sus medicinas. Amén de que puede provocar que la gente deje de utilizar el preservativo con lo que se producirán muchos más contagios. Su ministro de Sanidad sale sonriendo en todas las fotos dándole la razón a Jammeh – claro que no se puede esperar más de un hombre que el año pasado estaba diciendo que el sida se curaba pasándose cascaras de limones por la piel.
Por decirlo suavemente, la picaresca te la esperas de cualquiera pero no del presidente de un país. Yahya Jammeh, dictador de Gambia desde mediados de los 90s, convocó el mes pasado a sus funcionarios, embajadores y otros dignatarios internacionales y a la prensa para anunciar a bombo y platillo que puede curar el Sida y el asma. Jammeh está convencidísimo de que rezando siete oraciones con el Corán en alto y dándoles a los enfermos un mejunje a base de hierbas los puede curar en unos 10 días.
Con rezos, con hierbas y apiporrándo a los enfermos con una montaña de bananas para que cojan peso, el tío dice que no le hacen falta análisis ni estudios independientes porque su dios está actuando a través de él. Por lo visto los jueves los dedica a sus pacientes con Sida y los viernes y sábados los dedica a curar a asmáticos. Dice además que está dispuesto a sanar a todo el que se lo pida sin cobrar un duro, eso sí, a cambio de que dejen de tomar su tratamientos antirretrovirales.
Por supuesto, la comunidad internacional se le ha echado encima porque su cura no tiene base científica, no está demostrada, no es recomendada por ningún médico y no es normal que le pida a la gente con Sida que deje de tomar sus medicinas. Amén de que puede provocar que la gente deje de utilizar el preservativo con lo que se producirán muchos más contagios. Su ministro de Sanidad sale sonriendo en todas las fotos dándole la razón a Jammeh – claro que no se puede esperar más de un hombre que el año pasado estaba diciendo que el sida se curaba pasándose cascaras de limones por la piel.
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